Hace tiempo que en nuestras columnas venimos advirtiendo que una de las consecuencias directas de la inquisición de este sistema judicial, persiguiendo a quienes defendieron al estado, tiene como objetivo, no solo desgastar la moral militar, sino que también representa una advertencia directa al estamento político y a la democracia.
Les estan diciendo claramente ¨Fijensen lo que les va a pasar la próxima vez que decidan defender la democracia¨.
La guerra de Ucrania, cuyas proyecciones geopolíticas ya tienen efectos directos sobre el África con la crisis en Níger, se extiende al resto del mundo, incluido nuestro continente.
La escalada de golpes de estado en el Chad, Burkina Faso y ahora Níger, con clara orientación antioccidental y pro rusa, que pusieron esta semana en máxima tensión las relaciones entre las naciones africanas occidentales es apenas un indicio.
Aunque en escenarios diferentes, esta renovada versión de la guerra fría se está extendiendo implacablemente hacia nuestras fronteras regionales adonde ya estan desplegados todos los actores estratégicos.
En Sudamérica, poseedora de infinitos recursos como el triángulo del Litio en el norte de Argentina, Bolivia y Chile adonde se produce el 85% del Litio del mundo, la principal amenaza esta materializada claramente por el narcoterrorismo y el delito internacional en clara convivencia con los narcoestados del Foro de San Pablo al que nuestra izquierda adhiere entusiastamente.
Los indicadores cada más alarmantes de violencia, crimen organizado y corrupción y sus vínculos directos con la vulnerabilidad de la defensa nacional, son las consecuencias que esta guerra está ejerciendo en nuestra sociedad, sus estructuras políticas, así como la supervivencia del estado de derecho.
En un pasaje de un minuto por el programa dominical de Santo y Seña, se nos encendió una gran luz roja en el tablero al escuchar a tres periodistas que se suponen son la caja de resonancia de nuestra cultura.
Después de haber hecho escuchar un audio grabado en uno de los tantos barrios de Montevideo en donde se escuchaban ráfagas de armas automáticas al mejor estilo del ¨Día más largo del Siglo¨, la ráfaga de comentarios, resulto ser mucho más letal. Demostró por qué en Uruguay vamos en caída libre en el tema seguridad.
Los periodistas tiraron sobre la mesa la solución a la que siempre se recurre ante el peligro. Que vengan los militares.
Pero contrariamente a escuchar algún aporte al respecto, con apenas tres comentarios aclararon lo lejos que esta nuestra ¨cultura progre¨ de entender un adecuado empleo militar en la seguridad.
El primero adujo que no había posibilidad de empeñar la fuerza militar por las ¨reminiscencias de la dictadura¨, evidenciando el temor visceral implantado por la disolución de las cámaras hace medio siglo.
El otro periodista agrego ¨Porque si salen a la calle no van a volver a los cuarteles¨, incorporando además la versión del relato falso que dice que terminada la guerra en 1972 los militares se ¨envalentonaron¨ con su victoria y ya que estaban en la calle se dedicaron a dar golpes de estado.
Y el tercero, creo que fue el propio conductor, remato afirmando que ¨Son los mismos militares los que se niegan¨ sugiriendo una ridícula autarquía institucional de los mandos militares, reafirmando alegremente la banalización que se hace acerca de estos temas.
Pero esta ignorancia no es patrimonio exclusivo de algunos periodistas. Ellos son la caja de resonancia de una cultura implantada. El propio estamento político, que debería tener conocimientos elementales a fin de proveer el marco legal adecuado a las misiones de las FFAA, es el primero en desconocer los principios elementales de su empleo.
Esta semana algunos políticos volvieron a tocar el tema también superficialmente.
Sosteniendo que, si cumplen funciones de policía en las operaciones de paz en el extranjero, los militares deberían tener el mismo éxito en Uruguay, ignorando los diferentes contextos de guerra en el que se desarrollan esas operaciones.
Parecen ignorar, a pesar de que es el parlamento es el que autoriza la salida del país de las tropas, que cada una de estas Operaciones de Paz se ejecutan dentro de un marco legal apropiado a las particularidades del conflicto.
Entre otras cosas, se acuerda con todos los actores del conflicto, con los países anfitriones y el miembro de ONU contribuyente, todos los detalles concernientes a la organización, el equipamiento, las reglas de empeño, las áreas de exclusión, los procedimientos legales, las cadenas de mando y el uso de la fuerza. De nada de eso hablan estos políticos preocupados por la seguridad.
Presupuestos tras presupuestos, estos gobiernos han mostrado claramente su indiferencia para dotar a las FFAA de los equipos y las plataformas navales y aéreas básicas. Además, han sido complacientes con las letales influencias del comunismo y sus cretinos útiles, no solo para desarticular sus capacidades operativas, sino que también para hacer fracasar cualquier marco legal apropiado para su empleo efectivo.
Hasta que los políticos no resuelvan en sus mentes ese pavor a lo militar que les hace mirar hacia otro lado cuando se trata del empleo de la fuerza legitima del estado, cualquier guerra estará perdida.
Mientras el ejercito sea reclamado para proteger a la población, sin legislar sus potestades ni respaldar su autoridad acorde a la enorme responsabilidad de tener el control de la fuerza letal de La Nación, la opción menos mala seguirá siendo que permanezcan en sus cuarteles. Esta vez no vendrá la caballería al rescate
Su vocación y capacidades aplicadas en marcos legales adecuados como Camboya, Angola, Mozambique, Congo, etc. estan más que probadas en las guerras más cruentas.
Pero eso no es solamente gracias al profesionalismo de sus efectivos.
Una opción militar, debe ser precedida por acciones políticas honestas, inteligentes y sobre todo valientes.
Excelente nota
Nuestros representantes deberían encarar y más ahora con Lula.
Suerte que gano Milei.
Si quedase un atisbo de duda sobre la «importancia de las FFAA» en nuestro Pais….solo hay que echar un vistazo a las estatuas que adornan la entrada del Ministerio de Defensa.: 2 leones ….durmiendo.