La primera definición de la Real Academia Española sobre el término confianza es: ‘esperanza firme que se tiene de alguien o algo’. Con esta definición se entiende que hay una relación entre dos actores. En la democracia representativa, los partidos políticos son ese canal de confianza entre la sociedad y el gobierno. Esto porquecuando la ciudadanía ejerce el voto confía en un partido político para que traduzca sus intereses en políticas públicas al ganar una contienda electoral. La confianza política es un factor y fuente primordial para el funcionamiento pleno de una democracia.
La confianza, como virtud y como valor, no se logra de la noche a la mañana. Debe cultivarse. Se desarrolla, como cualquier dimensión humana, con la repetición continua de acciones de servicio, de buen ejemplo, de promesas cumplidas, de la práctica y defensa de la verdad, de la transparencia en el actuar, de la coherencia con sólidos principios, de responsabilidad y justicia social, etc.
El ahora sí Licenciado Adrián Peña traicionó esa confianza mintiendo al ostentar un título que no tenía con lo cual de ahora en adelante cuando enfrente un micrófono, al menos yo, no le creeré nada de lo que diga, y supongo que un gran número de personas pensarán lo mismo.
Al hacerse público el hecho lo esperable, según mi humilde opinión, era que el Presidente de la República le pidiera la renuncia o lo exhortase a hacerlo, sin embargo, según Peña contó,el mandatario le manifestó que lo “importante” era que cursó la carrera. Otra posibilidad era que en una actitud digna presentara la renuncia por motu proprio, lo cual no sería inmolarse sino desensillar hasta que aclare para que una vez pasada la tormenta tenga oportunidad en el 2024 de volver al ruedo.
En la boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso, por eso el Lic. Adrián Peña debe renunciar.
El desprestigio de la clase política cada vez es mayor y actitudes como ésta lo aumentan aún más.
Finalizo con una frase de Sir Winston Churchill que encierra el espíritu de estas líneas:
“La crítica puede no ser agradable, pero es necesaria. Cumple la misma función que el dolor en el cuerpo humano. Llama la atención sobre un estado poco saludable de las cosas”.