Pablo Vierci

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Por: Semanario Contexto.

CE– Si bien conocemos, y reconocemos que muchos ciudadanos saben quién es Pablo Vierci, cuéntenos y cuénteles, ¿Quién es Pablo Vierci? (Orígenes, familia y formación).

PV-Nací en Montevideo, en 1950, en el barrio Carrasco. Mi padre y toda mi familia paterna son paraguayos y mi madre uruguaya. Fui toda la primaria y secundaria al Colegio Stella Maris (Christian Brother’s). En 1968 comencé a estudiar Derecho y en 1970 me cambié a la Facultad de Humanidades, para estudiar Psicología y Filosofía, disciplinas que me apasionaron. Cuando vino el golpe de Estado, el 27 de junio de 1973, con la llegada de la dictadura, se cerró mi Facultad.

CE– ¿Cómo y por qué llega a la simpatizar por una determinada fuerza política? ¿Por cuál?

PV-La simpatía política más antigua que tengo, desde mi primera juventud, es mi admiración por José Batlle y Ordóñez. Me fascinaron siempre sus escritos, su vida, la visión cosmopolita y equilibrada, justiciera, que generó este país abierto y armónico que es Uruguay. Con el tiempo aprendí a respetar y admirar las tradiciones del Partido Nacional, en especial su mística, y como los dos partidos fundacionales son parte de este país que considero admirable. Con hitos previos, como la formación más republicana del continente, desde las Instrucciones artiguistas de 1813, pasando por la escuela pública de José Pedro Varela, en la segunda mitad del siglo XIX. El Frente Amplio que surge en 1971 abrevaba en esas mismas fuentes, a las que se les agregaba los partidos Comunista y Socialista así como, en el origen, el Movimiento 26 de Marzo, entre otros.

CE– ¿Cree que la pandemia dejará una lección en nuestra sociedad? Y si así fuera, ¿qué cree usted que dejará en el colectivo ciudadano?

PV-Creo que la pandemia reseteó la historia. Fue y es una tragedia que, al menos a mí, me cambió en muchos aspectos. Ver la muerte tan cerca, todo ese período tan largo de desasosiego absoluto, cuando no se veía el final del túnel, me cambió la perspectiva. Creo que a mucha gente le cambió para bien, en el sentido de que uno entiende que es necesario apostar a debates superadores, porque los debates estériles solo nos hacen perder tiempo, y no hay tiempo para perder. Otra enseñanza de la pandemia es que en las cuestiones vitales, no se puede jugar con fuego, no se puede hacer “política”, o teñir las decisiones por compromisos ideológicos, porque nos va la vida. 

Para mí es y será imborrable, como episodio delirante, el caceroleo que impulsó el PIT-CNT el 25 de marzo de 2020, a pocos días de declararse la emergencia sanitaria. 

Ahí se vio claramente un país aferrado a temas viejos y caducos, que solo nos empantanarían, y otro Uruguay que debía avanzar con mucha inteligencia, mucha solidaridad y mucha innovación, como fue la creación del GACH.

CE– ¿Cuál es el desafío más importante que le ha tocado transitar en la vida, y qué le dejó de experiencia?

PV-El principal desafío que enfrenté fue cuando, a mis 22 años, muchos de mis amigos, y compañeros de colegio, de la infancia y la primera juventud, se cayeron en un avión en los Andes. Experimenté la finitud, la precariedad de la existencia, y en cierto modo quise hacer la catarsis de esa angustia escribiendo, en este caso, dos libros, La sociedad de la nieve, donde participan todos los sobrevivientes, donde ellos son los que cuentan “qué nos pasó”, en primera persona, y el otro fue Tenía que sobrevivir, que hice con mi vecino y amigo de la infancia Roberto Canessa, que estaba dos clases más debajo de la mía. 

Lo que me dejó de experiencia es que la vida es incierta, pero que siempre podemos buscar la forma de superarnos, en este caso ayudando a contar la historia de mis amigos, vivos y muertos.

CE– ¿Cuáles entiende usted que son sus fortalezas? (Personales/Profesionales)

PV-Considero que mi principal fortaleza es el esfuerzo. No claudico, le paso por arriba a las adversidades. Y es una característica que la tengo desde niño, según me contaban los Hermanos irlandeses del colegio. 

CE– ¿Cuáles entiende usted que son sus debilidades?

PV-Mi principal debilidad está vinculada a lo anterior, nunca paro, no descanso lo suficiente, soy demasiado ansioso. Eso, incluso, hace que oralmente me exprese muy mal, hablo con una velocidad anormal. También eso hace que necesite expresarme por escrito, porque es la forma de ponerle una pausa a mis pensamientos que se me atropellan en la mente. Fui a una foniatra varios años y me dijo: “no tenés remedio, seguí así”. Mi ansiedad está vinculada con una sensación imperiosa de que “el tiempo no será suficiente para todas las cosas que quiero hacer”.

CE– ¿Ha tenido la sensación del fracaso alguna vez? De ser así, ¿cómo ha moldeado ello su vida?

PV-Nunca viví un fracaso en forma profunda, porque más o menos hice lo que siempre quise hacer, que era escribir. Tengo una familia que considero muy armónica. Sería injusto hablar de fracasos, salvo las adversidades que todos tenemos, pero siempre tuve la disposición de pasarles por arriba.

CE– ¿Cuáles son los ejes que considera principales para mejorar la calidad de vida de los uruguayos?

PV-Los principales ejes para mejorar la vida de los uruguayos para mí pasan por asumir debates superadores, no estériles. Por eso escribí mi último libro, La redención de Pascasio Báez. Siento que hay malentendidos respecto al pasado, una historia renga que nos mantiene confundidos. Ayudar a clarificar lo que vivimos en los años duros de la guerrilla y luego la dictadura, nos ayudará a elaborar debates sobre temas centrados en un futuro mejor.

CE– ¿Es usted lector? ¿Qué tipo de lectura recomienda y por qué?

PV-Soy lector, sí, recomiendo todo tipo de lectura, porque es una práctica que se entrena. Cuanto mejores libros leamos, más exigentes seremos con los siguientes, en el sentido de entender la lectura como una experiencia transformadora.

CE– ¿Qué es el Éxito para usted?

PV-El éxito está vinculado con la madurez, con el crecimiento. Superarse como persona, como familia, como sociedad, es la única forma que entiendo como éxito. Y esto implica la generosidad, la solidaridad, uno no se salva solo, sino como conjunto, como aprendimos de forma tan gráfica en la pandemia. La pandemia es un ejemplo muy pertinente para evaluar lo que es el éxito efímero y el éxito que perdura y permite éxitos a tu alrededor.

CE– ¿Cuáles son las fortalezas de Uruguay en el contexto mundial?

PV-La fortaleza de Uruguay es su historia y su presente. Un país equilibrado, igualitario, el más equitativo del continente. Nuevamente la pandemia nos puso en el radar del mundo, y no es casual que la estemos sorteando tan bien, sino que es nuestra peculiaridad, nuestro respeto a las instituciones, a la república y a la libertad.

CE– ¿Cuáles son las debilidades de Uruguay, que dificultan una mayor prosperidad como Nación?

PV-Entre las debilidades apunto lo que ya esbocé, enzarzarnos en debates estériles. Seguir hablando del pasado en forma renga. 

CE– ¿Cree que hay una decadencia de valores en la sociedad?

PV-No veo una decadencia de valores. Desde muy joven mi lema es una frase de Benedeto Crocce, “La historia es la hazaña de la libertad”. A lo largo de mi vida, salvo en el período de la dictadura, esto se viene cumpliendo de forma vertiginosa. La llegada de Internet fue disruptiva, en este sentido. Y claro que estos cambios generan ruidos, incertidumbres, pero son parte de la hazaña de la libertad, con avances siempre mayores que los retrocesos. 

CE– ¿Todo tiempo pasado fue mejor?

PV-Por lo anterior, no, de ninguna manera, jamás creí que todo tiempo pasado fue mejor.   

CE- ¿Qué mensaje desea dejar a la ciudadanía como referente en su especialidad?

PV-Que a pesar de la pandemia, Uruguay está viviendo un momento virtuoso. Incluso para quienes escribimos, hay que recordar que se multiplicó por cinco la demanda de contenidos audiovisuales, y la base de cualquier guión por regla general es un buen libro. 

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