NAVIDAD ENTRE REJAS. Por Daniel García

Seguramente cuando lea esta nota, ya habrá pasado la Noche Buena y la Navidad.

El tiempo avanza inexorablemente y el calendario nos coloca frente a esta época tan particular, de despedidas, compras, planificación de vacaciones, balances, elaboración de proyectos, objetivos y preparación para festejar la Navidad.

No podemos soslayar que es la Navidad y que se festeja, ya que significa el nacimiento de Jesucristo, quien se hace hombre, es el Mesías anunciado en la Biblia, eligiendo para su llegada, el más humilde de los lugares, un pesebre en Belén, a través de la Virgen María y su esposo San José, rodeado de humildes pastores y sus animales.

Solo para poner en su verdadero entorno esta fecha, la cual se ha ido desdibujando en el tiempo, perdiendo para muchos su verdadero significado religioso y espiritual, lo que se ha ido transformando en un más laico “día de la familia”, la llegada de Papa Noel y otras características más terrenales.

En fin, sin entrar en más detalles explicativos de la fecha en sí, todos sabemos, en definitiva, que las familias en su inmensa mayoría, se reúnen en torno a una mesa, en muchos casos con alta concurrencia, cuando se trata de aquellas numerosas.

Existe también, la falta de integrantes en las familias, que obedece a la acción natural que provoca la desaparición física de muchos seres queridos, que hace que la emoción y el recuerdo de aquellos, ponga un toque de tristeza también.

Con seguridad, habrá ausencias que obedecen a razones laborales, otros por estar en el exterior, viviendo, estudiando, en Misiones de Paz y un puñado de uruguayos, estarán ausentes, por estar sometidos a una prisión indigna, bochornosa y violatoria de todas las normas procesales, solo por haber cumplido con su deber.

Nos referimos a los presos políticos, que esta renga democracia, alberga en silencio, oculta deliberadamente las enormes irregularidades, inconstitucionalidades y explícito desconocimiento de los básicos principios del Derecho.

Civiles, policías y militares, sobre los que se ha hecho recaer todas las culpas, aberraciones y supuestos crímenes, que una fiscalía ideologizada, con un claro sesgo marxista, se ha encaramado para llevar adelante una venganza sin precedentes.

Una democracia y una justicia, que se jactan de ser independientes y justos, pudiendo mostrar como trofeos, de su supuesto imparcial accionar, la detención de ancianos entre más de 70 y 90 años, sin acusación, con dudosos testigos, sin pruebas, cuando el mismo fiscal impone a los acusados, demostrar su inocencia en lugar de probar su culpabilidad.

Se acusan de supuestos delitos, sobre hechos con una antigüedad de más de 50 años, haciendo alusión a los llamados de “lesa humanidad”, cuando eso entró en vigencia a partir del año 2006.

Supuestos delitos, que serían en todo caso, comunes y que por tanto estarían prescriptos por el tiempo transcurrido.

Un fiscal, como es Perciballe, que además estaría inhibido de actuar, en razón de su parentesco con integrantes del movimiento terrorista MLN, como demostramos en una nota anterior, “Quien fiscaliza al fiscal”, del 31 de Julio pasado, con la documentación correspondiente de sus visitas al Penal de Libertad.

Recientemente se presentó una denuncia sobre este fiscal, a través del Dr. Ravera, ante el responsable de la propia Fiscalía Gral. de la Nación, dando cuenta de esta y otras irregularidades, pruebas y antecedentes, que demuestran con certeza, que las actuaciones del Sr. Perciballe, carecen de toda imparcialidad, siendo simples venganzas.

Pero son muchos los responsables de la no plenitud de esta democracia de la que tantos se jactan, así todo el sistema político desde el presidente hacia abajo, son responsables de mantener estas irregularidades y violaciones flagrantes del orden jurídico.

Porque el sistema está plagado de Doctores en Leyes, ante los cuales no se cumplen principios básicos del derecho más elemental, sino que avalan y permiten, la continuidad en el tiempo, al desconocer el resultado de dos plebiscitos contundentes, que dieron como resultado por parte del soberano, que se aplicara y respetara la Ley de Caducidad.

En un acto sin precedentes, el Frente Amplio en el año 2011, valiéndose de una mayoría circunstancial, hizo volar por los aires el orden jurídico, votando una ley interpretativa de la propia Ley de Caducidad, para desconocer su aplicación, en un verdadero “Golpe de Estado Técnico”.

¿Y que aconteció? ¡Ahhhh si!, muchos discursos encendidos, de indignados dirigentes políticos, oposición en el momento, como el propio presidente y el actual ministro de defensa, quien, con la Constitución en su mano, hacía temblar el Palacio Legislativo, haciéndonos saber su indignación y su decisión de luchar contra esta violación de la voluntad popular.

¿Resultados después de 4 años de gobierno?

Este período se caracterizó y distinguió, por ser en el cual se procesaron y fueron presos más acusados por hechos de hace más de 50 años, siendo emblemático el caso de un médico con más de 90 años, a lo que debemos sumar los ya fallecidos.

La noche del 22 de setiembre pasado, al pie del Monumento a Artigas, se leyó una proclama dirigida al Sr. Presidente de la República, con un detallado raconto de los hechos y circunstancias que atravesó la Nación en su guerra interna y sus derivaciones, el trato dispensado a los terroristas con amnistías y resarcimientos económicos.

También se repasó lo acontecido, con los servidores públicos, que el estado llamó a combatir al terrorismo y cuya situación transcurridos más de medio siglo, los coloca tras las rejas, sin condena, sin juicios, privados de libertad, algunos con más de 15 años, en una larga agonía, con edades que superan los límites humanos para continuar presos.

Ancianos, enfermos, lejos de sus familias, de las cuales tampoco nadie se ocupa y preocupa, ningún medio se interesa o investiga, solo padecen estoicamente y en silencio, el desprecio de un sistema perverso que barre abajo de la alfombra y que se alarma únicamente, si a alguien se le ocurre remover el asunto pensando en su justa liberación.

Nadie se ocupó de ese acto, ningún medio siquiera envió un micrófono, para captar que iban a decir tantas personas en una noche en plena Plaza Independencia, donde, además, se entregaría una proclama y hasta un eventual proyecto, al mismo presidente, que permitiera derogar esa ley votada por el Frente Amplio en 2011, que avasalló todo.

Silencio total!! Los mismos que están siempre listos para dar difusión y cobertura a cualquier acto insignificante e intrascendente, que esos medios, amplifican a gusto.

También, desde hace años, Cabildo Abierto intentó mediante un proyecto de ley, amparar a los presos mayores de 65 años, con el beneficio de la prisión domiciliaria, cuando sabemos, además, que, en Domingo Arena o Coraceros, que a tantos preocupa que se legisle y abarque a esta gente, existen personas presas, que superan en más de 20 años aquella cifra.

Se terminó votando, un híbrido proyecto de ley para contemplar a los presos de más de 65 años, pero siempre teniendo en cuenta, ¡¡por favor faltaba más!!, que no fuera un proyecto que comprendiera a estos presos, todos haciendo hincapié en esto, no fuera que el mismo diablo estuviera en la cruz. Teléfono a la Sra. Hipocresía.

Nadie se quiere contaminar, nadie quiere pagar el costo político de ser señalado que estaba a favor de los “genocidas” o “violadores de derechos humanos”, la insana cobardía de un mayoritario sistema político, que con tal de no enojar a la izquierda en todas sus formas, prefiere desconocer las normas, no respetar el voto ciudadano y enterrar en vida a un grupo de obedientes y ancianos servidores que solo cumplieron con su deber.

Ese deber, que ninguno de estos agentes de la política, puede ni podrá cumplir nunca, ya que conviven en un mundo de arreglos, negociaciones, cálculos electorales, discursos bonitos, promesas fáciles, donde el conocido “como te digo una cosa, te digo la otra”, se ha convertido en la moneda oficial de intercambio de las operaciones políticas, a la que solo le falta cotizar en bolsa.

El mismo sistema político, que no dudó, no se cuestionó, no se horrorizó, ni puso el grito en el cielo, para dar una amplia, generosa e irrestricta amnistía general en el año 1985, que comprendió a todos quienes integraron los grupos terroristas, incluyendo a aquellos que nunca estuvieron presos ni un minuto, abarcando hasta los delitos de sangre.

La generosidad fue tan amplia, como irracional, que sumó también, millones de dólares, que ha pagado y paga, toda la sociedad, como parte de reparaciones, indemnizaciones y pensiones hereditarias, a aquellos delincuentes que intentaron tomar el poder por las armas.

De estas cosas, parece que nadie se indigna o cuestiona, cuando el mínimo sentido común, debería provocar un ruido ensordecedor, que es silenciado, por el accionar cómplice de políticos, medios y agentes culturales, que han logrado maniatar la capacidad de pensar, al haber alcanzado colocar el mundo patas arriba.

No debería causar asombro, que aparezca un Milei y rompa los esquemas tradicionales, provoque tanto revuelo con lo que dice y propone, lo exponga sin ocultar nada y la mayoría de la gente, acepte, casi gustosamente, un panorama complejo y duro por llegar, con tal que alguien les devuelva la esperanza, sin dejar asuntos en el camino.

Salvando las distancias y problemas de un lado y otro del Río, aquí seguimos padeciendo, las componendas de un sistema político, que no se anima a “poner el cascabel al gato”, como dice el refrán popular.

Así que otra Navidad, para algunos unas cuantas, en que las rejas, serán la compañía cercana que los acompañará, el ruido, el bullicio y el brindis que la mayoría de los ciudadanos haremos, estará opacado, porque en esta democracia, aún contamos con compatriotas que tendrán una Navidad entre rejas.

Daniel García