Desde los tiempos antiguos al presente, la producción y reparto de información durante los conflictos bélicos varió en cantidad y estilo.
La Guerra de Troya es un canto epopéyico, mezcla realidad y fábula. Con ese estilo, escribe Homero en uno de sus párrafos: “Hasta que el sol hubo recorrido la mitad del cielo, los tiros alcanzaron por igual a unos y a otros: y los hombres caían. Cuando aquél se encaminó al ocaso, los aqueos eran vencedores, contra lo dispuesto por el Destino; y habiendo arrastrado el cadáver del héroe Cebrión fuera del alcance de los dardos y el tumulto de los teucros, le quitaron la armadura de los hombros”.
Víctor Hugo escribe en su novela: “Los miserables”: “La Batalla de Waterloo es un enigma, tan oscuro para los que la ganaron, como para el que la perdió”. Hugo novela la jornada completa de la contienda. Al respecto de la Guardia Imperial de Napoleón, empleada como último recurso para salvar la situación, escribe: “Sobre las veintiuna treinta horas, algunos cuadros de la Guardia Imperial, inmóviles en el torrente de la derrota, permanecieron firmes hasta la noche. El terreno estaba inundado ahora por las tropas inglesas”.
Cuando la legión se vio reducida a un puñado de hombres, al mando estaba un oficial francés de nombre Cambronne. Un general inglés gritó:
“Rendíos, valientes franceses”.
Cambronne respondió: “¡Mierda! La Guardia muere, pero no se rinde”.
En Uruguay, en una batalla de las guerras políticas del siglo XIX, ocurrió un hecho considerado “heroico”, trasmitido oralmente de generación a generación: “Un feroz combatiente tomó caña con pólvora y cargo al mando de treinta hombres contra el grueso del enemigo. En treinta metros de recorrido cayeron perforados a tiros todos sus hombres y el recorrió otros doce metros para también ser derribado de un balazo en la frente”.
Los pobladores del norte de Afganistán aún miran con antiguo temor rumbo a las estepas del norte. Indican: “De allí venían los mongoles al mando del caudillo Gengis Khan. Sus tropas cubrían el horizonte”. Los vigías gritaban: “¡Llegan los hazara”! En lengua persa, HAZARA significa “cientos” o “miles”).
Así se llama actualmente una de las tribus afganas, descendientes de esos guerreros.
Relataba un anciano: “Gengis Khan ofreció a sus soldados una moneda de oro como recompensa por cada cabeza enemiga traída colgada de los pelos. En tres días se formó una pila de noventa metros”.
Los corresponsales de guerra hicieron su aporte y son famosos los informes hechos en Viet Nam. Los medios de comunicación han intervenido en forma tal de llevar casi “al dìa” el torrente de información. La excepción es el Conflicto de las Islas Malvinas. Las imágenes se vieron, no tanto durante el desarrollo de la campaña.
Pero el panorama ha cambiado y el Conflicto de Afganistán-desde el 2001 a la fecha- fue un caso típico de “REALIDAD AUMENTADA”: sobre imágenes reales y al momento, se agregaban comentarios, fotos, “links” y hasta se incorpora música para darle condimento auditivo a las imágenes.
La Guerra de Ucrania no es ajena a ese fenómeno, pero lo ideológico ha influido. Quiénes toman parte por la «izquierda» o la «derecha » analizan el conflicto con una base torcida recordando que la URSS era «comunista». Pero es un conflicto del siglo XXI donde el escenario está más considerado como un campo de pruebas de armas que un escenario de discusiones ideológicas ya perimidas.
Se requiere habilidad para captar lo esencial de ese caótico torrente de información. Y como el tiempo de decisión siempre apremia, el analista corre detrás del dato para formarse un panorama más o menos completo. Puede quedar trastornado si se hunde en el caos de internet y no lo observa desde la margen.
