En esta fecha tan especial, me permito un recuerdo para mi padre, que hoy cumpliría 93 años, de quien seguramente heredé este gusto por escribir, aunque sea difícil igualarlo.
Con este juego de apellidos, nos metemos en la interna frenteamplista, con la intención de analizar a los dos candidatos que seguro disputarán la nominación por el Frente Amplio, cuyo orden será dado por el resultado de las elecciones.
Dos candidatos que son auspiciados o apoyados, por los dos principales grupos integrantes del Frente Amplio como son, el MPP con Orsi y el Partido Comunista con Cosse.
En sendos discursos se presentaron como inicio de campaña rumbo a las elecciones internas, donde Orsi en primera instancia, se fue a la Plaza Lafone, en el corazón del barrio La Teja, un verdadero bastión electoral de la izquierda y seguramente del MPP.
El ex intendente se mueve con una imagen conciliadora, de diálogo y acuerdo, una postura bastante alejada del perfil frenteamplista tradicional, más cercano a la confrontación, no acordar, criticar y no votar generalmente proyectos ajenos.
Escuché su discurso, sinceramente me parece muy pobre, no entusiasma, además que si uno sigue las declaraciones y respuestas que brinda Orsi, dejan la sensación de confusión, contradicción y un tono marcado de inseguridad, donde por lo general no se arriba a ninguna conclusión sobre sus ideas o intenciones, siendo todo muy vago.
Si me pareció, que hay una profunda preocupación en el grupo mayoritario que lo respalda, en la necesidad urgente de que su gente vaya a votar, lo remarcó en su discurso, también casi en tono de súplica, nada menos que Lucía Topolansky, ha insistido en ese detalle hacia su militancia.
Parecería que tienen claro, que la maquinaria de movilización del PCU puede hacer estragos las encuestas favorables, por lo que esa convocatoria a votar se vuelve clave.
Lo otro que también ha insistido Orsi, es en que hay que ganar en primera vuelta en octubre, tal vez en su obvia necesidad de evitar ir a un balotage que ponga en riesgo acceder a otro periodo de gobierno.
Después, un sin fin de buenas intenciones y deseos, sin saber cómo se alcanzarían los mismos, Orsi se despachó sobre la corrupción, la ética, en ese intento de asociar la falta de esos principios con la gestión del gobierno actual, en una cantinela conocida.
La izquierda ha tomado el tema de la pobreza infantil, un asunto de sensibilidad, en el que son expertos, para colocarlo como punto de discusión y un “talón de Aquiles” del gobierno, trayendo una y otra vez esto a la agenda.
Que es un tema importante, nadie lo pueda dudar, lo que, si habría que considerar, es si los caminos y estrategias para encarar soluciones es el adecuado.
¿Alguien podría determinar cuánto dinero invierte o gasta, como se prefiera considerar, el Estado en todo tipo de políticas asistenciales, planes, ayudas, exoneraciones, bonificaciones, etc.?
Imagino cifras multimillonarias, que salen de los bolsillos de los contribuyentes, en una suerte interminable de asignar dineros y fondos a estas políticas, de las que nunca sabemos que retorno tienen, su efectividad y si verdaderamente cumplen un cometido de hacer que tanta gente mejore su calidad de vida.
La sensación que tengo, es que, o estamos en una situación de estancamiento o de lento, pero imparable aumento del problema.
Orsi y sus amigos, lo único que prometen por ahora, es hablar del asunto y seguramente, decirnos, que se necesitan más recursos para educación, implementar políticas de asistencia, atender la pobreza, en una síntesis que desemboca en más Estado, más impuestos, única forma de solventar ese seguro aumento de recursos.
¿Esa es la única alternativa, todos los partidos deben entrar en ese callejón y sumarse al discurso políticamente correcto?
¿No será necesario explorar otros caminos y otras soluciones, solo la izquierda tiene sensibilidad social, preocupación por los más frágiles y la receta mágica?
En el gobierno del mentor de Orsi, o sea Mujica, recordamos aquella famosa arenga, “educación, educación y educación”, la cual nos condujo a un despilfarro de recursos, del cual se jactan como positivo, sin considerar los desastrosos resultados, que produjeron 15 años de gobierno, con un sistema educativo que expulsa al 70% de los muchachos.
El ex intendente además, deja tras su gestión, una deuda que se calcula en unos 500 millones de dólares, en aplicación de esa interminable estrategia de distribuir, sacarles a uno y darles a otros, en una especie de política a lo Robin Hood, sello de la izquierda.
Doña Carolina también se despachó con su acto, para lo cual se fue enfrente a su emblemático Antel Arena, una obra cuestionada, como todos sabemos, pero la picardía y soberbia de la candidata, bautizada como “faraona”, allí se plantó desafiante.
Dos días antes, una intensa lluvia sobre Montevideo, volvió a dejar al descubierto, la poca atención dada al tema saneamiento, el que luego de 35 años de gestión de la izquierda, pone en evidencia su incapacidad para resolver este asunto, que convierte a Montevideo en varios de sus puntos, en una especie de Venecia donde flota todo, como hemos visto.
La explicación a este caos, viene dada por el “cambio climático”, el que es usado para justificar todo, a lo que agregamos, existe desde hace millones de años como hemos aprendido, cuando en la era cuaternaria se derretían los glaciares, se movían continentes, se extinguían los dinosaurios y tiranosaurios y no había vida humana todavía, ni Cosse.
Carolina propone que hay que elegir caminos, haciendo referencia a lo que es tomar el camino de la derecha o de la izquierda, una falsa oposición que delata su sentido de confrontación, al decirnos que, solo tomando a la izquierda, tendremos adelantos, esperanzas, mejores salarios, más educación, salud, o sea la felicidad completa.
Con un detalle muy importante que remarcó, “a la uruguaya”, lo que viniendo de quien viene y de que amigos se acompaña, es lo mismo que decir, ahí está el lobo feroz vestido de abuelita.
Primero, porque los caminos de la izquierda que recomienda Cosse, no nos han conducido a buen puerto, ya que con 15 años de gobierno que la ciudadanía les otorgó, fueron muy claros sus resultados en todos los campos.
Que van, desde la renuncia de un vicepresidente por corrupción, fundir monopolios como Ancap, cerrar empresas como Pluna y dejar un tendal de proyectos de orden multimillonario sin concluir, producto de improvisaciones, malas decisiones, que aún seguimos pagando.
Pérdidas de puestos de trabajo, cierres de empresas, un nivel educativo del tercer mundo, una supuesta agenda de derechos que introdujo el aborto, cada vez nacen menos niños, legalización de la marihuana, con su correspondiente aumento de consumo, adictos y enfermos, las fiscalías que han provocado un caos sin precedentes, etc.
Los caminos de la izquierda, los han seguido nuestros vecinos, los que desembocaron en conducir a ese país al borde del abismo, con más de un 60% de la población viviendo en la pobreza, donde la combinación de corruptos, despilfarros, gastos sin sentido, fomento del no trabajo y el esfuerzo, revestido de derechos, los arrojó al caos actual.
Pero el eslogan a la uruguaya, es engañoso y mentiroso, ya que el partido comunista, el verdadero timonel de ese barco, se caracteriza por todo lo contrario, es un partido internacional desde que nació en 1920, se rige y acata por las consignas que se elaboran en los laboratorios del Foro de San Pablo y que son repetidas por todos sus integrantes.
Vemos continuamente, como resoluciones de organismos internacionales, son su sustento ideológico y de acción, lo cual está más que avalado, por una historia profusa en su alineamiento a lo que se determinaba en la ex URSS, cuartel general del comunismo internacional, el que aún hoy travestido, sigue en carrera hacia su Revolución Mundial.
No inventamos nada, cuando aún hoy vemos las banderas rojas con la hoz y el martillo en los actos emblemáticos del Frente Amplio y el Pitcnt, donde con el puño en alto, cantan “La Internacional”, un himno que su propio nombre los coloca lejos de, “a la uruguaya”.
Cosse se ha referido al gobierno diciendo que “no tiene rumbo”, usando esa corta frase como resumen de su pensamiento, si es que lo tiene, el que se suma al que el Frente Amplio nos regala en todo Montevideo, con sus carteles que indican “el gobierno fracasó”.
Una estrategia de frases cortas, efectistas, que parecen opacar el debate de ideas profundas y el análisis de las propuestas.
En el juego de apellidos que intentamos en el título, nos deja a la vista las dos alternativas que la izquierda elige y que según quien gane, mostrará seguramente el orden de esa fórmula.
Pero también nos deja planteado otro escenario, que se dirimirá al final del eventual balotage, donde habrá un ganador, sabiendo que quien sea, habrá consecuencias.
Para quienes apostamos por que vuelva a funcionar y ganar una nueva coalición, no sería malo preguntar, que sucedería si la izquierda no gana nuevamente.
Hacemos un juego de palabras y al final nos preguntamos, ¿todo se desCOSSE?
Daniel García
Exelente nota… gracias nos pone a pensar …
El abrazo fuerte de siempre para el escritor!
Muchas gracias Claudia, si cumple ese cometido la nota me siento satisfecho, ya que el tema busca eso.
Cordial saludo
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