Siria tiene una población de 17.5 millones de habitantes, la mayoría de los cuales hablan árabe y profesan la religión islámica, siendo el suní el grupo mayoritario. Entre los musulmanes no sunnitas están los alauitas y chiitas. Además, existen minorías de las etnias asiria, armenia, turca y kurda, junto a miles de refugiados palestinos.
Siria tiene una enorme importancia geopolítica en el Cercano Oriente.
Y su situación es caótica e incluso incontrolable para el gobierno sirio.
Están quiénes influyen «desde afuera» y quiénes lo hacen «desde adentro».
Desde afuera
Siria mantiene relaciones diplomáticas con Irak, Argelia, Líbano, Mauritania y Omán.
Entre quiénes influyen «desde afuera» se encuentra Arabia Saudita, con la firme
intención de frenar la creciente influencia de Turquía e Irán.
La Unión Europea no reanudará relaciones mientras se mantenga en el poder Bashar Al- Assad, considerado » un déspota «. Pero otros países europeos, Grecia, Hungría y Serbia reabrieron sus embajadas en Damasco.
Irán es otro sujeto estratégico influyente.
Ha apoyado al gobierno sirio con el envío de miembros de la Guardia Revolucionaria Islámica, movilizando a Hezbollah y milicias chiitas afganas paquistaníes.
A su vez, la presencia iraní incita la presencia de Israel, potencia regional que no respeta la soberanía siria.
Irán ha configurado entonces un «eje de resistencia » contra Israel y con ese fin estratégico instaló en Siria un depósito de armas y municiones para abastecer a las milicias chiitas.
Ese panorama hizo reaccionar a Rusia.
Con el afán de recuperar su influencia en el Cercano Oriente, desplegó fuerzas
aéreas e instaló allí dos bases militares en apoyo al gobierno sirio. Por otro lado, desde 2019 Rusia controla todo el espacio aéreo de Siria.
Estados Unidos es otro sujeto estratégico que ejerce influencia. Instaló una decena de bases en el norte y este del país. Todo con el firme propósito de frenar el acceso iraní a los yacimientos de petróleo y gas y además impedir el resurgimiento del ISIS, una amenaza presente al haberse fugado de las prisiones muchos de sus ex miembros.
Desde adentro.
Son varios los sujetos estratégicos que ejercen presión.
En marzo de 2019, las Fuerzas Democráticas Sirias, un ejército que aglutina kurdos, árabes y cristianos, crearon la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria. Esa región era el granero del país y de allí se extraía el 80% del petróleo.
El sur de la región de Áfrin, zona limítrofe con Turquía, está fuera de control. Desde 2010 viven allí casi un millón y medio de personas, la mitad durmiendo en carpas hechas con plásticos y frazadas.
Los turcos buscaron con las milicias que operan en la zona, pero no lograron su objetivo. Una de las milicias, Hayat Tharir al-Sham, al mando de Abu Mohammad Al -Golani cuenta con 35.000 combatientes y domina el 75% de la región. Este jefe yihadista tiene intención de extender su zona de acción.
Y encima el reciente terremoto. Todo eso hace que Siria, al presente, sea un lastimoso caos.