La ventaja que tiene escribir sobre economía a los que poco sabemos de esa materia es que podemos escapar a las miradas fanáticas de las distintas escuelas y apelar solo a mezclar datos con nuestras intuiciones. No es otra cosa que usar el prisma del sentido común.
Los uruguayos estábamos esperando este momento hace rato. Baja la inflación y sube el salario real. ¡Vaya logro!
Lo cierto es que para llegar a esto no alcanza con proponérselo. Un país tomador de precio como el nuestro no mueve la aguja en el mundo y si bien los gobiernos tienen herramientas para incidir en sus indicadores hay factores que -a menudo- los superan. Por citar un ejemplo: la Guerra de Ucrania. Generó inflación en el mundo entero.
O en nuestro país una brutal sequía. Hizo encarecer alimentos empujando con esos precios al alza de la inflación.
Aún así este gobierno -que algunos tildan «sin rumbo»- tiene sí un rumbo marcado. Y un objetivo que es la baja de la inflación. Para ello utiliza herramientas mezcladas que van hacia esa meta. La política monetaria es una de ellas. Muy criticada porque los distintos economistas tienen variadas miradas respecto del precio del dólar y de cómo eso afecta otras variables competitivas del país.
Me da gracia contemplar como algunos observadores de la oposición tildan al gobierno de ser fieles representantes de los «malla oro» y algunos más criticones lo tildan de gobierno de «oligarquías». Sin embargo, son los malla oro los que más se quejan del gobierno y su política monetaria. Por tanto, me alegra saber que en mi país no gobierna nadie con agenda corporativa de sector social alguno.
Si mi ministra de economía tiene como norte la baja de la inflación y con ello alcanza objetivos no solo económicos, sino que también sociales a mí me interesa destacarlo. Bajar la inflación es hacer rendir mejor los pesos que tienen que tienen los uruguayos para gastar. Y eso no es «atender a los malla oro». Se valorizan otros objetivos más colectivos y hasta más populares.
Me consta que hasta ahora se han hecho ingentes esfuerzos para aprovechar las mermas en el precio del petróleo. (las naftas bajaron 4 veces seguidas). Lamentablemente eso ya no se puede sostener indefinidamente. Me consta también que la merma en hortalizas y frutas y sus precios es efecto «rebote» de la salida del periodo de sequía. Si eso incide para bajar los indicadores a esta inflación anualizada a Agosto de 4 y poco por ciento no puedo atribuírselo a la suerte. Porque en todo caso nos tuvimos que «fumar» un período de sequía a todas luces inusitado y cruento. Y si es suerte…nos la merecemos por todos los sacrificios colectivos dispensados.
También me consta que la gran materia pendiente en Uruguay es el resizing del Estado y eso es un ancla importante para el crecimiento. Pero convengamos que este gobierno cuando culmine su periodo apenas podremos decir que el mismo duró en condiciones medianamente normales 3 años y medio. (vivimos un año y medio en condiciones de total excepcionalidad y urgencia con el covid). Pero además nos han pasado otras desgracias.
Si hay dinero que no se gasta hoy en el Uruguay no es culpa nuestra. Que la Argentina este en llamas no puede ser nunca una responsabilidad de nuestro gobierno. Y si eso también opera en la baja de la demanda interna y coopera para que baje la inflación es un dato objetivo más a considerar. Lo cierto es que por extraño que parezca hoy se combinan 4 o 5 indicadores que en cualquier otro país del mundo darían para el que el Parlamento de un país llame a su ministro de Economía para entregarle una plaqueta de reconocimiento o le organice alguna «Cena homenaje».
Baja la inflación, se recupera el salario, baja el riesgo país y se ubica en el mínimo latinoamericano y baja el desempleo. Un país serio premiaría al Gobierno con su aprobación. Medalla, aplausos y beso.
Acá en Uruguay parece que ese no va a ser el gesto.
A Arbeleche la citan para ver si hay un par de decenas de contratos clientelistas en un organismo binacional. Como si fuera responsabilidad de la Ministra de Economía controlar eso cuando hasta ahora no le han pedido un solo peso más diferente a lo que se gasta desde 2017 hasta la fecha. Si hubo desprolijidades bueno es que se sepa y que los responsables se hagan cargo.
Pero a la Ministra de Economía por lo menos yo desde este muro de opinión le voy a hacer el debido homenaje y reconocimiento por sus logros. Los especialistas en economía llaman a este proceso que vivimos: DESINFLACIÓN. Un proceso económico virtuoso en el que los precios tienden a descender sin que haya impactos negativos en otros indicadores sociales (como sucede a veces con la Deflación). Bienvenida la Desinflación en Uruguay y aplausos para el equipo económico de gobierno. Están a tiempo nuestros legisladores ya que van a convocar a Arbeleche al Parlamento de hacer un «alto» en algún momento de la interpelación y comprarle unas flores y unas masitas y felicitarla por una gran gestión al mando de su cartera. Pero no creo que sus mediocridades les dé para tamaño acto de grandeza.
He dicho
jrpuppo.