TENENCIA COMPARTIDA, POR LA FAMILIA

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Nuestra Constitución consagra a la familia como la base de la sociedad, aquellos redactores, verdaderos padres fundadores de nuestra forma de ser, tenían claro que principios se debían sustentar, mantener y defender para hacer fuerte a la Nación Oriental.

También tenían claro, que todos los hombres son iguales ante la ley, no habiendo más diferencias que la de los talentos o las virtudes, como establece el artículo ocho de nuestra Carta Magna.

Sobre estos dos principios reposa buena parte de nuestra idiosincrasia, nos ha dado sentido de pertenencia y es un sentimiento que involucra a la mayoría de nuestra población. Fueron ellos que supieron plasmar una manera de sentir la vida que se venía consolidando a través de los 20 años de luchas por la independencia.

Sin embargo, en los últimos años, algunas corrientes, modas, posturas importadas, han ido modificando aquellos principios, haciendo que la familia se haya ido debilitando. Hemos permitido que soluciones diseñadas para otras realidades, fuesen instrumentadas en nuestra Patria, sin advertir que nuestra solución original era tan buena o mejor que esta imposición política cuya razón es por decir lo menos, dudosa.

De la misma forma, aquello referido a la igualdad, ha sido casi demolido por influencias de grupos que han introducido, presionado y maniatado a quienes elaboran leyes, con una visión que ha avasallado estas distinciones que nombrábamos.

La aparición de grupos feministas, grupos LGBT, pregonan por formas reñidas totalmente con estos principios constitucionales, que hemos tomado como pilares de nuestra identidad.

Todos hemos visto y escuchado, las consignas radicalizadas que sostienen en marchas, demostraciones, actos, donde los cánticos de odio, fundamentalmente al hombre, a quien han encontrado como culpable de todos los males, le dan pie a generar esta especie de catecismo a cumplir.

Pero no ha quedado solamente ahí, de esas demostraciones, la legislación ha ido tomando, buena parte de su filosofía, impregnando leyes, decretos, asignación de recursos, dejando como resultados, leyes claramente discriminadoras, donde, por ejemplo, el homicidio de un hombre a una mujer tiene más valor desde el punto de vista penal, que cuando es al revés.

Aquello de que somos todos iguales ante la ley…., bien gracias.

Por diferentes motivos, que no vamos a analizar en esta columna, todos sabemos que el aumento de divorcios y separaciones de matrimonios u otras formas legales de unión marital, es algo en fuerte aumento lamentablemente, con sus secuelas, donde los niños son muchas veces los que deben afrontar las peores consecuencias.

El divorcio, la disolución del vínculo legal y afectivo es un problema importante para la sociedad, por las repercusiones, que tiene para los mayores, pero fundamentalmente, en los hijos de la pareja que se disuelve, que quedan sin guía ética y cultural, sin afecto, sin recuerdo feliz de la infancia, muchas veces.

Todos sabemos o hemos vivido, como se ven afectados los niños ante estas situaciones siempre dolorosas. Los efectos se sobrellevan con ayuda, pero se cargan toda la vida.

En un alto porcentaje de los casos, son las madres quienes quedan a cargo del menor, estableciéndose un régimen de visitas, pensiones alimenticias y demás asuntos vinculados a esta nueva realidad.

Sabemos que existen situaciones donde esto no se cumple y entonces vemos, padres o madres, penando por lograr ver a sus hijos, convertidos en rehenes por alguna de las partes, para desquitarse, molestar, perjudicar a la otra, pagando por lo general los menores por esas privaciones.

Se arrastran problemas de conducta, depresiones y diferentes derivaciones en la salud, en el proceso de formación de la personalidad, en la educación, etc.

Pero también padecen, aquellos progenitores, que se han visto perjudicados por estas acciones irregulares, así como con las demoras del propio Poder Judicial, hoy en día verdaderamente un escándalo.

Así se conocen, familias enteras, alejadas por tiempos abusivos, del derecho de estar con esos niños que reclaman contención, amor y presencia de la otra parte de la familia.

Pues bien, un proyecto de ley sobre tenencia compartida pretende aportar una solución coherente a estas inequidades, avanzando en un tema escabroso en el que es difícil llegar a la solución perfecta.

Dicho proyecto, toma como base, velar por dar las mayores garantías, a quienes resultan ser los más frágiles en estos asuntos, que son los menores, poniendo de relieve tomar en cuenta la opinión y voluntad de estos, como punto principal.

¿Alguien se opone a esto? Obvio que sí. El Frente Amplio fiel a su filosofía no comparte el proyecto, nos habla de pérdida de derechos y de que se perjudica a los menores. Parece que todos los padres son potenciales violadores y golpeadores de sus hijos, es como si todos los hombres estuvieran en libertad condicional para el sistema legal uruguayo.

Tomando como ejemplo aquellos casos donde hubo violencia previa entre los padres, a uno de ellos se le aplicarán seguramente medidas cautelares de alejamiento, a quien se le impedirá ver a sus hijos.

El proyecto toma en cuenta el tema, da potestades a los jueces el resolver y pone el acento en la voluntad del menor en cuanto a ver o no al otro progenitor.

Sucede que la izquierda, impregnada de su filosofía marxista, ve en la familia, una forma de explotación y traslada la conocida “lucha de clases”, al ámbito familiar, donde el hombre es el explotador y la mujer la explotada. La doctrina de la lucha de clases fue una invención de Marx aplicada por Lenin con devastadoras consecuencias que generaron millones de muertos en la Rusia Soviética y en la China de Mao.

Hay mejores maneras de construir una sociedad sana, ponerse en el lugar del otro y alcanzar intereses contrapuestos sin conflictos violentos o irreconciliables.

El marxismo ya es barbarie.

Ninguno de sus mentores creía en la familia como tal, Marx dejó morir de hambre a tres de sus hijas.

Su vida familiar estuvo signada por la pobreza debida en parte a su dedicación fanática a la construcción de lo que él llamó el¨ Socialismo científico¨.

Este grave error, esta visión negativa de la familia, contamina el pensamiento marxista, haciendo que la legislación que defienden y promuevan, siempre esté cercana a ideas disolventes sobre la misma.

No en vano promueven, aborto, eutanasia, consumo de drogas o estar en contra de un proyecto como este, que solo pretende equiparar responsabilidades a ambos padres, velando por la mayor continuidad y fortaleza de los lazos familiares. Soy un convencido que dos padres que aprendan a superar sus diferencian criando a sus hijos en equipo, pueden estar divorciados pero habrán liberado a sus hijos de uno de los peores flagelos de nuestro tiempo, el debilitamiento del concepto de familia como centro de aprendizaje de vida.

Dice el marxismo que la familia educa a los niños para que acepten la desigualdad social, están en contra de la herencia, como símbolo de la propiedad privada, como vemos, cosas lejanas de nuestro sentir y tradiciones.

Mucho también influyen, los movimientos sobre estos asuntos a nivel mundial, cuando nos enteramos, por ejemplo, que organizaciones supra nacionales, desde la misma ONU, opinan y quieren tomar injerencia en asuntos internos de los países, como sucede hoy en día con este proyecto.

No es de extrañar, la agenda globalizadora, apoya y promueve determinadas acciones, como las críticas a este proyecto, porque van en contra de lo que ellos proponen como metas a alcanzar a nivel mundial.

Básicamente la reducción drástica de la población mundial. Uruguay tendrá un millón de habitantes menos en 2100. Ese flagelo ya está en marcha desde los setenta y ahora confluyen los intereses.

Basta entrar en las páginas oficiales de estos organismos, para ver los objetivos que plantean y que deberán cumplir todos los países, llámese Agenda 2030.

Por algo la izquierda a nivel mundial y la de aquí apoya, así como reciben financiamiento, para ser fieles cumplidores de estas consignas globalistas.

¿Alguien piensa que el Frente se equivocó y no leyó?

Obvio que no, por algo defienden con tanto calor, e invocan en sus argumentos, lo que dice Unicef, tal o cual grupo, ONGS, donde todas van en una idéntica dirección.

Siempre han sido una coalición de partidos con gran influencia internacional, por algo está formada por varios partidos de corte extra nacional, Comunista, Socialista, Demócratas Cristianos, etc. No olvidemos que la coalición de izquierdas es en realidad, un conglomerado dominado por los radicales, llámese MPP o Partido Comunista, es lo mismo.

En programas periodísticos recientes, se vio claramente, como quienes están en contra de este proyecto de tenencia compartida, deben apelar, a lo que dicen organismos internacionales, que tratan de imponer idénticas reglas a todos los países, llámese Ideología de Género, visiones sobre la familia como este caso, o tratamientos referidos a los llamados Derechos Humanos, cuando de juzgar o condenar terroristas se trata y como considerar a quienes deben combatirlos.

Los grupos feministas, dentro de sus reclamos, siempre nos hablan de las desigualdades entre hombres y mujeres, invocando diferencias en salarios, tareas, responsabilidades con los hijos y un inmenso etc.

Sin embargo, cuando un proyecto como este, propone equiparar y equilibrar esas desigualdades, haciendo que la tenencia de los hijos, cuando se separaron las parejas o cónyuges sea compartida, no goza de la defensa que uno esperaría por parte de estos grupos tan ruidosos.

Propuesta que involucra al hombre en tareas, responsabilidades, dedicación, que, como natural consecuencia, aliviaría esa pesada carga, que muchas veces las mujereres deben asumir unilateralmente en la dedicación a los hijos.

La ideología es una poderosa señora que paraliza el razonamiento y confunde el sentido común a tanta gente, hoy traducido en dos poderosas palabras, “políticamente correcto”.

Una mayoría hoy quiere y necesita ser políticamente correcta, para sentirse dentro de lo potable, no ser señalado ni apartado de ese pensamiento único, que da cierta legitimidad a las opiniones.

Este proyecto, intenta rescatar a todos esos padres necesitados de mantener el natural vínculo con sus hijos, pero más importante, pone el foco en los menores, víctimas ajenas a las diferencias entre los adultos, que necesitan seguir recibiendo, formación, cariño, atención, de quienes decidieron traerlos al mundo y todo el entorno familiar, que tanto necesitamos en nuestro desarrollo.

Que se vote la tenencia compartida, por el bien de la familia.

2 COMENTARIOS

  1. …gracias mil gracias al sr.escritor D.G. por hacer referencia a este tema que tanto dolor a causado a familias enteras…la evaluación de los intereses y sentimientos aveces no van de la mano…pero la justa balanza de la ley que hoy está desequilibrada por ahora hará que muchos niños padres y abuelos no se pierdan de la crianza de sus niños….

    • Muchas gracias Claudia. Es imperioso que se vote esto por la salud de tantas familias. Que los niños sean el centro es lo principal del mismo. Los que se oponen ta sabemos que piensan de la familia. Un saludo

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