Internet como fuente de información estratégica

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Introducción

Para lograr inteligencia estratégica Nacional, se hace búsqueda y análisis de información. La información aumenta la capacidad de crear conocimiento y conocer mejor la situación estratégica mundial, continental, regional y nacional.

Los gobiernos dedican mucho tiempo y esfuerzo (económico y técnico) con el propósito de lograrla. Incluso proporciona herramientas para, integrados a un bloque regional como país, poder actuar en forma independiente en el área mundial y continental, a fin de lograr las condiciones que permitan un mayor desarrollo nacional.

2.- ¿Cómo explicar el porvenir?

Los responsables de las decisiones políticas tratan de explicar el porvenir basándose tan solo en los datos del pasado. Si bien es necesario analizarlos, la información a manejar deber ser primordialmente la que permita elaborar futuros escenarios probables y no adivinar el futuro, porque esto es imposible.

El concepto básico de «inteligencia»

El concepto básico de inteligencia implica dominar y comprender la información necesaria para el desarrollo de un país, poniendo de relieve el desarrollo nacional y también el regional.

En un ambiente político orientado a la toma de decisiones, dentro de un permanente estado de conflicto, el manejo de la inteligencia no debe ser una tarea rodeada de un absoluto misterio, sino abierta a quienes toman decisiones, incluso a la ciudadanía, (dentro del secreto y reserva del caso), al ser la opinión pública un factor a considerar dentro de las pautas del manejo del Poder o empleo de los recursos del Estado.

La inteligencia estratégica nacional

Podemos considerar la inteligencia estratégica nacional como herramienta fundamental lograr el desarrollo del país, en sus diferentes Factores del Poder: Político, Económico, Psico-Social, Científico -Tecnológico y Militar, todo dentro del marco de Defensa Nacional.

Es necesario sumar capacidades.

En la actualidad, los paradigmas son diferentes a los de hace cuarenta o cincuenta años. Estamos en la sociedad de la información y los procesos para desarrollar y acumular conocimiento están adquiriendo una importancia creciente, pero eso no asegura estar debidamente informados, sino a veces desinformados, ya sea en forma intencional por parte de quienes manejan la información o como resultado de una descoordinación producto de nuestra incapacidad de manejarla.

A pesar de eso, mantenemos el temor de dar un paso adelante y estructurar un sistema de inteligencia donde participen todas las organizaciones involucradas en la Defensa Nacional.

Este servicio de inteligencia no sería una suma de personas dedicadas a tareas de inteligencia, sino una suma de las potenciales capacidades de las organizaciones en generar inteligencia estratégica, debidamente apoyadas con tecnología adecuada y con personal altamente capacitado y competente. El nivel a alcanzar no debe ser otro que el de «excelencia».

Informar a la ciudadanía

Es necesario hacer saber a la ciudadanía de la necesidad de obtener conocimiento con la finalidad de comprender la realidad de los diferentes sujetos estratégicos cuya acción impida lograr los objetivos nacionales de un país, analizando sus propósitos, motivaciones, recursos y medios.

Despojado un servicio de inteligencia de su halo de misterio, fuera del paradigma donde se lo encuadrado en los últimos cincuenta años, podemos hablar de un proceso científico que aglutina a los involucrados en la Defensa Nacional y hace de la información un conocimiento con valor agregado.

Inteligencia como resultado de un proceso

En un ambiente académico, se puede hablar de este tema sin causar pavor en la ciudadanía, dando a conocer la inteligencia como un resultado de la formulación científica de un trabajo, metódico y constante, sin el áurea de misterio que lo rodea.

Se puede referir a una elaboración de información perfectible y variable en todo momento, no tanto en los problemas estructurales como en los procesos de inteligencia.

En un ambiente democrático dónde, paradójicamente, a veces el propio Estado no brinda información de sus actividades a la ciudadanía, el término «ciclo de Inteligencia» debe aparecer como un proceso intelectual en el que la capacidad humana, auxiliada por la tecnología posibilita la elaboración de un conocimiento especializado y estructurado a partir de datos inconexos debidamente procesados y analizados, para satisfacer los requerimientos de inteligencia estratégica nacional alejando la conversión del hecho en una realidad fabricada como a veces se suele hacer en servicios de triste fama.

El ciclo de inteligencia

Estas actividades estarían representadas por las fases del llamado Ciclo de Inteligencia, conducente a obtener, integrar, analizar y diseminar el conocimiento especializado para adquirir y encarar los requerimientos propios de la defensa y seguridad del Estado.

El propio sistema de inteligencia puede servir de recurso de transparencia, si se difunde en los medios de prensa, porque nada espanta más a los corruptos que la publicación de los hechos en los que este se ha visto involucrado, dejando por supuesto la parte de información reservada o secreta que sea útil al gobierno para el manejo de sus asuntos con cierto margen.

Sistemas interconectados

Es este un trabajo basado en la interconexión, en la interoperabilidad de sistemas y trabajo corporativo con equipos flexibles en composición y criterios de empleo. Los procedimientos deben redefinirse, porque aumentar la carga informativa sobre un tema concreto con el objeto de fundamentar la toma de decisiones, se requiere no solo un flujo vertical sino también horizontal, a efectos de lograr descentralización y contrarrestar la burocracia weberiana que caracteriza a muchos Estados.

Su fundamento es la cooperación entre organismos públicos y privados. Por ende, es necesario establecer políticas de intercambio de información y conocimiento. y hacerla accesible a todos los órganos encargados o involucrados en Defensa Nacional.

Flexibilidad

La flexibilidad de este servicio de Inteligencia y su continua adaptación debe enfocarse en dos características básicas de la materia prima con que operar, la información. La primera de ellas es la elasticidad de las estructuras de Inteligencia para identificar nuevos objetivos, prioridades y áreas de interés que surjan. La segunda tiene que ver con la propia dinámica del conocimiento. La búsqueda de equilibrio entre la validez de la información y las nuevas técnicas es un reto importante. La inteligencia es un proceso que se logra mediante la gestión de la información. Existe una estrecha relación entre la gestión de la información y la gestión del conocimiento.

La tecnología es protagonista

Las nuevas tecnologías de información y comunicación han producido cambios, con sus ventajas y desventajas. Antes, se veía la tecnología como soporte del cambio, no como su protagonista. Pero ahora se ve que la tecnología es la protagonista del cambio.

El acceso a internet.

El acceso libre a internet es fundamental, porque posibilita una fuente inagotable de información, por el momento a bajo costo y en forma libre. Este acceso a las fuentes abiertas o de medios tecnológicos llena un importante vacío en nuestro país, aunque presenta un problema inicial, no por defecto sino por exceso, del caudal de información, que es incontrolable. De ahí entonces, su empleo requiere a su vez habilidades y conocimientos para analizar la información, presentada en forma de caos, un torrente incontenible de datos no siempre fidedignos.

Este servicio de inteligencia estratégica nacional debe basarse en la tecnología y en personal capacitado. Requiere implantar el uso de recursos que proporcionen la comunicación a través de internet, el trabajo con computadoras portátiles en la mayor medida posible y en particular, el trabajo en equipo y en la cooperación. Es importante resaltar que, si bien la tecnología resulta imprescindible, sin la experiencia humana capaz de ejecutar la puesta en práctica de estos sistemas, la labor resultaría infructuosa.

La presencia de internet como insondable banco de datos debe implicar una mejora en la efectividad y rapidez en la recuperación de información, pero también en su valoración, alcance y fiabilidad. Eso obliga al empleo de aplicaciones de control y procesamiento masivo. La labor del informante, si bien se mantiene, pasa a un segundo plano y es necesario adquirir otros conceptos y métodos, porque existe un verdadero reto procedente de las fuentes abiertas y de internet, por el enorme caudal ya mencionado. La capacidad de procesar información debe ser de una gran magnitud, es necesario crear referencias bibliográficas, bases de datos, índices, registros, y también resúmenes.

El analista

El analista adquiere relevancia en este tipo de servicio, quién debe estar dotado de una habilidad académica de precisión con un sentido de la urgencia y claridad. Sin perjuicio de la rapidez y la eficacia, debe ser perspicaz, aunque esta puede llevar a las teorías conspirativas o los escenarios delirantes. Entonces, no se trata tanto de exhaustiva y una extrema perspicacia, sino de precisión y eficacia.

Tal vez en estos tiempos la eficacia de un servicio de inteligencia ya no descansa tanto en la escasez de información, sino en la sobreabundancia y en la imperiosa necesidad de identificarla, controlarla, analizarla y valorarla. De ahí que las mejoras en los procesos y en los recursos destinados al análisis de información sean las principales medidas contemplados para mejorar la eficacia del sistema de inteligencia.

Se debe contar con redes de información internas provistos de software y sistemas basados en la world wide web, compatibles entre sí y capaces de integrar los resultados de todas las fuentes, ofreciendo un final aplicable a la Estrategia Nacional.

Elaboración y distribución

En el proceso de elaboración y distribución se debe adquirir el concepto de brevedad en los informes, resúmenes y archivos. El resultado es un producto documental no excesivamente extenso. El estilo de redacción y presentación del resultado, la velocidad de entrega, la comprensión del mensaje, deben ser los parámetros que presidan la elaboración documental de inteligencia.

Es necesario además crear especialistas en países o regiones, ya sea en un conflicto, o especialidad temática en los diferentes factores del poder. Se sugiere un modelo de red integrado, en el que la inteligencia fluya con mucha más rapidez y hacia todos los niveles de forma horizontal y no exclusivamente en la vía vertical o jerárquica, para impulsar la aplicación directa y efectiva del conocimiento estratégico.

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