Por: César López.
Dijo alguna vez el gran Carlos Maggi:
“Las generaciones recientes del Uruguay van llegando a su juventud, como las olas del mar, renovándose sin pausa. Caminan ensimismados y cuando cada tanto, sienten que se caen, se agarran de los auriculares”
Según los datos de la IV Encuesta Nacional de Juventud, el grupo de personas comprendidas dentro de la franja etaria de 12 a 29 años, la cual es considerada como “población joven” alcanza la cifra de 934.482 habitantes, lo que significa un 27% de la población total del país.
A grandes rasgos, las cifras estadísticas relacionadas a juventud en el Uruguay reflejan un buen acceso a la educación, a la salud y al empleo (aunque el desempleo entre los jóvenes prácticamente triplica la tasa del “mundo adulto”).
Uno de los datos que llama poderosamente la atención es el relacionado a la participación política. Existe una baja participación de las personas jóvenes en partidos o grupos políticos. En promedio tan solo un 2,4% de las y los jóvenes tiene la oportunidad de participar políticamente. Acompañando estos números, descubrimos también que existe un acceso muy restringido de personas jóvenes y menores de 35 años a las posiciones legislativas. En la Cámara de Representantes sólo un 8% de los/as diputados/as tiene entre 25 y 35 años de edad, lo cual equivale a 8 Representantes Nacionales comprendidos en esa franja etaria.
Convocar y movilizar a los jóvenes en actividades políticas resulta ser uno de los grandes desafíos que deben afrontar hoy los partidos políticos. La juventud es necesaria como estructura de militancia sí, pero mucho más indispensable es su labor de renovar a los partidos, en sus ideas, en sus enfoques, en sus sentires.
Hace un par de semanas atrás se realizó en La Paloma el Congreso de Jóvenes del Partido Nacional “Jorge Larrañaga”, nombrado en homenaje a quien diera a los jóvenes un rol fundamental en su trabajo político y a quien estuvo al servicio del país hasta el último de sus días. Cabe mencionar que este encuentro estuvo marcado por la repudiable acción violenta de unos pocos para con un joven y cuyos responsables están hoy a disposición de la justicia.
Las estimaciones arrojan que un total 1.200 jóvenes se dieron cita en la localidad rochense, jóvenes militantes, jóvenes dirigentes, jóvenes en cargo de responsabilidad pública que en cada rincón del país y desde su lugar eligen destinar sus fuerzas a la labor pública. Queda claro que la militancia joven no es solo la de colgar carteles, sino también la de pensar, la de generar propuestas y la de pelear para que no sea raro ver a una persona joven ocupando un lugar en los procesos de toma de decisiones.
El resultado de este Congreso, es que el Partido Nacional posee una juventud en sincronía, con su historia, con su presente, con el gobierno, con su país. Una juventud que estudia el pasado y cultiva el futuro del Partido a través de una militancia férrea, que busca convencer al otro y transmitir los valores que la movilizan con la convicción de forjar un mejor mañana, bajo una justiciera promesa de igualdad, ante el fuego sagrado de la ley.
Hoy es la defensa de la LUC la causa que une y reúne a la juventud militante, la defensa del gobierno nacional y de la coalición que lo conforma.
Hoy como ayer, otra vez la juventud es la que pone sobre sus hombros la inexorable tarea de luchar por las causas justas, que son las causas del partido y por ende, son las causas del país.
En ese camino está la Juventud del Partido Nacional y hay orden de no aflojar.