CUANDO SE CANSEN, LOS FUNDAN O SE VAYAN…Por Nelson Jorge Mosco Castellano

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Escribe con sabiduría Frederic Bastiat: Cuando la ley y la moral se encuentran en contradicción, el ciudadano se encuentra en la cruel disyuntiva de perder la noción de la moral o de perder el respeto a la ley.” Los grandes maestros del derecho han insistido desde tiempo inmemorial que una ley injusta se transforma en robo legal, y hace estragos con los derechos de la gente.

Los políticos permanentemente recurren a la fuerza para expandir las funciones gubernamentales que dicen es para el bien de la gente, no solo más allá de los atributos esenciales en el contexto de un sistema republicano, sino en abierta contraposición a esas facultades puesto que no se limitan a proteger derechos, sino que los invaden.

La primera moneda de un centavo estadounidense (el penny) diseñada por Benjamin Franklin y acuñada en cobre en 1787, tenía como leyenda mind your business (ocúpese de lo suyo). Un consejo especialmente dirigido a los gobernantes para respetar la propiedad ajena.

Robert A. Nisbet en “El nuevo despotismo” señala: nada hay más peligroso para las libertades de la gente que cuando un gobierno expande sus funciones en nombre del humanitarismo y la bondad. Habitualmente la gente está en guardia frente a los avances del mal declarado, pero los encuentran desarmados física y moralmente cuando se sostiene que la política que se encara es para el bien de la sociedad. Así se prepara el camino al despotismo cuando se ceden libertades frente al discurso político de la comisión y el desinterés con que se invaden espacios privados, supuestamente para el bien de los receptores. Por supuesto, siempre coactivamente con el fruto del trabajo ajeno.

Es de esta vertiente de donde surgen medidas tales como la seguridad social obligatoria, la manipulación monetaria, el incremento de los impuestos, la deuda pública, las mal denominadas “empresas” estatales, la redistribución de ingresos de los demás, los aranceles aduaneros, el control de precios, y demás sandeces. Cinismo que ofrece “sacrificio” por los intereses de la gente, que denominan “gestionar derechos”. El desconocimiento más grosero de los derechos a la vida, a la libertad y a la propiedad. Políticos con sonrisas estúpidas siempre prometiendo que se terminará con la corrupción, la injusticia y la inseguridad que han promovido sus antecesores en una rutina demoledora de calesita perpetua.

El principio básico de una sociedad abierta consiste en que cada uno asume la responsabilidad por lo que hace y por lo que no hace. Los gobiernos no son tutores o curadores de los ciudadanos, existen solo para proteger derechos, es decir, que cada uno pueda hacer lo que le plazca con su vida y propiedad siempre y cuando no lesione derechos de terceros.

Los experimentos mortales de los maoísmos, nazis, stalinistas, guerrillas-terroristas latinoamericanas y sus múltiples imitadores, todo para fabricar “el hombre nuevo” y la felicidad terrenal, siempre han convertido al Estado en un infierno en la tierra, quienes han prometido convertirlo en el cielo.

UN EJEMPLO AUTÓCTONO:

Cuando Astori quiso hacer “justicia tributaria”, ejercieron políticamente ese poder rapiñando el IRPF directamente en nuestros bolsillos, apropiándose de nuestro salario. Igual efecto produjo cuando le rapiñaron la actualización constitucional de su pasividad a los jubilados, aplicándoles el IASS. Y todos fuimos defraudados cuando a la cuota mutual se adicionó un impuesto adicional, jocosamente llamado FO-NASA, para sostener un claudicante y carísimo mal servicio de salud. Hacen caridad engordando al obeso gasto público con la impunidad del poder político sobre los bolsillos del trabajador y el jubilado. La funesta mentira de la “redistribución” de ricos a pobres que les quitó poder adquisitivo a todos. Con la falacia de castigar más a la riqueza (que paga impuestos como cualquiera) está castigando al que trabaja y produce recursos, le quita recursos a toda la sociedad.

La arrogancia del poder es fenomenal. Los megalómanos instalados en la burocracia, producen, en definitiva, un asalto legal; en verdad liquidan derechos. Por eso ha consignado Marx, no Karl que, en la práctica, estaba convencido de la infalibilidad del monopolio de la fuerza en manos de sus secuaces, sino Groucho: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después remedios equivocados”. Mujica, viejo anarquista, endeudó más y mejor al trabajador y al pasivo con sus utopías de un Estado empresarial. Aumentando endeudamiento e inflación, redujo el poder adquisitivo, sin tocar al político.

UN EJEMPLO RECIENTE:

La promesa del presidente de regalarle la casa a un grupo de deudores contumaces del BHU que luego de 40 años de ponerla en la cuenta del olvido quieren rapiñar al Banco con revolver político para que les escriture el obsequio. Y de paso, a los giles de siempre.

“… es gente que no ha cumplido en forma absoluta durante todo este tiempo, y el BHU les ha dado la posibilidad de refinanciar manteniendo el valor de la cuota”, dijo presidenta blanca del BHU Casilda Etchevarría.  

“Hubo tres valores violentados» con la aprobación del proyecto de deudores en UR: “…el valor justicia, el valor conveniencia y el valor respeto de los contratos, que es un activo del país”. Lo consideró “altamente inconveniente” por seis razones: NO QUIEREN PAGARLO deudores que tienen el “beneficio de que corren detrás de la inflación”, y tienen tasas menores a las de la UI, que se ajusta por la inflación y de manera mensual. O sea que el crédito no es más gravoso que los actuales. 

En el medio quedan aquellas personas que contrataron créditos en UR y han cumplido. La morosidad en UR no alcanza al 3%; la mayoría de la gente, los que tienen vigente el crédito y los que cancelaron, han pagado. No hay ningún concepto de justicia en perdonarle la deuda, justamente, a aquellos que han prorrogado sus plazos y a quienes se les ha mantenido la cuota para que la pudieran pagar. Y mucho peor es la injusticia con aquellos que no han podido definitivamente pagar y se les ha ejecutado el inmueble. Entre 1.600 y 2.000 deudores que piden no pagar, tienen inmuebles cuyo valor varía entre los US$ 100.000 y US$ 150.000. Los demás alcanzados, unos 7.000, tienen inmuebles de mayor valor.  “¿Qué les vamos a decir a los que tienen créditos en UI? ¿Que esperen a refinanciar y a prorrogar los plazos porque después, a los 40 años, el Poder Legislativo los va a perdonar y les va a regalar la casa? ¿O les vamos a exigir que paguen?”.

Echevarría, utilizó su cuenta de X para expresarle a los legisladores: “La generosa demagogia deberían pagarla quienes la hacen obligatoria para otros. Floridos discursos no harán correcta, ni justa, una ley. La UR, ni sus tasas ni su forma de ajuste perjudicaron a los titulares del crédito. Mantuvieron sus casas con mínimas cuotas y plazos eternos”. Y añadió: “Veremos qué se les dice a los padres de familia que hoy no pueden hacer frente a un crédito en UI o peor aún que no pueden siquiera alquilar. Si se habla de justicia, veremos… La unanimidad en la Comisión del Senado no demuestra más que la demagogia es generalizada”.

Casilda se quedó corta, los senadores quieren aprovechar esta iniquidad para aumentar el robo a sus representados (nosotros):

El Poder Ejecutivo, luego de saquear al BHU propone convertirlo en un apéndice del multisaqueado BROU (recuerde el lector que ya robó a los ahorristas el Pepe para formar el FONDES y regalar velitas al socialismo). Esta posibilidad de bajar el gasto fue rechazada por los Senadores.

TUS representantes quieren aumentarlo. Los de Cabildo, novatos “redistribuidores”, quieren crear un fideicomiso para eliminar asentamientos con la plata que NUNCA PAGARAN aquellos a los que les regalan el préstamo. Los frentistas, entrenados en el escruche a bancos, que es la debilidad del Pepe y su adorada Colt 45, quieren que Rentas Generales (o sea TODOS NOSOTROS) devuelva al BHU la plata que no van a pagar los deudores contumaces, para que siga dando préstamos no reintegrables. Y volver a empezar, luego votarán regalarlos. Siempre con la nuestra. Un Robin Hood inverso, saquean al pueblo para regalarles deuda a los que tienen una casa de 150.000 Dólares.

De los 3.000.000 que vivimos aquí. Si les descontamos: unos 700 mil pasivos, 300 mil empleados públicos, 15 mil presos, niños menores, imposibilitados de trabajar, los que trabajan en negro, los que únicamente estudian, los que únicamente reciben asistencia del Estado, los deudores incobrables de Bancos y Empresas públicas, y los políticos que tan caro nos cuestan, quedan poquitos que producen para sostener el País. Si a los económicamente activos les sacamos los económicamente productivos, formalizados, que pagan impuestos, el gasto público lo soportan alrededor de 200.000 personas que producen los recursos que tiran los políticos.

Cuando se cansen de crear recursos quienes todavía soportan las afrentas sobre su ingreso, su ahorro, o su inversión, se cansen de que los expolien para aumentar el gasto improductivo; cuando los funda tanta “generosidad” política injusta; o simplemente se vayan a lugares en que se reconozca su mérito, se acabará la demagogia, la politiquería, la arrogancia, y también, la democracia.

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