En columna de hoy de El País (14 de noviembre de 2022), Juan Oribe Stemmer aborda el tema de la fundación del departamento capitalino y su verdadera fecha de creación. Con una mirada objetiva al tema, Stemmer aclara que la fundación no tiene una fecha clara porque en realidad no bajaron de los barcos y plantaron una bandera (como alguna potencia en la luna) sino que fue un proceso. Pero incluso, si la urgencia amerita una fecha que marque un comienzo, lo más lógico sería retrotraerse al siglo pasado y aclarar que los festejos de los 200 años de la creación del departamento, se festejaron un 25 de diciembre de 1926, por lo que «si se insiste en festejar una fecha para celebrar el principio de la ciudad, lo más apropiado sería el 24 de diciembre de 2026» y no en 2024, fecha que propone la intendenta para lograr así emparejar ese festejo con el año electoral en el cual se postula para presidenta en una interna muy reñida que a falta de apoyos partidarios parece tener pérdida de antemano. Para no caer en desafortunados errores históricos, la IM pública en su página oficial que su fecha de creación se encuentra entre 1724 y 1730. Que así fuera, y por no tener una fecha clara, podríamos festejar sus 300 años en un promedio de fechas que podrían ser o bien 2026 o bien 2027. Pero aún así, si quisiéramos ser más rigurosos con el tema, el punto que marcó el comienzo de la urbe podría encontrarse el 20 de diciembre de 1726 cuando se confecciona un padrón de habitantes y, finalmente, el 24 de diciembre se traza un plano delineatorio y se la designa como San Felipe y Santiago de Montevideo, nombre que posteriormente sería abreviado en Montevideo.
Como todo acto de soberbia política, la intendenta nos quiere imponer su historia. Y de paso gastar dineros públicos en una conmemoración que está fuera de sus potestades y su tiempo. Hay un discurso del hambre y la carestía que choca con otro de oprobio a su investidura. Si realmente está preocupada por el departamento, debería dejar para el próximo intendente el honor de festejar los 300 años de Montevideo, aunque en su festejo no incluya el gasto oneroso que la intendenta está dispuesta a gastar. Primero debería rendir cuentas por el Antel Arena que ya la compromete. Luego dejar de buscar excusas para hacer campaña con el dinero de todos. Una vergüenza descomunal.