“El Convencido, Convencido está”, y no hay vueltas, así funciona la mente del animal humano.
Es la lógica de los núcleos duros que hay en los Partidos Políticos, Organizaciones Sociales, Clubes Deportivos, Organizaciones Sindicales, Colectivos y Entidades de distinto orden.
A esos núcleos duros hay que mantenerlos, para que no se disgreguen y cambien su forma de pensar y se escapen, y se hace necesario mantenerlos convencidos, que lo que piensan es lo mejor, lo que más les conviene, o que están en lo cierto con sus ideas, así funcionan.
Así funciona la mente humana, somos seres tribales, por herencia, por educación, o por simpatías y coincidencias. Somos animales sociales y sociables, y buscamos afinidades.
Para sumar afinidades nuevas hay que “dialogar”, convencer, salir de la zona de confort que da la tribu.
Para mantener, está la “diatriba”, que es una expresión o un discurso que se caracteriza por su virulencia y su contenido agresivo contra algo o alguien, o contra los que piensan diferente. Se descalifica como forma de marcar diferencias.
Con la diatriba no se suma, es pescar en la propia pecera, pero evita que se disgregue la tribu, pero no suma nuevos integrantes a la misma.
Para agrandar la tribu, hay que estar dispuesto a hacer algo diferente, salir del facilismo, salir de la manija constante, salir de la zona de confort, animarse a salir de la pecera, y dialogar e interactuar con esos “otros” que piensan y sienten diferente.
Confrontando no se logra nada, por el contrario, provoca que la mente se cierre y bloquee a nuevos pareceres.
Así funciona la mente del animal humano. Defiende “su verdad”, vista con sus lentes y en base a sus aprendizajes y experiencias.
Para hacer cosas diferentes hay que ser creativos, pensar, tender puentes y no agrandar la brecha entre tribus.
“La MANIJA no suma, sólo mantiene la tribu, no la agranda, ni cambia cabezas”.