Por: Raúl Blanco.
«La revolución es lo que se lleva en el alma, no en la boca para vivir de ella».
Ernesto «Che» Guevara.
Mujica, usted declaró en un medio de prensa que:
“Lo peor de todo es que el Uruguay tiene un capital en América Latina que se llama estabilidad institucional, es un país seguro del punto de vista jurídico porque los cambios no son dramáticos de un día para el otro, son previsibles, discutibles, y en ningún sentido amenazan (…) súbitamente”; pero la LUC “abre la puerta probablemente a que empiece a quedar por el camino” dicho “bien no material” que “mucha gente en el exterior le reconoce, precisamente que no es un país que ande a los bandazos cambiando permanentemente las reglas de juego”.
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«Y entonces este terremoto de casi 500 leyes que se apretujaron en pocos días (…) abre las puertas del punto de vista político para que quien venga después y que tenga otro signo incurra en la misma actitud y entonces vamos a contribuir a pulverizar ese prestigio de estabilidad institucional”.
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«La LUC inaugura una época que puede ser terriblemente peligrosa para el futuro del Uruguay porque empieza a quedar amenazada la estabilidad institucional en el sentido de cambios abruptos, súbitos, que no han sido la característica de nuestra historia; ese bien que se llama ´país estable´ empieza a estar cuestionado en el horizonte por el efecto que inevitablemente el uso abusivo de este recurso ha creado”.
Pese a discrepar con su filosofia de entender y transmitir lo que es la política nacional y partidaria, en estos conceptos estoy 100 % de acuerdo con usted.
En particular cuando usted hace futurología, o hace una advertencia a «futuros gobiernos aunque sean de otro signo», lo que tomo como que incluye a su propio partido.
Las refundaciones ideológicas no son buenas, y en particular en Uruguay, que como bien dice usted tiene un capital en América Latina que se llama estabilidad institucional, es un país seguro desde el punto de vista jurídico.
Recuerda cuando usted quería derrocar a los gobiernos democráticos de la década del 60 para imponer ideologías foráneas, bienvenido su cambio de pensamiento, y sobre todo para dejarles ese legado a las nuevas generaciones.
Y espero que no me defraude si sus expresiones son simplemente electorales y opositoras por el simple hecho de oponerse, buscando un desgaste y desprestigio del actual gobierno de turno.
Que no termine en simple chachara barata para llevar agua a su molino, y no se olvide de las palabras del «Che» Guevara, el revolucionario que usted quería emular.