La forma como el castrismo desarrolla su estrategia geoeconómica, y su relación e injerencia política con países dizques amigos del castrismo -pero no del castrismo para ellos- no tiene nada que envidiarle a desenvolvimiento del satánico Damián (La Profecía 1976); excepto, el tatuaje.
Pulula como la peste en el lumpen del subdesarrollo latinoamericano. Tiene un engendro, o varios, uno en cada país donde radica sus pezuñas.
El engendro es un pastor de ovejas negras, dizque asediadas por -el imperio- lobos feroces, cuya doctrina no contempla ninguna religión; sino una secta, en donde, él, ¡no es un sumo sacerdote! Sino un cancerbero de un presídium diabólico, los Castro de Cuba.
Su espíritu se regodea en la perversidad, de lo cual; tal que orate, es víctima de sí mismo ante la objetividad de la alteridad. Luego, no vacila en demostrar la venganza como justicia, derivada de un rencor y un resentimiento parricida que sufre quien menos le merece -síndrome de Estocolmo- su pueblo.
resentimientos ubicadose los métodos para desarrollar su logos –herramienta- perverso: un discurso falaz e hipócrita, diseñado y expandido mediante la actividad de “una revolución silente” de un Estado mayor Conformado -según La ex comunista psicóloga Hilda Molina- por pensantes cuya impronta es odio y resentimiento ubicados en Cuba, con lo cual engaña al mundo y a su pueblo. A este último, trayendo a citación la idea de Simone de Beauvoir, por su mal cultivada, adoctrinada y enajenada idiosincrasia le convierten en cómplice pasivo.
Con esto antes explicado, morbosamente, y como parásitos virulentos, el engendro disfruta. Como misión u objeto especifico, aunque entre bastidores de este teatro macabro haya otros intereses egoístas, codiciosos, vanidoso y narcisistas dañinos, la orden es acabar con la democracia y la clase media productiva en Latinoamérica a la cual titulan o llaman capitalismo salvaje.
Su ente es una dupla, constituida por la propaganda y el terror, apoyado por un despotismo que, irónica y supuestamente dicen que detestan, el fascista.
Es un ente con el deseo de poder del malo según Nietzsche. Su alter ego es representado por el engendro del Diablo de Michelle Soavi (1992) cuyo objetivo es invocar a las fuerzas del mal y provocar la llegada de satanás a la Tierra.
¡Como si fuera obra de la serendepia o casualidad, la unión soviética desaparece un año antes de nacer el engendro (1991)! Pero no fue así, nació como producto de la inseminación natural de ese estado mayor en las entrañas de los pueblos de Latinoamérica.
El espíritu del engendro desde la segunda mitad en el S. XX –en cuerpo y alma- mutó a Sanguijuela, a vampiro, le chupó la sangre a la URSS, a Angola, etc. Ahora, a partir del advenimiento del chavismo desde 1999 se la está chupando a Venezuela, su protagonismo lo representa el socialismo S.XXI, vive usurpando gobiernos es egoísta y ególatra. Para muestra un ejemplo:
Venezuela, bendecida por su naturaleza geológica y el esfuerzo industrial incipiente pujado hasta finales del siglo XX, vivió felizmente vendiendo petróleo en el mundo con diferentes formas de comercio, USA, su principal cliente pagaba el producto Cash. Mientras, Cuba recibía el petróleo casi gratis, no periódicamente como ahora, sino por contratos pagaderos según su criterio, que llamaban deuda eterna. Ahora ¿qué pasa?, la respuesta es: ¡mediante la directriz de organismos fraudulentos como Petrocaribe y otros como empresas de maletín y contrabando con tratos asimétricos, triangulan las ventas de petróleo y el dinero de las ventas “cae” o va a parar en manos ajenas a los intereses de PDVSA y del pueblo venezolano. O sea, en las menos indicadas. ¡Por eso, estamos cómo estamos!
Esta estrategia fue diseñada solapadamente en el foro de Sao Paulo (el engendro) que determinó, desde principio, que las finanzas de la expansión de la revolución socialista en Latinoamérica debían ser financiada con el petróleo venezolano. Por eso, es que como genuinos ladrones en sus discursos denuncian con una mentira la supuesta intención que tiene el “imperio” -EEUU- de apoderarse del petróleo venezolano. Caso que es todo lo contrario, los que se han apoderado del manejo de la industria petrolera venezolana mediante sus socios traidores chavistas y cómplices iraníes son los tiranos de Cuba.
Joise Morillo
Venezuela-USA