Con la mayor honestidad, uno se siente extraño al verse obligado una vez más a escribir acerca de lo que parece tan obvio. Tal vez diciéndolo de otra forma podrá llegar a entenderse? O a pesar de plantearlo de diferente manera, dándole otra forma a lo ya propuesto fallidamente, e incumplido por diversas causas, en un futuro si pueda ser aceptado en pos de los intereses más elevados y dejando de lado caprichos inexplicables o intereses inconfesables.
El terrible problema de la Inseguridad que aqueja a nuestro país, ya no es solamente una “sensación térmica” como muy hábil y demagógicamente se planteara desde algunas tiendas políticas. El tema no es nuevo, sino que se arrastra penosamente quizás desde hace más de tres décadas, profundizándose notoriamente en los últimos veinte años.
Y afirmamos esto tan drásticamente porque es preciso hacerlo, dado que todo comienza después que se dejara de escuchar y atender al asesoramiento de los técnicos uniformados y concomitantemente efectuar la conveniente toma de las decisiones.
Después… y bueno después llegaron ellos – como dice la canción – vendiendo espejitos… y se vio correr la sangre de los nuestros, cada vez más. La Institución paulatinamente se fue politizando, primero paso a paso y luego a zancadas groseras e incomprensibles.
Este sentir sin duda es para quienes, ciudadanos honestos, provenientes de los más humildes hogares del país, formados en los valores de familia, patriotismo, integridad y hechos al influjo del esfuerzo que fomentaba la perdida meritocracia, llegaron la mas de las veces siendo primero Agentes, pasando por el Curso de Cadetes, a ser Oficiales de Policía y dedicar parte de su vida – la juventud – y haber hipotecado la salud como servidores públicos.
Los Camaradas son las más de las veces oriundos del fronterizo norte; de los pagos de tierra adentro, y de los departamentos centrales; así como del litoral, o del este y el oeste del territorio, con una riqueza peculiar y distintiva cada quien y unos pocos, más bien escasos de la zona metropolitana. Y esto se repetía año a año y egresaban hace cuarenta y más años decenas de jóvenes ansiosos de cumplir su juramento de Honor, como hoy día.
Bastó que algunos iluminados – los de siempre – lograran imponer para nuestra desazón que todos éramos tal y como los casos excepcionales. Entonces se fue afianzando la pobrísima idea de que el conocimiento y los saberes vienen con el cargo y basta poner las asentaderas en las poltronas, para fungir tal y como si fueran Dumbledore, siendo apenas noveles alumnos de Hogwarts.
No debe sorprendernos la utilización de esta figura literaria, no es nuevo, ya habíamos visto a otros que como el ratón Mickey en “Fantasia” emprendían su enjundiosa y lastimera tarea entre escobas y baldes de agua, estropeándolo todo y provocando daños quizás irreparables.
Nos ilusionamos un lustro atrás concibiendo que un cambio era posible y trabajamos comprometidamente. Colaboramos en la elaboración en primera instancia del Programa de Gobierno de un sector; luego fue con un solo aditamento – así tal y como lo leen – el manido Programa de Gobierno 2020.
Fuimos víctimas de nuestra actitud tan idealista y desinteresada, como ingenua y casi pueril primero y luego aunque nos costó aceptarlo, de los dichos del propio Titular del Ejecutivo: “la política es el arte de lo posible” lo cual incluye que en campaña se trabaja con quienes elaboran y militan, después se gobierna con quienes les es conveniente. Sabido es que en política, muchas veces, quien te ayuda a ganar no es el más adecuado para ocupar cargos dado que puede portar la pesada mochila de los principios y la ética profesional, los cual los inhabilita para aquilatar y menos aceptar y tragar los pedidos de campaña de algunos operadores y pseudo-jerarcas recién llegados y devenidos en bisagras del poder y que ya sabemos los hechos y concomitantes problemas que pueden acarrear.
Así pues ya hace más de cuatro años, la que fuera agrupación del partido de gobierno, incluso con convencionales departamentales, se retiró primero de las filas dónde habían militado comprometida y notoriamente. Renunciantes los electos convencionales – nadie hasta el momento ha pedido la mínima explicación – emigramos la inmensa mayoría a las tolderías más patrióticas, en las que debíamos haber formado desde el nacimiento del Movimiento Social Artiguista y del Partido Cabildo Abierto.
Dicho esto, nos permitimos congratularnos de nuestro acertado análisis y posterior decisión. Estaba visto que no habría una política de shock, no se dictó la Emergencia Nacional en materia de Seguridad Pública.
Con el tratamiento de la Ley de Urgente Consideración se vieron alterar no solo puntos definidamente importantes del Programa 2020; lo que es peor no se aplicó con nitidez lo acordado por todos los partidos de la Coalición Republicana.
Meramente a guisa de ejemplo – pondremos otra vez el dedo en la llaga- está lo atinente a la “Piedra Angular” de todo el sistema institucional policial.
Desde la Ley Nro.18.889 (L.U.C.), pasando por la Ley de Presupuesto, ambas en 2020 y posteriormente en las sucesivas Rendiciones de Cuentas y Balances de Ejecución Presupuestal de los años 2021, 2022 y 2023 se ha bregado, escrito una y otra vez y replanteado la imprescindible necesidad de legislar para devolverle las funciones birladas por la Ley Orgánica Policial propiciada por el gabinete presidido por el finado Bonomi y apalancada por el inefable Dr. Charles Carreras.
Es bueno recordar que la Comisaria Seccional era – y continúa siendo en el imaginario popular – la Unidad Básica de Operaciones de Seguridad. En territorio hay cerca de tres centenares de ellas y los vecinos acuden a las mismas con sus requerimientos. Lo que no hemos podido hacer entender a algunos integrantes del sistema político y aún menos a un malón de especialistas en todo y técnicos en nada específicamente propio de lo policial es que hoy por hoy las Unidades Básicas (UU.BB.) solo pueden recepcionar denuncias y colectar información.
Y no me vengan con el cuento de la reapertura y la inauguración, ejemplos hay de Destacamentos que inaugurados hoy, mañana solo tienen un efectivo y apenas un móvil patrullando y con suerte si no era prestado y el propio sigue radiado.
Intente usted hacerle entender a los vecinos y conciudadanos, tal como lo hacen a diario cada uno de los Comisarios Jefes, que nos está vedado el hacer tareas preventivas o represivas. Si, así como lo leen y oyen de nuestras bocas – porque los policías en Actividad no pueden expresarse libremente – solamente ante un hecho flagrante se puede actuar, cuando se dan de bruces con un delito en proceso, de lo contrario hay que dar cuenta al Fiscal y estar a lo que este disponga.
Otra historia, o historieta tragicómica es todo lo concerniente al “Código Díaz” o “Nuevo” Código de Proceso Penal, el cual ha venido a complicar notoriamente el accionar de todo el sistema jurídico penal.
Las fiscalías no han dado, ni dan abasto con el volumen de las operaciones, dilatan las antes expeditas resoluciones dadas por los magistrados a los Señores Oficiales de Policía. Todo se centralizo, en sentido contrario a las doctrinas recibidas acerca de la conveniencia de la descentralización para acercar los servicios a la comunidad. Aquí – aunque parezca un mal chiste – se hizo totalmente al revés de manera penosa se centralizaron funciones, servicios y unidades, preñados de un estalinismo retrógrado del que se hizo gala durante una larga década el Ministerio del Interior en manos de los tupamaros.
Por otra parte huelga decir que el Fiscal de Corte tiene sobre sus espaldas, una pesada carga, con la que a ojos vista no ha podido, ni podrá.
Hete aquí que después de abrir la Caja de Pandora, el primero renunció y se fue a ejercer la profesión liberal – a lo que sin duda tiene derecho – pero nos dejó el clavo ardiente, el freno puesto a todo el andamiaje sistémico. El sucesor se ha enfermado gravemente y tiene por delante un prolongado tratamiento, a no dudarlo el estrés producido por la paquidérmica estructura que concentró tanto que a ojos vista resulta imposible de controlar si no es casi tiránicamente y con ciertas dosis de total discrecionalidad.
Es más según varios ex fiscales e incluso otros activos – reservadamente – afirman que la idea primigenia tal vez fuera buena, pero el apuro producido por la ambición y el ansia de poder, nos dejó este esperpento lento y perezoso, un malhadado engendro cargado incluso de injustos negociados transaccionales entre fiscal y defensor, que a nadie hace bien y es poco apreciado por la población.
Aparte de trancar las operaciones policiales de manera notoria y escandalosa, parados sobre prejuicios y falacias acerca de que en las Comisarias, tal como en Investigaciones, tal y cual, esto y lo otro. Nadie será tan iluso para negar que en las acciones humanas siempre habrá algo negativo, surgirán traidores y deshonestos, también los hay entre los políticos verdad? Pero el asunto es que se desactivaron las UU.BB.y no basta una relación de locales refaccionados y pintados, el vecino va con requerimientos y su problema es para él, más importante que nada de los que diga algún leguleyo o teórico.
En suma el odio y el revanchismo gramsciano cooptó la administración de justicia y en definitiva quien paga la juerga es el pueblo, todos nosotros y nuestros conciudadanos.
Hace un par de días pudimos ver a un Jefe de Policía, descargar su frustración, harto de estar harto, con las manos atadas y poniendo la cara a las bofetadas reclamantes, por un estado de situación al que llegamos por una serie concatenada e interminable de desaciertos. Quizás no haya estado feliz, pero lo prefiero, al silencio cómodo y cómplice de otros participes necesarios, que callan y otorgan por mercenaria conveniencia. O bien intentan dar explicaciones imposibles comiéndose las “eses”, prodigando frases hechas y abusando de los gerundios, porque siempre será más controlable un corto analfabeto funcional, que un Mando independiente y honesto, que pueda dar una opinión contraria a los caprichos del novel gabinete que hace sus primeros pininos.
Eso sí, estamos a tiempo, solo resta reaccionar y comenzar un camino de certezas y ya no de promesas incumplidas. Es preciso observar y ver quien verdaderamente hace lo que dice y dice lo que hace, cueste lo que cueste. Pero ya no se debe alterar todo una vez cada cinco años, es preciso hacer cambios, pero sin hesitar muchísimo más es insoslayable hacer una muy buena gestión y eso no se hace con recién llegados, sino con profesionales técnicos, formados, experimentados y con una trayectoria comprobable.
El Programa de Gobierno 2025 de Cabildo Abierto está siendo elaborado y no podrán frenar la imperiosa necesidad de un cambio real y factible. Hay un Proyecto Artiguista, hay técnicos de larga y probada trayectoria al Mando de UU.BB. como de medianas y grandes unidades. No permitiremos que voces pseudo autorizadas y preñadas de intereses particulares o de grupúsculos sigan empañando los esfuerzos de la inmensa mayoría de la oficialidad.
Esa misma corporación de SS.OO.que han venido perjudicando con el caprichoso e interesado cambio del sistema de ascensos. Han politizado la carrera administrativa y a la vista esta decenas y decenas de Oficiales Jefes e incluso Oficiales Subalternos que son víctimas del síndrome “burn out”, están “requemados” y lo que es peor, algunos realmente no quieren más nada. Están preteridos en el ascenso, dado que en términos generales lo que ponen el cuero en riesgo no son tenidos en cuenta y si en cambio quienes al resguardo del aire acondicionado y las oficinas cercanas al poder si son premiados hasta por su obsecuencia.
No ha pasado una sola oportunidad de las antes mencionadas sin que planteáramos volver aunque mas no sea en parte a tener para un 50% o al menos una tercera parte de los ascensos por Antigüedad Calificada. La que en buen romance tenía en cuenta:
1- la Nota de Curso o Concurso;
2- los puntos positivos tanto como los deméritos o puntos negativos;
3- la Antigüedad en el Instituto;
4- la Antigüedad en el Grado; etcétera.
No es como viene de verse y dijera tiempo atrás algún conocido “opinador” y panelista de programa vespertino, solo “el puente de los burros” – que si existía en otros organismos estatales – sino que se compone claramente de varios elementos que “contrario sensu” del sistema “a dedo” pergeñado por un par de mandos de escritorio y que la última vez que pasaron por una Comisaria fue como Cadetes a efectos de que les firmaran el Pase de Circulación – que solía darse al viajar al pueblo – hace muchos años. Será justicia!