Realmente, no hubiera querido referirme a este tema, pero como el mismo, se hace presente cada 20 de mayo, con la llamada “Marcha del Silencio” y todo el entorno mediático que mueve, me resultó difícil esquivarlo y no decir algo.
Uruguay sufrió en la década de los sesenta y setenta, un conflicto interno, enmarcado en uno más global, llamado “Guerra Fría”, una disputa que abarcó buena parte del planeta, entre dos potencias EE.UU y la ex URSS, que si bien no se enfrentaron directamente, en nuestro continente sufrimos en vivo y en directo las consecuencias del mismo.
La aparición de un movimiento clandestino, irregular, inspirado en el triunfo de la Revolución Cubana y los barbudos de Fidel Castro, las influencias de la propia Revolución China y su líder Mao, fueron moldeando y construyendo ese grupo, que iría creciendo en número de integrantes, acciones, violencia y sus consecuencias.
Con esto muy breve, pretendemos situarnos en ese momento, para claramente poner en contexto de que se trataba, pero sobre todo establecer y poner arriba de la mesa, el primer objetivo declarado por el MLN Tupamaros, y así develar la primera verdad que se oculta, o más bien está desaparecida: “Tomar el poder mediante la lucha armada”.
El imaginario de muchos ciudadanos, sobre todo jóvenes, está impregnado de un gran romanticismo casi infantil, donde se presenta a este movimiento, terrorista, como un grupo que pretendía luchar por igualdades, que solo pensaban distinto, con ideales altruistas, pero que fueron reprimidos por policías y militares que eran muy perversos.
Se oculta nuevamente o desaparece, una segunda cuestión fundamental para entender la historia y lo que sufrimos, que este movimiento tenía una clara orientación ideológica y querían imponer un régimen inspirado en el marxismo leninismo, el cual sería establecido mediante la violencia revolucionaria, o sea a sangre y fuego.
La cual obviamente fue ejercida, cuando se colocaron bombas y se voló literalmente el conocido Bowling de Carrasco, por ejemplo, seguramente un ícono representativo para esas mentes iluminadas, cuya destrucción significaría un golpe en el corazón de la oligarquía.
Esa misma oligarquía, que hoy se arrodilla y es capaz de pagar una cena a mil dólares, para apoyar al candidato que respalda, protege y apaña Mujica y Lucía Topolansky, dos connotados asesinos e integrantes de aquel movimiento terrorista, así van las cosas.
Pero también fueron capaces de secuestrar embajadores de países amigos, diplomáticos, políticos y figuras empresariales, manteniéndolos en largos cautiverios y en condiciones violatorias de los derechos humanos, obra de gente con escasos escrúpulos y valores, que solo reafirma que no eran los inocentes que se nos cuenta, verdad desaparecida.
Estos desalmados personajes, robaron millones de dólares de bancos, robaron oro y libras, como sabemos del famoso caso Mailhos, donde estuvieron involucrados personajes de la política, quiénes en clara y cómplice convivencia, simularon secuestros, como el caso del Sr. Gutiérrez Ruíz, para asegurar asistencia a un diario casi fundido.
Lindo caso, para que podamos descubrir más verdad desaparecida, ya que don Gutiérrez Ruíz, contado por uno de sus hijos al periodista César di Candia en Búsqueda, nos hizo saber de la implicancia de su padre en el tema de los lingotes de oro, que el MLN le había confiado para transformar en dinero, con la promesa de asistencia financiera para el diario El Debate perteneciente al Partido Nacional, que estaba casi en quiebra.
Ver en estos días, en la sede del propio Partido Nacional, colocar una pancarta con la leyenda “Nunca más Terrorismo de Estado” y que justamente un descendiente de aquel personaje estuviera en el balcón desplegando la misma, realmente es asombroso y causa indignación, al comprobar a que grado de obsecuencia y miopía se ha llegado.
Nunca hemos visto, a ese Partido, emitir una declaración, hacer mención o condenar, al verdadero terrorismo, el ejercido por los movimientos clandestinos, como el de los Tupamaros, ni siquiera alguna declaración, sobre un aniversario recientemente cumplido, como el del asesinato de 4 Soldados a manos del MLN Tupamaros el pasado 18 de mayo.
Parecería, que rendir homenaje o recordar a los servidores públicos, del propio Estado que proclaman defender, no da réditos electorales, por lo que el desprecio que significa ignorarlos, demuestra claramente las prioridades e intereses, los que parecen seguir alineados con aquellos que acordaron en el pasado por conveniencias económicas.
Una obsecuencia, que debería enardecer a los propios partidarios o adherentes, cuando un partido con semejante historia detrás, la ignora y se abraza a consignas lejanas a su esencia, o peor, cuelga banderas, de la llamada diversidad, en una muestra de travestismo ideológico, que deberían rezar, para que Saravia, Oribe o Leandro Gómez no los vieran, bajo pena de que les tocaran deguello.
Mientras escribo esta nota, los chats divulgados del Sr. Iturralde con el Sr. Penadés, sacuden la jornada.
Siendo esto, una muestra más que clara, que coquetear y ser obsecuente con la izquierda y sus consignas, no solo, no le darán algún voto a quiénes quieran ser parecidos, sino que en la primera de cambio, serán noqueados y revolcados como acabamos de ver, por no entender donde está el rival o enemigo, si quieren ser una Coalición.
Seguimos, Gutiérrez Ruíz, Michelini, junto a dos integrantes del movimiento tupamaro, aparecen muertos en Buenos Aires en el año 1976, un 20 de mayo, fecha que se ha tomado para esta marcha que se convoca desde hace 20 años convertida en un reclamo de los familiares que tuvieron detenidos, por pertenecer a grupos terroristas y luego desaparecidos.
Se mantuvo por años, la sospecha de que los responsables de aquellas muertes, tenían como autores a integrantes de las FFAA, pero no hace mucho tiempo, se develó el misterio, siendo una banda de delincuentes argentinos los ejecutores de tales homicidios.
Recientemente, alguien de apellido Cerruti, hermano de un conocido imitador argentino, fue señalado como el autor material, estando viviendo en Italia, desde donde tengo entendido, negaron su extradición. La gran desaparecida, la verdad, dice presente.
Un total de 197 personas hay en esas condiciones, correspondiendo a nuestro país, unas 32, de las cuales ya 6 han ido apareciendo sus restos e identificados, por lo que los otros casos fueron producidos fuera del Uruguay, muchos en Argentina, como en otras partes del continente, casi siempre, como parte de otros grupos terroristas, lo que nos muestra de su forma de operar y relacionarse, cero inocentes.
Pero, se sabe, además, que varios casos, que figuran en esas listas, escaparon, obtuvieron salvoconductos, nuevas identidades, por haber colaborado o acordar su salida del país, pasando a residir en lejanas tierras, lo que debe derribar alguno de los mitos existentes y hacer aflorar la verdad desaparecida.
El escritor Alvaro Alfonso, quien no es invitado por programas para presentar sus interesantes y documentados libros, nos ha ilustrado con “La Intriga de los Derechos Humanos”, un detalle de 16 leyes, que, por diferentes vías, han otorgado indemnizaciones, compensaciones, reparaciones, pensiones, etc.
¿A quiénes? A todos aquellos, supuestamente afectados, por diferentes medidas, penas, destituciones, detenciones en pago de delitos, integrantes en su inmensa mayoría de los grupos terroristas que mencionamos, o de otros grupos, por ejemplo, el Partido por la Victoria del Pueblo, o quiénes integraban el aparato armado del Partido Comunista.
Esta fiesta de reparaciones, demencial para mi gusto, alcanzará una cifra cercana a los 1000 millones de dólares, que se paga del bolsillo de cada uruguayo y que fue votado en diferentes momentos por los partidos políticos, con excepción de Cabildo que no existía.
Entonces, aquí hay un negocio gigante, interminable, que da aval a los hechos en los cuales, se acercaron datos a los grupos y dirigentes de izquierda involucrados en estos asuntos, quiénes ignoraron olímpicamente investigarlos, o hacerse eco, si era tan genuina su preocupación por alcanzar la verdad y así han logrado mantener la llama encendida y la militancia activa, como se comprueba en cada 20 de mayo.
El cual, involucra a muchas personas, que por diferentes razones concurren, pero que también desata una cobertura gigante de los medios, entrevistas, programas, que difunden versiones de los hechos con un claro sesgo y en su mayoría lejos de la verdad.
La desproporción de las repercusiones que este acontecimiento ha alcanzado es asombroso, como llamativo, cuando hasta Instituciones deportivas, por ejemplo, toman partido adhiriendo al recordatorio sin ninguna justificación, ni histórica, ni de otra índole, salvo que una cierta hegemonía cultural, impuesta casi como moda, o quedar como políticamente correctos, los obligue a pronunciarse y embanderarse.
Una mezcla perversa y sin sentido, que instituciones deportivas determinan hacer, desconociendo que son temas polémicos, que dividen a la sociedad hace 50 años y terminan contaminando los objetivos ajenos a todo aquello que el deporte promueve.
Figuras de diferentes actividades, también parece, que deben demostrar públicamente que se suman y apoyan las actividades de este día, aunque me jugaría, que la mayoría no tiene la menor idea de lo que sucedía en los años de guerra interna en el Uruguay, pero, no quieren quedar a pié, del carro que da publicidad, la políticamente correcta.
Tampoco, debemos olvidar, que este movimiento terrorista, llevó a cabo acciones sangrientas, con una cantidad de asesinatos, en su mayoría por la espalda, sin posibilidad de defensa para sus víctimas, o vil y cobardemente, como el emblemático caso del peón Pascasio Baéz, engañado y muerto con una inyección de pentotal dada por un médico.
Cosas que nadie recuerda, que no son agenda de homenajes, salvo excepciones como las FFAA, que lo hacen con sus víctimas, incluyendo a otros que no son de sus filas, en la soledad de un sentido toque de silencio, que jamás despierta la adhesión de partidos políticos, salvo honrosas excepciones, ni de medios que se ocupen de dar espacio ni mención.
Así vemos, una masa de ciudadanos, nadando en la mayor ignorancia de historias recientes, domesticados en aceptar una visión de los hechos distorsionada, donde otra vez la gran desaparecida, es la verdad.
Debemos reiterar una vez más, para desmemoriados, olvidados y anestesiados de todo calibre, que atentados perpetrados por estos terroristas, como los del 14 de abril de 1972, sumergiendo al país en una orgía de sangre y muertos, diera lugar a que el parlamento democrático, votara el Estado de Guerra Interno.
Eso motivó, que las FFAA se hicieran cargo de la lucha antisubversiva, poniendo el peso del Estado, al que pertenecen, representan y tienen sus cometidos establecidos en la Constitución, actuaran con la misión de destruir aquel grupo terrorista, siendo esto lo que aconteció, hubo una guerra, diferente a las convencionales, donde se cumplió con la misión asignada por el poder político.
Como toda guerra, produce muertos, excesos e inocentes víctimas del propio enfrentamiento.
El país, fiel a su historia, una vez recuperada la vida democrática, optó por votar amnistías y olvidar el conflicto y sus tremendas consecuencias.
Esto no ha sido posible aún, ya que aquellos representantes del Estado, con el mandato de combatir a los grupos terroristas, padecen cárcel, olvido y traición, por parte de quiénes deberían ser garantes de justicia, derechos y respeto por la ley, a lo que debemos sumar y no olvidar, el desconocimiento de lo votado dos veces por la ciudadanía, en una vergüenza para nuestra institucionalidad.
Esta es una de las partes de la verdad desaparecida, que nadie habla, pregunta, recuerda, lo que vuelve a mostrar lo confuso del mundo en el que vivimos, en donde miles se hacen eco de recordar y ensalzar a quiénes tenían como propósito convertirnos en una cárcel gigante, cuyos modelos de miseria, siguen vigentes y presentes en varios lugares del mundo.
Aquí, en forma resumida, intentamos repasar hechos del pasado, que demuestran que estos no se han mostrado en su real dimensión, pero menos aún, no se han expuesto totalmente, siendo que la gran desaparecida…es la verdad.
Daniel García
Primeramente mi agradecimiento por contar la historia brevemente pero con la verdad,y segundo mis felicitaciones al escritor!… abrazo fuerte
Muchas gracias Claudia. Es casi obligatorio decir las cosas por su nombre. Tenemos 50 años de escuchar una versión distorsionada de lo acontecido en aquellos años de guerra interna.
Cordial saludo