Afganistán, octubre de 2005
Gengis Khan conquistó Afganistán en el siglo XIII, pero aquí se habla de él como si hubiese estado hasta el año pasado.
Según la tradición, adopto el nombre de Gengis Khan: ”Gengis” significa “Océano”, queriendo mostrar un dominio tan amplio como el mar que circunda la Tierra; ”Khan” significa “Príncipe” o “Gran Señor”, así sería entonces el “Príncipe con un poder de extensión similar al Océano”.
Los mongoles eran un pueblo guerrero, con una tradición muy antigua de ser excelentes jinetes. En esa habilidad basaban su potencia guerrera. Ésta pericia heredaron los habitantes del Norte de Afganistán, sean uzbecos, turkmenos o tadjikos.
Gengis organizaba su ejército dividiéndolo en grupos de diez, cien, mil y diez mil hombres. (Este esquema era común en tiempos antiguos y el Rey Salomón ya lo utilizaba). Era un ejército moderno en su época. Empleo una eficiente red de mensajeros y un adecuado sistema de abastecimiento para suministrar caballos, equipos y comida. Estableció una disciplina
como nunca se ha visto ni se verá en ejército alguno. Una medida muy eficaz fue mezclar las diferentes razas y etnias dentro del mismo, logrando la cohesión entre los soldados. El arco era la mejor arma con que contaban y eran muy buenos tiradores: podían arrojar certeras flechas cabalgando a gran velocidad.
Gengis Khan imponía el terror sobre los territorios donde gobernaba. Luego de cada batalla hacia matanzas calificadas de “repugnantes”, según los propios afganos. Cuenta Habibullah, el administrador de la oficina: “En estos aledaños de Maimana ofreció pagar una moneda de oro a cada soldado que le trajera la cabeza de un ser humano. Juntaron muchas, suficientes para formar una pila de varios metros”.
Se cuenta que Gengis Khan sentía gran respeto y aprecio por sus amigos. En una ocasión libró una batalla y resultó vencedor. Trajeron a su presencia al comandante de la fuerza enemiga, quién, habiendo sido derrotado, debía morir, según las leyes de la guerra.
La situación resultó inusual. El vencido había sido compañero de escuela de Gengis y este rehusó ejecutarlo. El comandante insistió que lo matara, por una cuestión de honor, pero el Khan no quería derramar la sangre de un amigo de la infancia. Siguió la discusión por largo rato, hasta que Gengis Khan tomó una decisión: Envolvió a su rival en una alfombra, lo ató fuertemente y lo dejó expuesto al sol. Su amigo murió asfixiado, pero perdió su vida “con respeto, sin haber sido desangrado por otro amigo”.
El otro día visité a un General llamado Farouk, señor de la guerra, quién dice ser descendiente de Gengis Khan. Vive en una aldea llamada Chagha Tay, nombre de uno de los hijos de Gengis Khan. La aldea tiene unos mil pobladores y todos son descendientes del caudillo mongol.
EL pueblo se mantiene igual que en siglo XIII, época durante la cual Gengis Khan vivió en la zona. Hay una enorme fortaleza abandonada que se mantiene intacta hasta la fecha. Incluso aún se conservan los palomares donde Gengis Khan conservaba sus palomas mensajeras.
El general Farouk tiene muy mala reputación y es considerado una muy mala persona. Ahora fue nominado líder de un partido político llamado «Jamiat».Se calcula que puede reunir unos mil partidarios en pocas horas, montados y armados, por supuesto.
La semana pasada se disputó un partido de bushkashi y Faruk concurrió a alentar a su equipo con sesenta hombres armados. Estos guerreros iban provistos de AK 47 y banderas de su partido político. Festejaban cada tanto logrado o cada jugada aparatosa con gritos, alaridos y ruidosas salvas de fusilería. El ambiente estuvo “algo caldeado” sobre el final, pero por suerte el “match” se desarrolló en un clima de “calma y cordialidad”, según dijeron los espectadores presentes, quiénes, por las dudas, se retiraron antes del término del mismo para evitar verse envueltos en algún lio mayúsculo.
En la foto, un joven jinete de la etnia uzbeca.