Finalmente, la instancia electoral va llegando a su final, ya que este domingo 24 la ciudadanía se debe expresar sobre cual candidato hará recaer la responsabilidad de encabezar el gobierno.
Y es muy obvio, que no es lo mismo uno que el otro, claras muestras hemos tenido hasta ahora de lo que significa para el país una propuesta o la otra, no exclusivamente por la figura del presidente, vaya si será importante, pero deberíamos analizar un todo, o sea, quiénes lo rodean, asesoran, programas y quiénes acompañarán en la gestión.
La Coalición viene de la experiencia de gobernar por primera vez en ese formato, donde se han destacado excelentes técnicos que han aportado los diferentes partidos.
Podemos señalar, una labor en general con muy buenos resultados, teniendo en cuenta, las dificultades de hacerlo en un contexto complejo por la pandemia mundial, la crisis de la sequía, o la lejana, pero muy presente, guerra en Ucrania.
Cuando se comparan gestiones, también debemos recordar, que venimos de 15 años de Frente Amplio, un extenso periodo para gobernar, contra apenas tres de este gobierno, ya que dos, hubo que ajustar y atender el fenómeno de la pandemia mundial.
Un programa en común, que recoge las principales propuestas de los partidos de la Coalición, reclama por el voto ciudadano, para dar continuidad y poner al país en dirección a las transformaciones necesarias para un desarrollo serio y posible.
Técnicos probados, profesionales reconocidos, conforman los grupos que asesoran en diferentes áreas a un futuro gobierno, que fundamentalmente da certezas, rumbos claros, elementos fundamentales que los agentes económicos, inversores, empresarios, que toman en cuenta a la hora de invertir, lo que se traduce en genuinos puestos de trabajo.
Pero que también, debemos tener en cuenta y evaluar, los ciudadanos comunes, que necesitamos esas pequeñas señales o garantías, de que mi familia, mi entorno laboral o mi jubilación, tendrá sustento, que las instituciones funcionarán, que los que tienen la responsabilidad de gobernar y administrar, lo harán seriamente y con eficiencia.
Estas cosas, necesitan credenciales, credibilidad, confianza, la misma con la que procedemos cuando elegimos un coche, una empresa para viajar, quién nos hará una fiesta, un vestido, con que médico me voy a atender, dónde compraré un electrodoméstico, a que colegio mandaré a mis hijos, etc.
Esas diferentes operaciones cotidianas o comunes, hacen que tomemos decisiones meditadas o estudiadas, evaluando según nuestro criterio, cual nos ofrece una cosa que resulta difícil de medir, pero que está implícita en nuestras acciones, la confianza.
Por lo tanto, ese elemento intangible, debe ser tenido en cuenta en esta instancia del próximo domingo, en la cual debería atenderse la realidad que vemos, dejar de lado lo emotivo, los mensajes que apuntan a trabajar nuestros sentimientos y pasiones partidarias, dejando paso al análisis más racional, al que queremos contribuir.
Es evidente que la actual oposición, que encabeza el Frente Amplio, ha variado sustancialmente, ya que muchas figuras han ido desapareciendo, lo que motivó que los actuales dirigentes sean bastante diferentes en estilo, formación o códigos.
Dos grupos principales, han quedado como los notorios referentes en la conducción del Frente, como son el MPP, con amplia mayoría y el Partido Comunista, grupos que mantienen históricamente, una disputa que viene desde los años sesenta, por diferencias de métodos, cuando la toma del poder a través de la lucha armada era el objetivo
Diferencias que se manifiestan de distintas formas, en una interna plagada de corto circuitos, que no se deben pasar por alto, mirando las consecuencias que esto tiene, cuando hablamos de grupos que juegan fuerte, que son atravesados por lineamientos ideológicos que despiertan pasiones y conductas que la historia registra ampliamente.
Los aspectos económicos de las bases del programa, que nos presenta el Frente, provocan controversias y discusiones, sobre lo que se interpreta, lo que está escrito, lo que se quiere decir que dice y lo que eventualmente no dice, asunto de tal magnitud, que hoy a pocas horas de la votación, nadie es capaz de afirmar cual es el verdadero camino.
Candidato a ministro de economía, el Economista Oddone, no goza de la aprobación y respaldo de varios dirigentes, que han corregido varias declaraciones de éste, por las cuáles, ha sido “alineado” en sus eventuales propuestas, donde se le ha hecho saber, que deberá ajustarse al programa, o bases del Frente Amplio. ¿Entendió Oddone?
Proponen que no exista lucro en las Afaps, cosa que nadie puede explicar, ya que las actividades económicas de este tipo, que buscan optimizar inversiones, inevitablemente buscan el lucro, o sea ganar dinero.
Una palabra, que la izquierda ha estigmatizado, de convertirla en algo sucio, casi delictivo, cuando es algo natural, que todos los seres humanos intentamos hacer, cuando trabajamos en relación de dependencia, o nos embarcamos en un emprendimiento.
¿Tal vez, hay algún dirigente, candidato o militante de izquierda, que no busque obtener un lucro? No se vio una preocupación similar, cuando votaron una ley que ha permitido la aplicación de intereses de usura en los préstamos, ni tampoco se sumaron a los proyectos que buscaron moderar esos intereses que han dejado un millón de deudores.
El plebiscito que buscó introducir modificaciones en la seguridad social, no alcanzó los votos necesarios, pero, sin embargo, hemos escuchado hasta ahora, un nulo acatamiento al resultado, cuando dirigentes del Frente y su aliado el Pitcnt, insisten en que hay que atender la opinión de los que votaron por la reforma, clara posición anti voluntad popular.
Incertidumbre, es el término adecuado para calificar esta actitud, que deja a merced de férreas consignas ideológicas, que dejan entrever, que cosas harán de verdad.
Las bases programáticas, han desnudado una realidad que nadie es capaz de discernir o explicar, ya que el cúmulo de contradicciones es amplio, como sucede con el caso de los tributos, en el que explícitamente se detalla que se gravarán a los que más tienen más, los depósitos en el exterior, etc.
Por otro parte, el candidato parece tener el mandato de negar que se subirán o aplicarán nuevos impuestos, en declaraciones que generan controversias cuando se contrastan con otras que dicen lo contrario.
El debate, dejó en evidencia otras realidades, como cuando Orsi hace alusión a la principal riqueza del país, al referirse a la ganadería, al cultivo del arroz y demás actividades agropecuarias, las cuales merecen atención, estímulo y apoyo por lo que generan para el país.
Algo que aumenta la incertidumbre, cuando una y otra vez, las referencias a estos sectores productivos, la izquierda los asocia, con los llamados “malla oro”, una etiqueta para denostar y despreciar a aquellos que han logrado una vida más cómoda y desahogada, que seguramente en su mayoría han operado con sacrificio y honestidad.
Orsi, también se ha referido a la inversión interna, necesaria para generar riqueza y empleos genuinos, la que no puede dejar de estar formada por personas que dispongan de cierto capital, que permita esa reclamada inversión en el país, lo que nos hace presumir, que también deben formar parte de esos “malla oro”.
Entonces, la izquierda ha pasado 5 años diciendo que el gobierno solo favoreció a este grupo, ¿buscará recurrir entonces a ellos, para todos esos planes de inversión?
Orsi insiste en el tema educación, que se debe volver a una forma de participación de los docentes en las decisiones de este asunto, lo que quiere decir, que los sindicatos se vuelvan a sentar en los organismos de dirección, en una función con experiencias negativas, pero que, además, están alejadas de los cometidos sindicales.
Es muy obvio, que la presión de los sindicatos, han hecho su trabajo en la interna de la izquierda, para que esto sea una bandera, que Orsi se encarga de agitar como propia.
En el gobierno de Mujica y su famoso educación, educación y educación, todos vimos como los sindicatos terminaron torciendo su mano y la reforma quedó en la nada, con su conocida declaración de que habría que hacer con ellos.
¿Alguien por ventura, o tal vez ingenuidad, piensa que Orsi tiene la suficiente personalidad para imponerse a los duros sindicalistas del pitcnt?
La seguridad, que mágicamente ha dejado de estar en la discusión, coloca al Frente en una posición desprolija, con un contaminado análisis, bajo premisas filosóficas erradas sobre las causas del delito, su tratamiento y eventual recuperación, a caballo de técnicos que han hecho fama, a consecuencia del fracaso operado en 15 años de gobierno.
Recordamos, que, en sus bases, nos plantean la despresionalización, un término típico de los laboratorios semánticos, que traducido al lenguaje de los ciudadanos comunes, significa, la liberación de presos, así como el no enviar a prisión algunos casos.
¿Pero no era, que la seguridad es un tema grave y urgente, pero proponés liberar delincuentes?
No debemos olvidar, un panorama internacional, que camina sobre una delicada situación, donde se prenden alarmas de todo tipo ante ciertos tambores de guerra repicando.
Un elemento más, para nuestra toma de decisiones, ya que no se debería ignorar, en un mundo tan interconectado, que cualquier conflicto por lejano que sea, nunca nos es ajeno y allí juega quien es el capitán del barco y su capacidad de decisiones.
Podríamos ahondar en otras características, pero solo con pensar en las más elementales, a tener en cuenta, para elegir al conductor principal de un país, donde la confianza, conocimiento, templanza, sabiduría en la toma de decisiones relevantes, nos trasladan a una persona que pueda desempeñarse con solvencia.
Hemos visto al candidato Orsi, como una persona dubitativa, con desconocimiento profundo de áreas esenciales del Estado, con dificultades para contestar sobre acciones, medidas o simples ideas, lo que ha terminado en una ensalada de conceptos contradictorios que alguien debe interpretar luego y explicar que quiso y no quiso decir.
En una reciente entrevista, dijo no conocer que pasó con Pluna, que pasó con Morabito o Ancap y otros hechos recientes muy notorios, que dejarían en evidencia una ignorancia alarmante de hechos, que un político y candidato a presidente, debería dominar ampliamente en detalles de cómo sucedieron y las consecuencias gigantes que tuvieron.
Es por estas cosas, que el próximo domingo 24, la decisión es crucial y debemos elegir entre la certeza y la confianza o el tembladeral y la icertidumbre.
Entendemos, que aquí está en juego, la alternativa de tirarnos de un hipotético avión, con paracaídas o sin él, lo que equivale a dar un salto al vacío, si no somos conscientes de lo que decidimos, luego puede quedar, la posibilidad de ir a llorar en el cuartito… secreto…
Daniel García