¡ARGENTINA TIENE LA OPORTUNIDAD! Por Joise Morillo

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El motivo del título tiene como fundamento considerar que el actual presidente de Argentina; Javier Milei, necesita el apoyo de sus conciudadanos, seguidores y opositores para mejorar la condición social, política y económica que ha venido sufriendo por más de siete décadas su país nacional.

La debacle existencial “argentina” comenzó con el peronismo, poco después de la segunda guerra mundial, con Juan Domingo Perón que obtuvo desde 1940, una gran influencia en la vida política en el país -incluyendo presidencias- mediante el manejo del sindicalismo aunado a un discurso populista de praxis efímera progresista, como protagonista. Caracterizado a la vez por lo que ahora la jerga de Milei denomina con mucha exactitud -teniendo en cuenta diversos ejemplos en Latinoamérica que sufren la retórica “progresista”- ¨los gerentes de la pobreza¨.

Perón afirmaba que:

«el órgano más sensible del cuerpo de un argentino, es el bolsillo».

Y, para hacer valer su postulado desempeñó un manejo totalmente ajeno al

bienestar social, cuyo mejor ejemplo lo patentiza actualmente la hiperinflación que agobia al pueblo argentino legada por el Kirchnerismo y heredada de su pariente paterno el peronismo.

De modo que, los descamisados que Eva Duarte quería erradicar de la esfera

argentina fue y seguirá siendo el romanticismo de los incautos e ingenuos que se sienten mesías genuinos, pues, ignoran el verdadero propósito de la gleba socialista. O sea, ignoran que el verdadero propósito del progresismo populista es mantener una masa de gente pobre para mantenerlos pobres.

Por eso “Evita” fue eliminada del panorama político prematuramente. Caso que la enfermó hasta su deceso. Esto de manejar la pobreza, lejos de una razón válida y coherente con el espíritu de la política, es el cinismo empoderado del discurso de los “dictadores del proletariado” (valga el símil conceptual) que han venido ejerciendo mandatarios hispanos en Latinoamérica para atornillarse en el poder, ejs.: AMLO en México y Petro en Colombia. Sin descartar los dinosaurios de Nicaragua, Venezuela y Cuba cómo “Máter podium» cuyo descaro sobrepasa a los argumentos diseñados entre los bastidores de sus teatros políticos perversos. Milei se da cuenta y quiere acabar con esto en Argentina.

Milei requiere de un programa de adhesión a su plan de gobierno y la comunión de todos los sectores de la vida cotidiana argentina con el fin de desarrollar su plan de trabajo que perfila como potente para sacar a su pueblo del marasmo en que lo ha metido el peronismo y sus secuaces.A un mes y pocos días de gobierno de Javier Milei se anticipa un año duro de

trabajo y muy complicado para enamorar a los indecisos y anexarlos a su fuerza de apoyo y con ellos obtener espacio legislativo para luchar con múltiples focos de conflicto. Incluyendo internacionales, producto de su alineamiento con Estados

Unidos, la OTAN, la Unión Europea e Israel, que ha generado -como había de esperarse- la adversidad premeditada de gobiernos adeptos al Foro de Sao Paulo y al grupo de Puebla.

Esto anterior indicado, involucra crear contingencia para luchar contra la

conspiración, el sabotaje y el espionaje que tiene programado mediante grupos terroristas internacionales el Castro-chavismo con sus cancerberos (G2 y brisas bolivarianas) más la fuerza económica del ALBA como ejemplo mínimo.

Por otro lado y, paradójicamente, los adversarios de Milei han hecho todo lo

contrario a lo que su musa política impone. O sea, la supresión del Estado como objetivo último de la revolución.

En su marco proselitista “el pelucas” se ha auto proclamado anarcocapitalista

libertario. Es en sí como álter ego de la aspiración de manejar con éxito los dilemas actuales sobre tecnocracia y participación.

Similar a esta aspiración Saint-Simon (1760-1825, París ), padre de la sociología y fundador del positivismo, afirmaba:

“En el régimen del futuro, el gobierno de las personas dará paso a la administración de las cosas”.

Argentina debe saber que para el occidente posmoderno, la llamada revolución ha llegado a su ocaso por inviable y contraria a la aspiración del sector más afectado por la pobreza. Ya no debería existir más en argumento mesianico del discurso como objeto de su reivindicación pues, ese estilo discursivo y victimizante contiene una estética enajenante. El mundo ha abierto los ojos y la conciencia de los perdedores del sistema, trabajadores precarios, temporales y parados, en su mayoría jóvenes, como los obreros de ayer, no quieren una revolución desquiciante: sólo sueñan con mejorar su suerte aquí y ahora.

El populismo desarrollado por los progresistas que aman tanto a los pobres y los multiplican como afirma Gloria Álvarez ha sido la carne de cañón de su revolución mientras sus líderes gozan de los privilegios jacobinos del marxismo.

Esto es el espejo del espíritu de Marx criticado por Raymond Aron (1905-1983) filósofo, sociólogo y politólogo francés. quien dice de el, cito:“Vivió para sus ideas, vivió para la revolución, con una indiferencia total hacia el confort de la existencia y el éxito práctico”.

Cierto el confort y la felicidad no fueron su norte, en ello radica su error. Los

resentidos sociales como él, no piensan en arreglar sino en vengarse de sus

supuestos agresores, que para ellos son los que saben cómo producir. O sea,

quienes invierten dinero y a quienes han denominado -peyorativamente- capitalistas.

Mientras, ellos mismos no se reconocen como: “holgazanes con aguijón” que

demuestran que son. Dicho en otras palabras, son potenciales tiranos según Platón.

Milei aspira con su economía misesniana y una musa libertaria deshacer la

dependencia política social y económica del Estado que ha creado el peronismo Marxista, que llegó y dejó el kirchnerismo como problema a su gestión, para ello necesita el apoyo de su pueblo. Igualmente la esfera internacional incluyendo la participación del papa Francisco debe concebir un ambiente propicio para cristalizar el proyecto político de Milei. Ya no es una cuestión ideológica, ni un problema de dogmas, ni pragmatismos inciertos a practicar, sino de dar paso a la oportunidad de practicar un axioma político que tiene -aún siendo difícil- sentido.

Vuelvo y repito, que los argentinos abran los ojos y escojan el camino que les ha tocado como suerte. Ya está bueno de la “gerencia de miseria”, si bien deben existir gremios, deben ser con fines de progreso para quien produce y trabaja, no para élites que manejan la devoción del pueblo al trabajo.

Los invito sinceramente a apostar por este competidor, Por Milei.

Joise Morillo

[email protected]

Venezuela – USA

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