Por: Esc. Sebastian Rodríguez Merlo.
Siempre se ha dicho (al menos por mi) que el sol es el padre y la luna es la madre. De acuerdo a nuestros tiempos, se podría decir que, sin ánimos de entrar en conflictos tipo tesis – antítesis, la madre es la conductora y el padre el control, a lo que en mi ciclo vital hasta ahora, fue más o menos así. Este viaje, será en honor a mi madre.
No dudo que lo conté alguna vez, pero recordarlo, me hace vibrar una energía intensa-calma; venía de los lugares alpinos, fríos, para cruzar hacia el trentinoadige, para aterrizar en la tierra de la Mamma, la Italia tan esperada.
El viaje en concreto comienza en el Véneto. Dicen los entendidos que el Véneto es el motor de la producción vinícola Italiana. Me basta recordar ese dejo a resina de los pinos ni bien logré asentar en tierra firme, no muy lejos de Venezia, para confirmar que hay una íntima entre esos bosques y el vino.
Lo cierto es que este ValpolicellaRipasso, es demasiado bueno, demasiado lo que uno pretende cuando busca algo especial. Ripasso es una técnica de vinificación para potenciar su profundidad y carácter, Valpolicella es la región, cerca de Venezia, cerca de Verona y Padua y no muy lejos del Lago Di Garda. De ese entorno, imposible que salga algo malo o mediocre. Las cepas que lo integra son: Rondinella, Molinara y Corvina. Ponga su nariz en la copa y luego adentro, y me entenderá lo que le digo cuando hablo de bosque de pinos. Que.buen.vino.Terminado el informe, vamos a la acción.
Ravioli de ricota, masa casera, pan rústico, un poco de extracto de tomate, hojita de laurel y el parmesano a discreción. La Mamma, no será la gran cocinera, pero que bien que le sale la pasta!!.Salú.
