La estancia de funcionario mayor en la RDA como agente KGB filial de la NKDV soviética y con lazos de la terrorífica Stasi en Dresde (Alemania oriental) durante los años previos a la desaparición del muro de Berlín fue la impronta que fraguó el espíritu megalómano del actual mandatario de los estados federados rusos, Vladimir Putin.
Para abordar -someramente- este tópico se debe traer a colación un punto importante que ayudará a determinar su estética, filosofía.
El espíritu de la filosofía aparte de su fundamento etimológico basado en el amor al saber tiene como base prístina; determinar el origen de la estética de lo cotidiano en la conducta humana. En ello estriba la capacidad dialéctica -para muchos pensadores- que da pie a determinar la causa de los aciertos, los fracasos y la voluntad de realizar hechos patentados en la historia del mundo y el porqué de la actitud del protagonismo de líderes contemporáneos en función de fama, poder y gloria.
Las excusas insólitas son la parte principal que postulan como motivo los ansiosos de poder para invadir y apoderarse de territorios ocupados por otras naciones, éstas contemplan y tienen como herramienta un proceso de propaganda detractora en contra de los gobiernos de los Países en la mirada invasora. Empero, en el fondo existe un motivo verdadero que cultiva y trasciende a toda causa, sea económica, política o ideológica, es el narcisismo dañino que genera la megalomanía.
La invasión a Ucrania tiene ese espíritu, la ansiedad de poder que agobia esas mentes enajenadas por un sentimiento de grandeza, algunas veces inherente pero las más apasionadas por el instinto salvaje de la ley del más fuerte, que va más allá de la sobrevivencia del más apto spenceriano para convertirse en el despotismo del tirano que quiere ser o es potencialmente Putin. En él no hay la ignorancia cultural del Alejandro de la Grecia guerrera de otrora, determinada por Voltaire en la «princesa de Babilonia». En el existe la voluntad de poder del Mesías platónico tipificado por la similitud entre zángano salvador del pueblo y el despotismo de proletariado bolchevique; basado en un antinacionalismo NAZI. Para ello, mantiene una semilla de guerra, o sea, en él aflora la barbarie eslava propia de su origen etnológico que, en el común del pueblo ruso ha sido superada.
Aun cuando el motivo señalado anteriormente es de antonomasia, hay otro más profundo que mella la tranquilidad del narcisista. En este caso es la escalada política de Volodimir Zelensky en el liderazgo del mundo eslavo, la pretensión del presidente de Ucrania de ingresar su nación junto a otras en las organizaciones UE y OTAN fue la gota que desbordó el vaso que retenía las pretensiones del líder del Kremlin de recuperar a Ucrania como territorio ruso. Liberada de la razia soviética (del imperio URSS) en el 1991, y que en otrora padeció la barbarie y el terror del ejército rojo ruso al punto de acabar con lo que en otros tiempos había sido el huerto de la Europa oriental. Putin no va a permitir que su imagen como líder ruso se opaque ante las pretensiones de un advenedizo con la virtud de Zelensky.
En estos últimos días, 3 de mayo 2023, parece ser que algo de esa semilla de guerra platónica estaba falta de sazón. No es para menos que la farsa de los drones haya aparecido en el teatro macabro de la propaganda mitómana de los protagonistas déspotas del comunismo. Los supuestos drones anti-Putin ya han tenido su ensayo en la saga de los Usurpadores de poder en Latinoamérica.
Hace 5 años, el 5 de agosto de 2018, en un acto sin trascendencia histórica, donde Nicolás Maduro (presidente de Venezuela) daba el discurso recurrente y anacrónico de la recuperación económica -que nunca se ha dado en 10 años- de Venezuela, fueron interceptados con disparo de francotiradores dos drones supuestamente cargados de explosivos para atentar contra la vida del mandatario. Mediante investigaciones se supo que una explosión casual había ocurrido en un edificio aledaño. El gobierno de Venezuela acusó al gobierno de Estados Unidos y de Colombia representado Por Juan Manuel Santos de estar directamente involucrados en ese supuesto atentado.
¡Qué casualidad el mismo argumento paranoico planteó Putin con teatro y todo en días recientes, acusando directamente a USA y Ucrania de querer asesinarlo con drones! ¡El mismo y morboso guion!
En el 2016, cuatro años después de la muerte de Hugo Rafael Chávez Frías autodenominado “Arañero”, haciendo alusión al respecto, Aristóbulo Istúriz (1946-2021, Venezuela, ministro del Poder Popular para la Educación, vicepresidente sectorial para el Socialismo Social y Territorial de Venezuela, ministro del Poder Popular para las Comunas y Protección Social del gobierno del Arañero), 18 de abril del mismo año dijo lo siguiente:
“A Chávez lo mataron”
Para el coquimbo, como era llamado Isturiz, a Chávez lo mataron con nano armas, y estas se utilizan en contacto directo por punción al objetivo.
Ahora bien, se debe saber que después del fallido ¿Golpe de Estado? del 11-4-2002, el “Arañero” -para su protección personal- se rodeó de varios anillos de seguridad, los cuales estaban mayormente conformados, si no todos por muchos cubanos. Nadie se le acercaba sin antes salvar esa barrera, incluyendo: familiares, allegados y funcionarios de gobierno. Entonces, considerando cómo se ejecuta la acción de inocular un microorganismo en un cuerpo u objetivo con nano armas; la pregunta es: ¿Quiénes podrían haberle ocasionado cualquier daño inoculado o inducido al arañero sino aquellos que le rodeaban?
¿No sería lógico pensar que, podrían haber sido sus acólitos, custodios, médicos y enfermeros del CIMEC (Cuba)? Y ¿quiénes han sido expertos en envenenamiento con cápsulas microscópicas radioactivas,
virulentas, y venenosas con nano armas o por envenenamiento simple, en el siglo XX y desde siempre?
¿No han sido los soviéticos a nivel mundial? ¡Se cree que al propio Ilich Ulianov (Lenin) para usurpar la secretaria general del soviet supremo y, mediante la intervención de su enfermero de cabecera, lo envenenaron paulatinamente por orden de Stalin, Y ¿estos (los rusos) no han sido los tutores de los Castro? (investiguen los últimos casos de muertes de disidentes del contraespionaje ruso)
El defecto de los ansiosos de poder, además de su narcisismo sociópata megalómano es la paranoia, la más de las veces simulada, pero en sí, es parte de su conducta maliciosa y perversa. Por ello acuden quizá con inspiración maquiavélica al slogan “el fin justifica los medios”.
Para el tirano fidel Castro después del revocatorio del 2007 en Venezuela para cambiar la constitución y ganado por el “no”; en vista de que eso no favorecía sus intereses geopolíticos en ese ínterin, se cree, se decidió la suerte del Arañero.
Ese es el espíritu de Putin. Ha aprendido en su oficio de espía en los predios de la otrora Alemania soviética; como intentar lograr mediante la semilla de guerra y la propaganda, el poder absoluto.
Joise MORILLO
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Venezuela-USA