Mensaje a la Coalición

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Estimados Señores, desde este humilde y desconocido servidor, los invoco y propongo, para que puedan considerar el proyecto presentado por Cabildo Abierto sobre la prisión domiciliaria para aquellos detenidos mayores de 65 años.

Aclaro antes que nada, que no estoy representando a nadie, más que a mi mismo, en un tema que ya he tratado en notas anteriores.

Todos sabemos, que el proyecto comprende además, a aquellos militares y policías que involucrados en la guerra antisubversiva, se encuentran injustamente detenidos. Para eso, un poco de historia y antecedentes para comprender cabalmente que es lo que está en juego.

La Guerra Revolucionaria de los años 60 y 70, que involucró y abarcó a todos los países de América, en parte, no fue más que una extensión de la Guerra Fría entre EEUU y la ex URSS, quienes al no enfrentarse directamente en ningún campo de batalla, fueron capaces de trasladar su rivalidad a estas tierras.

El triunfo de la Revolución Cubana, con Fidel y sus “barbudos”, puso la nota de romanticismo, para que los grupos de izquierda intentaran emular tal acontecimiento, replicando movimientos armados con el claro objetivo de tomar el poder, cosa más que comprobada y documentada.

En 1967 se desarrolla la llamada Conferencia de OLAS (Organización Latinoamericana de Solidaridad), donde se establece y se echan las bases para la lucha armada en toda América.

Uruguay participó, con notorios y conocidos dirigentes, Rodney Arismendi Secretario General del Partido Comunista, además de ser figura relevante y así reconocida,como un referente a nivel teórico del marxismo internacional, cobijado en su “madre tierra soviética” cuando negoció su huida que duró varios años, José Díaz, dirigente histórico del Partido Socialista, ex Ministro del Interior del gobierno de Tabaré, el que liberó miles de presos, vaya paradoja con esto que escribimos, más el inefable Reynaldo Gargano, aquel que no dejó subir a Tabaré en el tren que nos ponía en un acuerdo de libre comercio con EEUU.

Verdaderos responsables del dolor y muerte de compatriotas, de tantos jóvenes que dieron su vida en función de ideales utópicos, por más que sigan habiendo hoy, soñadores de lo imposible.

La violenta actuación, las acciones desconocidas y alejadas de nuestra realidad, llevaron a un enfrentamiento con las fuerzas policiales, para intentar detener a un enigmático grupo de personas, reunidas en una organización que les proporcionaba alias, compartimentación y objetivos identificados con el fanatismo a sangre y fuego.

Esto aconteció, hasta que ese accionar excedió las posibilidades de combate por parte de la policía, por lo que el Parlamento de la época, con criterio y desbordado por tantos acontecimientos fuera de control, optó por decretar el Estado de Guerra Interno.Nótese la gravedad del momento para llegar a esto.

Eso significó, ordenar a las FFAA hacerse cargo del combate a esos grupos insurgentes que excedían las posibilidades de la policía.

Esta es la esencia de lo que aquí sucedió, no podemos admitir otra explicación, sin que se falte a la verdad.

Para que se comprenda mejor, a quienes tienen otra versión o no vivieron esos hechos, estas guerras no son iguales a las convencionales que vemos en la televisión o en el cine.

En estos enfrentamientos, presentes hoy en día, aunque no se les difunda, hay personas difíciles de identificar, que cometen atentados, ejecuciones, secuestros o robos, acciones que acontecieron en nuestro suelo.

Los métodos de combate, seguramente difieren de los convencionales, aquí y en Inglaterra, ya que es una guerra irregular y además sucia, cargada de contenidos ideológicos, los que la convierten en más peligrosas, como difíciles de combatir.

Nuestros antepasados se fusilaban y degollaban luego de alguna contienda, no existían organismos que defendieran los derechos humanos, pero la sabiduría Oriental y la grandeza de tantos hombres, optaba por extender un perdón que traspasaba las fibras más sensibles.

En el año 1985, primer parlamento electo, tras el gobierno cívico militar, votó la ley de amnistía para todos aquellos subversivos detenidos por acciones en los años de guerra, sin importar la gravedad, sin importar si habían estado presos o no, sin pedir nada a cambio, como podría haber sido restituir millones de dólares robados en asaltos, todos documentados.

Hasta la Bandera de los 33 Orientales fue robada del Museo Histórico Nacional, sin que a nadie se le ocurriera pedir su restitución antes de dar un perdón tan generoso.

Todos sabemos, a cuenta de ser reiterativos, que hacia las FFAA se dictó una ley llamada de la “caducidad de la pretensión punitiva del Estado”, buscando igualar los perdones concedidos, aunque los mismos no fueran similares teniendo en cuenta la calidad de los contendientes y sus roles.

Ley sometida a plebiscito, como ninguna otra, en dos ocasiones con 20 años de diferencia.

El Soberano se expidió, dos veces, a favor de mantener una ley que buscaba pacificar a la sociedad, por el camino de mirar al futuro, sin que el pasado turbulento siguiera marcando diferencias y desencuentros entre Orientales.

Sin embargo, la perversidad, el encono, la revancha y el odio, usando mayorías cincunstanciales, encontró una grieta por donde introducir el brazo de la injusticia, violando ostensiblemente básicos principios del Derecho.

La insistencia de nombrar delitos de lesa humanidad y el estatuto de Roma, no hacen más que seguir confundiendo así como entreverar el justo y necesario razonamiento.

Si el Estatuto de Roma se aprobó en el año 2006 en nuestro país, comienza a regir a partir de allí, comprendiendo a los delitos que puedan tipificarse en esa categoría desde ese momento hacia adelante, nunca podría ir hacia el pasado y comprender hechos sucedidos en los años 60 o 70.

El afán de mantener una llama encendida como parte de la discordia y discusión, ha ganado sobre la ansiada pacificación que nuestra sociedad necesita.

Disculpas por extender estos antecedentes, pero como pretendo dirigirme a las fuerzas de la Coalisión, es necesario repasar estas cosas para poder poner en Contexto, replicando el nombre de nuestro Semanario, cual es el planteo y el objetivo.

Muchos ciudadanos percibimos una cierta debilidad en algunos temas, quisiéramos ver más firmeza en la defensa de tantos asuntos en los que se impone una visión contraria a la de quienes obtuvieron las mayorías legítimas para gobernar.

Cediendo, no creemos que se obtenga nada, de fuerzas de la oposición que propinan cachetazos permanentes a cualquier proyecto o iniciativa oficial, donde se utilizan todos los medios y fuerzas disponibles.

Recientes elecciones en el BPS han dejado casi todo intacto, no se dio pelea ni discusión, así aconteció con la LUC y hoy estamos a un paso de ir a la votación por sí o por no.

Las elecciones de 2024 están ahí a la vuelta, como se dice, evitemos sorpresas, que el protagonismo personal, la demagogia y los temores de encarar estos temas áridos, no nos dejen buscando explicaciones a los reveses.

Nuestra sociedad necesita votar este proyecto para hacer justicia con la historia, es imperioso poner fin a la interminable sangría que las desavenencias que esta guerra han provocado, es urgente interpretar, que más allá de quien presente esta iniciativa, la consideración humana sobre sus servidores públicos y la misión que se les dio, debe primar ante cualquier estimación.

Se ha sido extremadamente generoso con quienes atentaron contra la sociedad en su conjunto, no así, por carecer de grupos de presión, tal vez, por ser una fuerza subordinada y cumplidora de las normas, con quienes fueron citados a combatir lo irregular y fuera de la ley, dando estricto cumplimiento a la orden recibida en esos momentos.

Señores de la Coalición, blancos, colorados, independientes, me refiero en este caso a dirigentes y legisladores, tengan un acto de grandeza y valentía, como la historia mandata, como sus históricos líderes han indicado y votado, cerremos de una vez este capítulo, permitiendo a nuestro país, introducirse en una nueva dimensión, la de la prosperidad, la del futuro, para que nuestras generaciones venideras que nos trascenderán, tengan el camino del pasado, asfaltado a nuevo.

Daniel García

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3 COMENTARIOS

  1. Aunque peque de reiterativo, como siempre excelente, claro, conciso y concreto. Un gusto leer lo escrito por Usted. Esperemos que el espíritu de esta carta ilumine al gobierno y a la coalición que lo apoya antes de la próxima Navidad.

  2. Muchas gracias por el mensaje. Estamos con esta prédica constante, con el objetivo de poner las cosas en su justo lugar. Esperemos que la Navidad sea sin presos políticos.-

  3. Muy bien dicho Daniel pero la realidad me lleva a ser pesimista.En la LUC se debió haber propuesto la derogación de la ley 18831 interpretativa de la ley de caducidad y devolverle a la ROU el estado de derecho.Ningun político de la actual coalición gobernante resiste el archivo si nos remitimos a la época que se aprobó dicha ley. El tema es que eliminando la ley 18831 quedan libres los camaradas que están detenidos por la aplicación de la justicia del enemigo y lamentablemente los militares de aquella época no cuentan, es más,la propia coalicion gobernante propicia la separación de los militares de hoy con los que prestamos servicios durante el proceso cívico- militar.Te envió un fte abz y vos que tenes una buena pluma seguí en ese camino.Gracias

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