El Presidente había hecho un enorme esfuerzo diplomático para lograr que la Casa Blanca avale su negociación con el Fondo, pero las inesperadas opiniones en el Kremlin afectaron su credibilidad política en Washington.
En cinco minutos por reloj, Alberto Fernández quemó el guion diplomático que había estudiado en su viaje de Buenos Aires a Moscú y puso en jaque su acercamiento geopolítico a Joseph Biden y el entendimiento que cerró con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para obtener la refinanciación de la deuda de 44.000 millones de dólares que contrajo la administración de Mauricio Macri en 2018.
La reunión a solas con Vladimir Putin -previa al almuerzo- tenía guion propio. Cada jefe de Estado llegaba con un traductor, abría el encuentro Putin y cerraba Alberto Fernández. La Cancillería sabía las líneas generales del discurso del líder ruso y planificó -hasta el último detalle- las palabras que pronunciaría el presidente argentino.
Pero Alberto Fernández enterró el libreto oficial -que estaba vinculado a profundizar las relaciones bilaterales, agradecer las provisión de las vacunas Sputnik V y proponer una agenda multilateral compartida-, y optó por embestir contra Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional.
“Yo estoy empecinado en que Argentina tiene que dejar esa dependencia tan grande que tiene con el Fondo y con Estados Unidos. Y tiene que abrirse camino hacia otros lados. Y ahí es donde me parece que Rusia tiene un lugar muy importante”, señaló el presidente frente a Putin.
En este escenario, Alberto Fernández agregó: “Argentina ha puesto su mirada, ha volcado su mirada muy firmemente, en los Estados Unidos. Y depende mucho la economía argentina de la deuda que tiene con los Estados Unidos. Con el Fondo Monetario y la influencia que Estados Unidos tiene en el Fondo”.
Putin se mantuvo sin expresar una sola palabra. Ni siquiera cuando el jefe de Estado le propuso que Argentina funcionara como la puerta de entrada de Rusia en América Latina. No es un secreto para Balcarce 50 que Estados Unidos considera que la región es su área de influencia y que Rusia intenta anexar Ucrania para limitar el peso específico de Washington en Europa.
Sin embargo, Alberto Fernández sostuvo ayer en Moscú que “el contexto es muy favorable para vincularnos mas entre Rusia y la Argentina. Tenemos que ver la manera de que Argentina se convierta en una puerta de entrada de Rusia en América Latina, para que Rusia ingrese de una manera más decidida”.
Santiago Cafiero y Martín Guzmán, que trabajaron a destajo para lograr que la Casa Blanca apoyara la negociación con el FMI, sellaron sus labios cuando escucharon las opiniones del Presidente ante Putin. Ya habían tenido que explicar en el Departamento de Estado y en la Secretaría del Tesoro porqué Alberto Fernández viajaba a Rusia en plena escalada bélica contra Ucrania.
Y ahora se encontraban en Moscú con un discurso presidencial que desmentía palabra por palabra lo que el canciller y el ministro de Economía habían jurado que no iba a suceder ante Putin.
Las declaraciones presidenciales sorprendieron en la Casa Blanca, en el Departamento de Estado y en la Secretaria del Tesoro, que habían jugado al lado de Alberto Fernández para destrabar la negociación que lideraba Kristalina Georgieva.
“Argentina tiene en Estados Unidos un excelente embajador (Jorge Arguello), que deberá trabajar horas extras para explicar la política exterior de Alberto Fernández. Estoy seguro que las afirmaciones frente al presidente Vladimir Putin no van a ayudar en los consensos que se necesitan para acordar con el FMI. Estados Unidos siempre tiene en cuenta la defensa que hacen los países de la democracia y de los derechos humanos. Esto es básico para mejorar la relación con Estados Unidos”, opinó Guillermo González -exembajador argentino en Washington- cuando Infobae lo consultó acerca la posición presidencial en Rusia.
La mirada experimentada de González coincidió con la sensación de sorpresa y desilusión que había ayer en el Ala Oeste de la Casa Blanca. Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de Biden, y juan González, asesor de Seguridad para América Latina, jugaron una cuota de su propio poder interno para beneficiar al Gobierno.
Sullivan visitó al jefe de Estado en Olivos y recibió a Gustavo Beliz en DC. González almorzó con Alberto Fernández, cenó con Sergio Massa y Cafiero, y siempre levanta su teléfono cuando llama Guzmán.
Nadie en Buenos Aires o en Moscú le adelantaron a Sullivan y González la movida presidencial. Y eso no sucedió por una simple razón: Alberto Fernández se saltó el guion oficial.
Las opiniones presidenciales en Moscú también impactaron en el staff y el board del FMI, cuando la negociación está abierta y con final incierto.
Héctor Torres fue Director Ejecutivo (y alterno) en el Fondo Monetario Internacional, y aceptó compartir su punto de vista con Infobae, tras las declaraciones del jefe de Estado en Rusia. Torres representó a la Argentina en dos oportunidades (2004-2008 y 2016-2017) y una por Brasil (como alterno, entre el 2013-2015).
“Es cierto que dependemos del financiamiento del FMI y que la aprobación de nuevo programa depende en buena medida de que Estados Unidos nos apoye en el directorio del Fondo. Pero esa “dependencia”, como la calificó el presidente, ni se debe al “imperialismo” de los Estados Unidos, ni se arregla acercándonos a Rusia. Para terminar con la “dependencia” del financiamiento del FMI, hace falta que tengamos una buena administración fiscal, dijo Torres a Infobae.
-¿Cree que es un decisión estratégica correcta plantear que Argentina sea la puerta de Rusia en la región cuando está abierto el conflicto con Ucrania?
-Creo que es un momento para ser extremadamente prudente en las declaraciones, tanto por el contexto de tensiones geopolíticas, como por la extrema vulnerabilidad de nuestra economía. Ofrecerle a Rusia oficiar de “puerta” de entrada en la región es absurdo y sugiere que estamos sobredimensionando groseramente nuestro peso en América Latina. No creo que Brasil necesite de nuestra “puerta” para relacionarse directamente con Moscú. Lo mismo puede decirse de los demás países de la región.
¿Cómo cree que puede afectar las relaciones con Estados Unidos y la negociación con el FMI las opiniones de Alberto Fernández frente a Putin?
-Probablemente Estados Unidos no nos tome en serio. Dudo que alguien piense seriamente que Rusia nos va a proveer el financiamiento que necesitamos por ofrecerles una “puerta” que ellos no necesitan.
En Washington asumen que Alberto Fernández optó por privilegiar sus relaciones partidarias en la coalición de Gobierno que preservar la estabilidad diplomática con la Casa Blanca. Desde esta perspectiva, en DC recuerdan la inesperada renuncia de Máximo Kirchner como jefe de la bancada de diputados oficialistas.
“Las declaraciones del Presidente están dirigidas a una audiencia interna de la Argentina, en particular a su coalición política”, aseguró Gonzalo S. Paz, doctor en Relaciones Internacionales y profesor en Georgetown University.
Y completó: “Las declaraciones (de Alberto Fernández ante Putin) son un factor que no van a contribuir a una colaboración de Estados Unidos en el Fondo. En principio, parecen declaraciones que no van a colaborar para lograr un proceso exitoso”.
En Balcarce 50 se analizaron las consecuencias geopolíticas de las opiniones de Alberto Fernández en el Kremlin. Hubo opinión unánime: daño irreparable.