LA MARCHA DEL 6 DE MARZO UNA FIESTA REPUBLICANA

“Las banderas que antes nos dividían, hoy nos unen fraternalmente porque
sabemos que todas ellas están cobijadas bajo el gran poncho de la Coalición
Republicana”
El pasado domingo 6 de marzo tuvo lugar la Marcha que se dio en denominar:
“Por el Uruguay que queremos”. En forma simultánea, en las 19 capitales del país, el
pueblo se dispuso a marchar para defender lo que votó en las últimas elecciones.
El Pueblo uruguayo, ya harto de tanta mentira y engaño perpetrado por dirigentes
frenteamplistas y sindicalistas e indignado por la desconsideración que esa actitud
conlleva, concurrió masivamente a la convocatoria que efectuaran originariamente
cinco ciudadanos que tuvieron la iniciativa y la fuerza de voluntad que les dio sus
firmes convicciones, de poner en marcha esa gran patriada.
Fue una jornada en la cual, una vez más, queda claro que la Coalición Republicana
vino para quedarse. No tiene vuelta atrás. Y esto es así, no solo porque muchos
dirigentes políticos han tomado conciencia de la utilidad, necesidad y beneficio de
este instrumento, sino principalmente porque la gente así lo demanda. Es la gente, el
militante, el votante el que expresa permanentemente una actitud coalicionista en sus
exteriorizaciones políticas.
Lo dicho anteriormente quedó claramente de manifiesto en la movilización que
estamos comentando, donde la gente marchaba orgullosamente con sus banderas
partidarias, pero ya no como otrora expresando una división, sino que por el
contrario, lucían sus banderas partidarias como distintivos diversos de algo superior y
que los une y los ampara a todos: una gran Coalición Republicana.
Banderas que antes nos dividían, hoy nos unen fraternalmente porque sabemos
que todas ellas están cobijadas bajo el gran poncho de una Coalición que ya no es
más “multicolor”, sino “Republicana” y ella es el instrumento político para
consolidar el “Uruguay que queremos”.

Los 15 años de gobierno frenteamplista has servido para que la gente que no
comulga con ideas de Izquierda populista, tome conciencia de que su obligación
cívica para con la Patria no se agota con el acto del sufragio. Los principios y valores
que queremos para nuestra Sociedad deben de ser defendidos no solo un par de veces
cada cinco años, sino que esa defensa, que debe ser pacífica y respetuosa, se debe
materializar en hechos políticos con los que se demuestre la firmeza de nuestras
convicciones.

La sociedad uruguaya está cambiando y para bien y la marcha del 6 de marzo es
una demostración de ello. Es la primera vez en la historia contemporánea del país que
el pueblo marcha pacífica y respetuosamente en defensa y apoyo de su gobierno. En
apoyo y defensa de lo hecho por su Gobierno. Esta demostración de apoyo no solo
ratifica lo hecho por el Gobierno sino que también lo obliga a seguir cumpliendo con
los compromisos que aún faltan por concretarse y que son indispensables para los
objetivos perseguidos.
En octubre y noviembre de 2019, el pueble con su voto mayoritario, legitimó al
gobierno para que realizara los cambios que oportunamente se le propuso. El 6 de
marzo pasado salió a la calle, esta vez para legitimar los cambios hechos y plasmados
en la LUC y el 27 de marzo próximo, seguramente otra vez en las urnas ratificará su
voluntad de cambio.
El Uruguay necesita urgentemente un cambio. Un cambio para el cual el
Gobierno tiene nada menos que la legitimación de las urnas para llevarlo adelante. Y
ese Cambio es la causa y desafío más importante que tenemos.
Y parafraseando a nuestro prócer Artigas: “La causa de los Pueblos no admite la
menor demora”.