LOS NUEVOS HOUDINI, LOS VIEJOS PILATOS. Por Daniel García

Se suele considerar a Houdini el mejor escapista de todos los tiempos y también precursor de muchas de las hazañas y retos de este tipo.

Escapó de cuerdas, cadenas, camisas de fuerza, todo tipo de esposas, barriles, cajas, baúles, bidones, bolsas, sacos, ataúdes, jaulas y habitaciones cerradas.

Realmente un hombre que en su época, marcó con sus trucos, haciendo que su nombre artístico se convirtiera en sinónimo de hacer cosas imposibles, aunque podemos asociar también, a aquellos que se quieren escapar de sus responsabilidades, o como decimos vulgarmente, se lavan las manos como el viejo Pilatos

Para que no piense el lector que haremos una crónica sobre magos o ilusionistas, o de tiempos bíblicos, vamos directo al asunto en cuestión.

En estos días senadores de la coalición, aprobaron el proyecto de prisión domiciliaria para mayores de sesenta y cinco años, proyecto que viene en discusión desde hace unos tres años, sobre uno originalmente presentado por Cabildo Abierto.

Este de Cabildo, tuvo múltiples reparos, en razón de las críticas recibidas, obviamente, por legisladores frente amplistas, cosa que no llamaría la atención, pero, también las que se sumaron, de la casi totalidad de la Coalición.

Lo principal, que hacía temblar tantos ojos, manos y conciencias, era el asociar dicho proyecto, con la posibilidad de que este favoreciera directamente a los presos, ilegalmente detenidos, que se encuentran en Domingo Arena y Coraceros, militares, policías y civiles.

Y esto era y es inadmisible, para una gran mayoría de nuestro sistema político, que cuando ha sido convocado para decidir temas trascendentes, han demostrado una alta capacidad de escapismo, emulando al gran ilusionista, como al conocido lavador de manos, gobernador romano, que dan nombre a esta nota.

Los mismos hombres y partidos que no han tenido ni vergüenza, ni temor, ni les ha invadido ningún prurito, de esos que hoy les brotan en cada palabra, cuando han votado amnistías irrestrictas, indemnizaciones millonarias, homenajes, a quienes atentaron contra las instituciones, con su secuencia de crímenes o a partidos internacionales que cargan en su historial millones de muertos.

Esos políticos, que se inclinan ante las demandas de la izquierda y que hoy, en una hemorragia institucional sin precedentes, vemos como su soberbia los ha acorralado en el ring de su propio ámbito, desnudando tantas miserias, intrigas y secretos.

Componendas, que se originaron en aquel lejano acto del Obelisco, donde se consideraron a los terroristas, “como hombres de una gran altivez cívica” ??

Una semana cargada de tanta suciedad, mezquindades, conventillos de toda índole, que nos ha colocado en lo más bajo de cualquier tabla de calificaciones.

Y esos calificativos comprenden, a la votación de esta ley que no va a arreglar nada, que no hará que ninguno de los presos pase a cumplir su pena en domicilio, ya que hoy, la posibilidad de hacerlo en domicilio, ante una recomendación médica, ya existe.

Pero seguimos discutiendo sobre un tema que ya no debería existir, en este año 2023 casi 2024.

Es todo ilegal, la derogación de la ley de caducidad, por una ley interpretativa pergeñada por el Frente Amplio, la Fiscalía de Lesa Humanidad, para delitos que se deberían considerar a partir del año 2006, que entró en vigencia en Uruguay, el fiscal Perciballe que tiene implicancias familiares con el tipo de delitos que persigue y debería ser removido, como el propio Fiscal de Corte, casi una figura de papel.

Todas esas cosas son anti Constitucionales, parlamentarios abogados, altos dignatarios de la República, también Doctores en Leyes, todos saben que esto es ilegal, que hay personas ancianas detenidas sin juicios y con un cinismo escandaloso, se animan a seguir hablando de “terrorismo de estado”, abonando la teoría inventada por sus futuros enterradores.

Acabo de comprar el último libro del escritor Älvaro Alfonso, quien en uno de los primeros capítulos, detalla dieciséis leyes que se votaron desde 1985 para liberar, resarcir económicamente, recomponer carreras y varias cosas más, que comprenden a quienes integraron grupos armados que atentaron contra la República y sus variados cómplices.

Todo eso, representa una cifra que alcanza los mil millones de dólares, que para algunos, aún sigue siendo insuficiente, por lo que la búsqueda de cualquier fisura en el sistema que asegure más dinero, no terminará, de ahí la permanencia de sus campañas.

Es escandaloso e indignante esto, cuando sabemos que desde hace 50 años, los familiares de quienes fueron muertos por la incursión de estos asesinos terroristas, han esperado a ser considerados, para obtener una mínima y tardía reparación, que hubo que obtener en algunos, con forceps y tirabuzones, para que se dignaran en levantar su mano.

Y ahora tres años, para votar algo tan blindado, con tantas barreras, salvaguardas, que parece que van a tratar el caso de Hannibal Lecter y se puede fagocitar a alguien de un mordiscón.

La permanente obsecuencia y genuflexión de partidos, como hasta del máximo nivel institucional, llevaron hace un par de meses a realizar un acto de reconocimiento, a tres terroristas abatidas en enfrentamiento de una guerra interna y allí, casi todo el sistema político, tenía que rendirse y aceptó un chantaje y tergiversación histórica, sin chistar.

Pero claro, como iban a votar una ley que amparara a quienes han sido un botín, de una guerra revolucionaria que no perciben, no entienden, no estudian y que además, probablemente si, los entierre.

Ni me voy a molestar en analizarla, ya que es una especie de Frankenstein creado para decir que hicieron la ley, que con tantos parches y zurcidos será imposible de operar, e intentaron con el Frente Amplio, para lo cual, pusieron todas las garantías posibles para ver si los niños caprichosos compraban, éstos dieron el portazo sabido, ya que su visión es más lejana, “no hay olvido, ni perdón”.

El Gran Houdini, no lo podría haber hecho mejor, cuando nuevamente se han escapado, no sin antes proceder a un exhaustivo lavado de manos, para desconocer e insultar, a aquellos soldados que fueron llamados a luchar contra la subversión, financiada, entrenada y pertrechada desde el exterior por potencias militares.

No falta ocasión, en que tengan que recurrir a mencionar, que se cometieron tantas “atrocidades”, que hubo “horrores”, señores, las guerras son crueles, la gente muere y a los terroristas se les debe interrogar para obtener información vital para las operaciones de guerra, para eso convocaron a las FFAA, o pensaron que en una tertulia de “Esta boca es mía” se conseguiría destruir un aparato armado?

Investiguen como obtiene información Israel, o quien sea, cuando debe luchar contra el terrorismo, dejen de escaparse y lavarse las manos.

Sin embargo, nunca jamás escucho, que tengan las mismas consideraciones, puntillosidades o se escandalicen de idéntica forma, cuando han otorgado tanta generosidad y mano abierta a favor de los terroristas, que reitero, todos los días cavan un poco más, el lugar donde los enterrarán.

Asistimos estos días, a un bochorno escandaloso, con relación a las actuaciones del Ministro de Relaciones Exteriores, sub secretarias, Ministro del Interior, demás jerarquías, hasta un cercano asesor del presidente de la República, que nos colocan frente a un hecho muy grave.

El que se agrega a otros, que por sumatoria, son como un torpedo en la línea de flotación de una nave, dejando al descubierto, como la política impregnada de soberbia, es como el que se está ahogando y con sus desesperados manotazos termina hundiendo a quien viene a su rescate.

La Coalición no ha terminado de entender, donde está y quien es el verdadero rival u oponente, al que hay que vencer, quien es la oposición, que trabaja desde el primer día para aprovechar toda circunstancia, usar todo aquello que les permita cargar sus misiles, apuntar y disparar un día tras otro.

Se han valido, de todos los operadores políticos que plantaron en toda la administración, ministerios, organismos, juzgados, fiscalías, etc., como inclusive acabamos de ver, al mismísimo ex Fiscal de Corte Jorge Díaz, ser el abogado defensor de la señora Carolina Ache, llevando graciosamente en sus manos la bomba que tranquilamente depositó en las entrañas del gobierno y detonó.

Las advertencias sobre las diferentes irregularidades de fiscalía, no fueron atendidas, hubo nuevamente escapismos, no se investigan las frecuentes filtraciones de información reservada, como no se pone ojo, a los reiterados abusos del fiscal Perciballe y su ilegal fiscalía de lesa humanidad.

Pero creen que castigando, a ancianos que solo cumplieron con su deber, hablando de la dictadura oprobiosa, o atendiendo y copiando las consignas de una agenda de género, van a ser “progresistas”, modernos y políticamente correctos.

Erran, una y otra vez, no asumir las responsabilidades para los que los votamos, pasarán en algún momento a cobrar.

El narcotráfico, su poderoso y largo brazo opera en la región, como aquí también, no tiene códigos ni escrúpulos, arrasa o compra a quien sea, por lo que el sistema político debería analizar si el país está preparado en recursos suficientes para dar un combate adecuado.

Eso incluye a sus Fuerzas Armadas, fundamentalmente a sus hombres, a los que se recurre cuando las “papas queman”, como dice el refrán popular.

Con el trato que han recibido hasta ahora, deja en claro el riesgo que supone convocarlos, en una instancia crucial para el país, que nadie puede descartar, con el conocido, “esto aquí no pasa”

A las pruebas nos remitimos, con el trato dispensado, que incluye, violar acuerdos políticos, violar leyes refrendadas por el cuerpo electoral, montar ilegales fiscalías para ejecutar una venganza ideológica, aplicar leyes en forma retroactiva, pero, siendo lo peor, la aparición de estos nuevos Houdini y viejos Pilatos, que se escapan de sus responsabilidades y se lavan las manos.

Desconozco que acontecerá con otros hechos que acaparan la atención, estoy cerrando esta columna hoy viernes, con panorama gris según aprecio por la ventana, veremos la semana próxima donde nos llevan los acontecimientos, por ahora me escapo y me lavo las manos.

Daniel García