Eso provoca mucha envidia… Por Alfredo Oliú

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“¿Y por qué quiere cambiar la fecha de la audiencia Dr.?” Preguntó secamente la Jueza sin quitar la vista del expediente. Porque me voy  viaje con mi familia. Un silencio invadió la sala, la jueza levantó lentamente su cabeza y mirándome directamente a los ojos por encima de sus lentes me dijo: “Eso provoca mucha envidia Dr., pero es un buen motivo para suspender la audiencia”. Tal manifestación de sensata honestidad siempre me quedó grabada. El episodio es real y me sucedió en el año 2007.

De las bajas pasiones que muchas veces dominan a los seres humanos la envidia es una a la que nos vemos enfrentados casi cotidianamente. Si uno ve distintos episodios históricos, distintas obras de arte, allí aparece la envidia. Es uno de los siete pecados capitales que se mencionan en la Biblia porque genera muchos más pecados como pueden ser el odio o el resentimiento. Es querer lo que otro tiene y no sólo referido a bienes materiales sino a virtudes, capacidades, versatilidad, en fin, es querer algo bueno que tenga otro y uno no.  Pero también es un estado de ánimo. Resulta bien interesante cómo lo define el Diccionario de la Real Academia: “Tristeza o pesar del bien ajeno”. La envidia es un pésimo defecto que tenemos todos los humanos y que debemos superar. Y aunque se diga “te envidio sanamente” es solo una frase, la envidia nunca es sana.

Esta semana fue llamada a Sala en el marco de una interpelación la Ministra de Economía y Finanzas Azucena Arbeleche. Lo he dicho en otras oportunidades y lo repito ahora: es sano para una democracia que existan y se lleven a cabo interpelaciones. El Parlamento es, entre otras cosas, una caja de resonancia de los temas que a todos nos afectan y por tanto a todos nos incumben. ¿El tema en cuestión? La política económica. Básicamente es eso. Vestida sí de las acusaciones que una y otra vez lanza la oposición. “Es la peor crisis desde el 2002” es verdad, también es verdad que resulta difícil encontrar punto de comparación a la crisis global que azotó a todos los países con la pandemia. Con ese tono calmo que naturalmente posee la Ministra fue respondiendo y explicando cada uno de los puntos cuestionados por la interpelante Diputada Bettiana Díaz o “Mujer Maravilla” como desde la barra la apodó un “fan”. Con suma sencillez y claridad la Ministra, que no es la  que no es la “Mujer Maravilla”,  explicó desde un punto de vista más humano que el de un superhéroe las causas de la crisis, las consecuencias que había tenido, las medidas que se habían tomado hasta el momento (dejando siempre la puerta abierta para nuevas medidas) y los resultados que se iban obteniendo. Y en especial me parece importante destacar lo manifestado por la Ministra en Sala en cuanto a lo referente al salario real. Dijo Azucena Arbeleche:  “Lo digo bien claro, el gobierno mantiene el compromiso de mantener el salario real”. Fue clara, contundente y fácilmente cuantificable en un futuro próximo.

Yo recuerdo cuando, en plena campaña electoral se señalaba que Lacalle Pou y la Coalición no tenían equipo, que después de Astori no había economista que diera con la talla y la experiencia, que se estaba improvisando un equipo económico, y muchas cosas más tanto o más degradantes buscando mostrar que el Frente Amplio tenía lo que la Coalición no tenía. ¿Decían esas cosas buscando qué? Seguramente para provocar desconfianza entre la población pero también buscando generar envidia. Y siendo que nadie o casi nadie esperaba la crisis sanitaria a sólo quince días de asumir el gobierno, con la oposición dispuesta a enfrentar como sea a la Coalición, bueno pues pese a ello el Gobierno mantuvo la calma, permitió seguir la marcha de la economía y cuidó a la gente. Hay que ser honestos: eso genera mucha envidia.

3 COMENTARIOS

  1. Si la siguen interpelando, serà una futura candidata a la presidencia, no lo dudes, demuestra solvencia y personalidad, que mas se necesita.
    Abrazo Alfredo

  2. La solvencia acompañada de una templanza extraordinaria les provoca envidia, impotencia, desasosiego «atributos» propios de seres menores, despreciables. Propios de esta oposición que no se resigna a la derrota.

  3. Excelente artículo estimado Alfredo!! Es verdad que la solvencia y el profesionalismo de la ministra hizo fácil poner en evidencia la incompetencia de la «mujer maravilla» así como la envidia que rezumaban sus palabras y las de su claque política,, pero eso no quita la excelencia y la prolijidad de tu análisis.

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