Nada de lo que ocurre en el mundo y en especial en Iberoamérica, nos debe ser ajeno, por ello hoy me propongo analizar el proceso constitucional chileno. El país trasandino sufrió a partir del 18 de octubre de 2019 una ola de protestas, con motivo de la suba del precio del boleto del subte. Ello derivó en una descontrolada escalada de violencia que se tradujo en atentados, incendios y saqueos tanto de bienes públicos como privados. Agitadores de extrema izquierda incendiaron desde Iglesias hasta centros comerciales, destruyeron el mobiliario urbano y agredieron con saña a los Carabineros, que no siempre respondieron con la progresividad y proporcionalidad que imponen los protocolos, como ocurre con frecuencia cuando se desatan disturbios urbanos de magnitud. El gobierno del Presidente Piñera, debilitado y desorientado, cedió y así se llegó a un acuerdo el 24/12/2019 para reformar la Constitución. Si bien la Constitución de 1980, reformada en 1989, fue una obra jurídica de la dictadura militar (1973-1990), desde la restauración democrática el 11/03/1990 ha sufrido innumerables reformas, en especial las de 2005, donde se extirparon los últimos vestigios autoritarios, lo que dio motivo a que el entonces Presidente socialista Ricardo Lagos proclamara que a partir de ese momento Chile contaba con una Constitución democrática, estampando su firma al pie de la misma. En más de treinta y dos años de democracia, con las múltiples enmiendas que se le han introducido, queda poco de la primigenia redacción de 1980. Por ello lo de “Constitución de Pinochet” es un recurso efectista que da rédito político, pero que no se compadece con la realidad. Lo que sí se mantienen incólumes desde 1980 son las bases jurídicas de una economía social de mercado que convirtieron a Chile en “el jaguar de américa latina” al decir de Bill Clinton. Los gobiernos democratacristianos de Aylwin y Frei; los socialistas de Lagos y de Bachelet en sus dos mandatos y los de la centro derecha de Piñera en sus dos períodos, fueron contestes en que era necesario preservar el normal funcionamiento de la economía de mercado, la propiedad privada, la iniciativa de los particulares, la seguridad jurídica de los contratos y la apertura comercial al mundo, para mantener un crecimiento económico sostenible que hiciese posible llevar a cabo políticas públicas en los campos de la salud, la educación, la previsión social y la preservación del medio ambiente. Pero la extrema izquierda y el Partido Comunista no se resignaron a tolerar un modelo que estaba en las antípodas de su ideología y pusieron en marcha un progresivo proceso de agitación y coacción, explotando las legítimas inquietudes de una población que demandaba más y mejores servicios y prestaciones. La Araucanía era una zona pacífica y próspera, hasta que se transformó en un infierno por el accionar del terrorismo, que invocando a la muy respetable etnia mapuche, ha sumergido a la región en una orgía de homicidios, incendios y saqueos. En el plebiscito de entrada el 25/10/2020, sin voto obligatorio, sufragaron el 50,95% de los habilitados, el Apruebo logró el 78,28%, habilitando la elección de una Convención Constitucional, en mayo de 2021, de 155 miembros, de integración paritaria y con 17 escaños reservados para los representantes de pueblos originarios. En dichos comicios, sin voto obligatorio, participó el 41,51% de los habilitados, los reformistas, en su variada gama de tendencias, obtuvieron más de los dos tercios de los convencionales. Luego de complejas deliberaciones en el seno de las Comisiones, el Pleno de la Convención ha aprobado, hace pocos días, el texto completo que consta de 499 artículos, ahora las Comisiones de armonización, preámbulo y normas transitorias se abocaran a sus tareas específicas, para que finalmente el Pleno sancione el texto definitivo antes del 5 de julio de 2022. El plebiscito de salida está previsto para el 4 de setiembre de 2022, ahí la ciudadanía chilena, con voto obligatorio, decidirá el Apruebo o Rechazo del proyecto. La lectura del proyecto nos conmueve por el radicalismo, el voluntarismo y la variedad temática que contiene, que lo convierte en el más extenso del mundo. Chile deja de ser una Nación para convertirse en un Estado Plurinacional. Los representantes de los once pueblos originarios y naciones indígenas pasan a tener escaños reservados a nivel nacional, regional y local, incluso contarán con sistemas propios de justicia en base al pluralismo jurídico, poniendo fin con ello a la igualdad ante la ley.La paridad de género es preceptiva a todos los niveles de gobierno.La Cámara de las Regiones sustituye al Senado, y con la Cámara de las Diputadas y los Diputados conforman un bicameralismo asimétrico. Se establecen innumerables disposiciones que afectan los derechos de propiedad y la consiguiente seguridad jurídica. El ámbito privado en educación, salud y previsión social se reduce a la mínima expresión. Las concesiones mineras y de agua quedan a merced de un Estado omnipotente. Se omite la menciónaCarabineros e Investigaciones y en su lugar se refiere a “policías” que deberá crear la ley. La evidencia empírica mundial es concluyente en cuanto a la inviabilidad para generar prosperidad del sistema económico proyectado. De aprobarse el proyecto se retraeráabruptamente la inversión y el crecimiento, con lo cual las políticas sociales no serán sostenibles en el tiempo y la unidad de Chile correrá serio riesgo. Un experimento no recomendable, por ello las encuestas están dando una victoria del Rechazo. Dejando sentada nuestra honda preocupación, veremos qué sucede.