No fue poca la polémica en torno a una actividad sobre infancias trans en la casa del
Partido Colorado, mientras que algunos catalogan de “avance” dicha movida muchos otros
juzgan la misma como una falta de respeto. En mi caso particular, con mi historia familiar
nacida en Carpintería, con mis años de militancia, con mis 31 años a cuestas, mis
elecciones bordadas en el cuero y mis laureles (pocos o muchos, todos nacidos de horas de
militancia, esfuerzo y pienso) tengo el derecho y la obligación de decir lo que fue todo esto:
un circo y la casa del Partido fue la carpa.
Cualquier persona que más o menos sepa historia nacional conoce las raíces de nuestra
educación pública, las raíces Varelianas que siguen vigentes al día de hoy. Esa misma
persona sabe que la mayoría de los grandes logros de la educación fueron gestados dentro
del Partido Colorado y que la infancia es uno de nuestros desvelos para el futuro de la
República. Así y todo no considero correcto que se hable de “infancias trans”, existen
infancias, así, sin agregados.
Los juegos de los niños deben ser eso, juegos entre ellos para que descubran su entorno y
aprendan del mundo que los rodea, no tienen nada que ver con el significado que le damos
los adultos. Por eso no podemos juzgarlos desde nuestra perspectiva y mucho menos
asignar a los mismos el significado de una orientación sexual que puede dar sus destellos
en la infancia pero se desarrolla muchos años después.
Es por esto que debemos educar a nuestros niños en el valor hacia los cuerpos y facilitar
que desarrollen autoestima, autonomía, autoconfianza y se relacionen con desde el respeto
a su cuerpo y al de los otros. Lo primero es enseñarles a respetarse y a dar la voz de alerta
ante cualquier abuso, debemos recalcar la importancia de que solo papá, mamá, o un
médico en última instancia, pueden tocar determinadas partes de su cuerpo y si tienen la
desagradable experiencia de un abuso que sepan de nuestro apoyo. Esto los va a ayudar a
ser personas responsables y respetuosas.
La información, la educación respecto a los límites y fomentar la autoconfianza son
obligaciones de los adultos. No andar asignando roles o inclinaciones sexuales, eso viene
con la adolescencia y con la experiencia de la madurez sexual.
Ahora vamos hacia lo estrictamente trans.
Lamentablemente el mundo gay es el más violento en la interna, el que más discrimina y se
encarga de clasificar. No todo es color de rosa y arcoiris, ni tampoco hay una “comunidad”,
el mundo gay clasifica a sus integrantes por su estatus económico, su historial de
parejas/citas, por su estética y hasta por el estatus serológico. Es el ambiente más
intolerante que cualquiera pueda imaginarse, es el lugar donde lo último que importa son los
valores, la educación o la ética. Pero eso sí, una vez al año se abrazan y dan la falsa
imagen de comunión.
Hablo y crítico desde la experiencia propia, no me meto de puro “odiador” en este aspecto.
No seguirles la corriente me ha costado más de un raspón, tanto me da, el raspón se cura
mientras que mi dignidad y mi don de gente permanecen intactos.
El universo homosexual tiene muchisimos temas para tratar y que deben ser de dominio
publico, son temas que se deberían exponer para una sociedad realmente igualitaria.
Mientras muchos se ocupan de aspectos para la tribuna nadie habla de la violencia en las
parejas homosexuales, violencia que no es solamente física sino también psicológica y
hasta económica (lo viví con mi primer pareja y me costó muchísimo salir de ese círculo).
Nadie habla de que el VIH es un tema tabú en los homosexuales, nadie habla de los
homosexuales que son expulsados de sus casas por su condición o de las personas trans
que viven por debajo de la línea de pobreza, sin acceso a la educación o a la salud pública
más básica. Justamente si les preocupasen tanto las personas trans tocarían estos temas y
les darían una solución, dejándolos de lado ponen de manifiesto que las leyes de los últimos
años son solamente para la tribuna, la foto y el aplauso efímero de los tontos.
Todo esto en pleno siglo XXI.
El universo alrededor de los homosexuales no se reduce a un simple camino entre A hacía
B o de 0 hacía 1. En el medio hay un montón de micro universos y posibilidades por lo tanto
que un adulto exprese que se identifica con el otro género es una cuestión que debe ser
respetada. Pero es una decisión seria que debe tomarse con pinzas en el caso de los niños,
no todo es tan sencillo como decir «Mamá, papá hoy me siento de X forma. Quiero ser
trans», acá no estoy frenando nada sino que en estos temas delicados debemos ir despacio.
Cuando un adulto tiene una certeza no dice nada porque no busca un reconocimiento,
cuando un niño o una niña plantea una decisión en torno a su género con la
correspondiente demanda de reconocimiento es cuando debemos aplicar la pregunta y la re
pregunta en torno a la decisión. Debemos aplicar los mecanismos del psicoanálisis y no es
mala idea pedir ayuda de un psicólogo, hoy en día su profesión no es vista como “para los
locos”. Si es un niño el que plantea la posibilidad es responsabilidad de los padres
comenzar a indagar para ver la coherencia de las respuestas, máxime si estamos hablando
de una decisión tan radical como una intervención hormonal y quirúrgica irreversible.
Todo esto es algo MUY distinto en el caso de un adulto. El adulto sabe lo que quiere, tiene
camino más o menos trillado en el tema así que su certeza nace de la experiencia.
Se tiene en el imaginario se dice que debemos respetar lo que dice o quiere el niño, algo
con lo que coincido, debemos respetarlo y guiarlo. Pero en cuestiones delicadas como la
intimidad tenemos que tener en cuenta que debe hacerse responsable de sus decisiones y
esa responsabilidad nace de la madurez psicológica, inteligencia emocional y el cúmulo de
experiencias personales.
Y aun con todo este bagaje encima las tasas de suicidios en los adultos trans son altísimas.
A sabiendas o no, los promotores de estas movidas se creen poseedores de una especie de
saber que nosotros (los humildes mortales) no alcanzamos y que por eso “odiamos” según
ellos.
Si todo esto de las “infancias trans” es un evento político dentro de la casa del Partido
Colorado, entendido por política la participación de todos, justamente todos estamos
habilitados a participar y opinar. Opina el profesional, el que no sabe nada, el que quiere
enseñar, el que quiere aprender, los de mente abierta y los cargados de prejuicios ¿Es un
tema que nos toca a todos? Bueno… todos debemos opinar sin ser censurados ni ser
catalogados de ignorantes u odiadores, ese argumento flácido ya no rinde.
La libre opinión es justamente la base de la democracia y el partido defensor de la
democracia patrocina que se la lleven de moño. El Partido Colorado es un partido
vanguardista y promotor del progreso en todos los aspectos posibles, es una vergüenza que
habiendo tantos temas serios y de importancia para tratar se dediquen a seguir el corso a
contramano de “unEs poquEs”.
Te estoy aplaudiendo de pie en el medio de la calle… EXCELENTE!!!
Es un placer leerte, felicitaciones!!!
A medida que iba leyendo la columna dije «a este lo escrachan» hasta que llegue al punto de la experiencia propia.
Alguien tenía que ponerle el cascabel al gato y vaya que este muchacho lo hizo. Un hetero hace medio comentario de estos y nos linchan, acá no pueden hacerlo. Solo mascar su veneno y enfrentarse a la realidad.
¡Gracias!
La verdad me saco el sombrero, yo también te aplaudo de pie ya que todo lo que redactas esta explicado con palabras sencillas, para que todo el mundo lo entienda, siempre con la verdad y de frente. La verdad es un deleite poder leer tu columna.
En algún momento alguien tenía que decir las cosas de frente, el «ambiente» de los gays es peor de lo que se imaginan desde afuera.
Las primeras Marchas por la diversidad eran la búsqueda de dignidad y de respeto pero ahora lo agarraron para conseguir un subsidio o un puesto en el Estado.Muchas caemos en esa bolsa y las/los trans son de los que más sufren el estigma de ser ellos mismos.
¡Gracias por dejar las cosas claras! Hay que ser muy valiente para hacerle frente a estos personajes.
Se nota cuando alguien piensa y era necesaria una crítica tan abierta al PC.
Llegué por este tema pero me recorrí las columnas de este autor, en un comentario leí que era colorado y que era edil. Gente así es la que necesita el PC en estos momentos, que defienda al Partido y dejé su intimidad en el lugar que corresponde.
Por favor, si alguien del semanario ve este comentario o le llega a alguien del PC, no dejen ir a gente como este tipo. Vaya que necesitamos guerreros en la que se nos viene y este no es para «carne de cañón», es para mariscal de campo.