PEREIRA REVERBEL FUE SECUESTRADO POR LOS TUPAMAROS

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EL PASADO RECIENTE CONTADO POR LOS MEDIOS DE PRENSA DE LA ÉPOCA

Fecha: 7 de Agosto de 1968 – Diario “El Diario” – En Portada

PEREIRA REVERBEL FUE SECUESTRADO POR LOS TUPAMAROS  

APARECIERON EL AUTO OFICIAL Y LA CAMIONETA; AMBOS VACÍOS.

ESTÁ SIENDO UTILIZADO COMO REHÉN.

FUE HERIDO EL CHOFER Y EL SECRETARIO PRIVADO

EL HECHO OCURRIO EN LA PUERTA DE SU CASA

Así reconstruyó Cent el preciso instante en que los terroristas, a punta de revólver, dominan a Pereira Reverbel y a sus acompañantes, para luego huir, conduciéndo a un lugar que hasta ahora permanece en el misterios.

Este es el coche que utilizaba el Dr. Ulysses Pereira Reverbel, cuando fue secuestrado esta mañana por un comando de la organización armada clandestina que se autodenomina “Movimiento de Liberación Nacional”. Fue encontrado a las 11.45 en la intersección de Caracas y Rivera, En la foto de la derecha, se aprecia el volante dañado por un balazo que disparó uno de los secuestradores. En el parabrisas hay cuatro impactos sin perforación, al parecer de las esquirlas de la bala o trozos del volante.

Fecha: 7 de Agosto de 1968 – Diario “El Diario” – Pág. 7

TUPAMAROS: ASUMEN LA RESPONSABILIDAD

DISTRIBUYERON COMUNICADO

Ceca de las diez de la mañana, varias radioemisoras de la capital recibieron un sobre azul conteniendo un comunicado del llamado Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros) en el que explican las razones del secuestro del Presidente de UTE, Dr. Ulysses Pereira Reverbel.

“Para Prensa” fueron las lacónicas palabras de un individuo aún no identificado, de estatura baja, cuya edad oscila entre los 50 y 65 años, vestido con un pilot claro y boina vasca azul.

El comunicado está mimeografiado y firmado por el Comando “Mario Robaina Méndez”, teniendo como distintivo una estrella que a su vez contiene una gran T con la sigla MLN. El documento tiene las mismas características del comunicado dejado en el reciente atentado a la planta emisora de radio Ariel, aunque éste carecía de firma.

El Comando “Mario Robaina Méndez” es un grupo nuevo y lleva el nombre del tupamaro suicidado el 26 de diciembre de 1966, al verse cercado en un rancho por la policía en las inmediaciones de la localidad de Sauce. En esa oportunidad, fue muerto el comisario Silveira Regalado al efectuar un allanamiento, así como también fue apresado un integrante de los Tupamaros, José Willman González Rodríguez.

Hasta el momento, se conocían las acciones del comando Carlos Flores, grupo que llevaba el nombre del tupamaro muerto, a finas de 1966, en un violento tiroteo con la policía, a la altura de Burgues y bulevar Artigas. Ese comando fue responsable del hurto de una gran cantidad de gelinita en Pan de Azúcar, en enero de este año.

El referido comunicado está titulado de la siguiente forma: “HOY EL Sr. PEREIRA REVEREL HA SIDO DETENIDO POR DECISION DEL M.L.N. (“TUPAMAROS”), y luego agrega: COMUNICADO A LA OPINION PUBLICA”.

La declaración tiene una parte expositiva donde hace consideraciones sobre la situación nacional que, a juicio de la organización, determinan su actitud revolucionaria. Concluye con una que titula “advertencia” en la que expresa que el “Sr. Pereira Reverbel en nuestro poder, garantizará con su persona la integridad física de nuestros compañeros y de todos cuantos hoy son perseguidos”.

Agrega que: “En consecuencia, no intenten buscarlo porque comprometen la seguridad e integridad física de detenido” y finaliza diciendo que “el Sr. Pereira Reverbel será puesto en libertad sano y salvo, cuando las autoridades de nuestro Movimiento lo estimen oportuno, y siempre y cuando se hayan respetado las advertencias antedichas”.

OPERARON CON UNA CAMIONETA ROBADA

Abandonado en la intersección de Caracas y Rivera, con el volante dañado por un balazo y cuatro impactos sin perforación en el parabrisas, apareció a las 11.45 de la mañana el Chevrolet azul 1955. Mat. 3.097, del Dr. Ulysses Pereira Reverbel.

Treinta minutos más tarde, la policía se enteraba de que en Avda. Garzón y Matto Grosso había sido localizada la camioneta utilizada por los secuestradores para llegar hasta el domicilio del presidente de UTE y luego cubrir la retirada.

Este último vehículo es una “pick up”, Chevrolet 1956 color verde, que había sido robada hace más de un mes en la Seccional 9ª. Tenía las chapas cambiadas y presentaba señales de haber circulado en la zona balnearia por el barro y la arena acumulados en las ruedas y guardafangos.

Señales de balazos

El autóvil que utilizaba el dr. Pereira Reverbel, cuando fue secuestrado por el autodenominado “Comando Mario Robaina” de la organización armada clandestina “Movimiento de Liberación Nacional”, Tupamaros, fue encontrado casualmente por el Patrullero Nº 26 que efectuaba una recorrida al mando del sargento Carlos Vega de Radio Patrulla. Se encontraba estacionado junto a la acera, frente al Nº 1394 de la calle Caracas, a escasos quince metros de la Avda. Rivera. Eran las 11 y 45. Alertadas las autoridades, se hicieron presentes de inmediato en el lugar los funcionarios de la Policía Técnica. Homero Barboza, Ariel Tío y Héctor Galán, quienes comenzaron a examinar el vehículo.

En su interior fue encontrada una bala al parecer calibre 45. Que podría también ser de metralleta. El volante del vehículo se encontraba roto en la parte superior, señalando un impacto de bala. En el piso había algunos trozos del mismo y en el parabrisas cuatro averías superficiales e interiores que asemejaban balazos. Se estima que eran impactos de los trozos del volante o esquirlas de bala. Faltaba la llave del encendido.

Vecinos: vieron a dos

Una persona que dijo haber visto cuando el automóvil fue estacionado, declaró a la policía, que de su interior salieron un individuo de lentes gruesos que se hallaba al volante y otro con uniforme de Policía, cuyo pantalón color claro contrastaba con la casaquilla. Los demás vecinos pocos datos pudieron aportar. Varios dijeron haber visto el automóvil estacionado poco antes de que llegase el patrullero, pero no a sus ocupantes.

El testigo que sostuvo haber presenciado la llegada del vehículo y el descenso de los dos hombres, no supo decir hacia dónde huyeron. La policía no descartaba la posibilidad de que la camioneta los estuviese esperando en las inmediaciones y los hubiese recogido.

Esta tarde se aguardaba el resultado de las actuaciones practicadas por la Policía Técnica en el vehículo, que podría aportar algún otro dato acerca de los secuestradores.

Aparece la camioneta

Eran las 12 y 30 cuando la Policía, alertada por Radio Sarandí que había recibido el llamado de un oyente, encontró frente al número 1809 de Garzón, casi Matto Grosso, la camioneta utilizada por los secuestradores. Lucía chapas número 461.771, que la Policía comprobó eran falsas. La verdadera matrícula del vehículo es de Canelones A. 77.607. Pertenece al señor Víctor Brown Boldiner, domiciliado en la calle Mariano Moreno, a quien había sido robada hace cinco semanas en dominios de la Seccional 9ª. fue identificada por u hermano del propietario, ya que éste se encuentra actualmente en Buenos Aires, de donde regresa hoy.

En las ruedas de la camioneta había gran cantidad de barro acumulado, y señales de arena blanca, lo que da la seguridad de que el vehículo circuló por la zona balnearia.

Cabe señalar que aproximadamente a las 12 y 15, la Seccional 22ª recibió una llamada telefónica anónima, indicando que la camioneta había sido ubicada en las proximidades de la Tablada Nacional. Esto hizo perder bastante tiempo a las autoridades policiales, que efectuaron una minuciosa recorrida por toda aquella zona, lógicamente sen éxito.

No se descarta que la llamada haya sido hecha por los mismos secuestradores a fin de despistar a la Policía y obtener más tiempo para su fuga.

ESTARIA HERIDO UN RAPTOR

En la puerta de la sala 52 del Hospital Español un policía prohíbe, en forma correcta, la entrada del cronista: “Está prohibida la entrada a toda persona”. Se asiste allí Miguel Ángel Rey, secretario del Presidente de UTE, Dr. Ulysses Pereira Reverbel.

El agente aclara de inmediato que el estado de Miguel Ángel rey no reviste peligro (“está perfectamente bien”) y que la incomunicación es una “orden superior”.

Rey había sido llevado al Hospital de Clínicas, donde se informó a EL DIARIO que la herida no revestía gravedad y, luego de la primera cura, había sido llevado al sanatorio para su posterior asistencia, ingresando al mismo aproximadamente a la hora once. El médico había tranquilizado totalmente a la esposa de Rey que, aunque se negó a ser fotografiada y a proporcionar su nombre (“no, publicidad no”) aceptó dar algunas informaciones sobre los hechos porque -expresó- “ya se han dicho muchas cosas que no son ciertas”.

La señora estuvo presente, momentos antes de conversar con EL DIARIO, en el instante de las declaraciones de su esposo a la policía, que le interrogó sobre los hechos.

Rey partió de su domicilio aproximadamente a las nueve de la mañana. No había desayunado (“no acostumbra a hacerlo, lo que asegura que la inyección antitetánica que se le ha dado por precaución no podrá provocar ningún efecto secundario”)y partió en el propio coche del presidente de UTE, que habitualmente pasa a buscarle por su domicilio.

El automóvil, como se establece en otro aspecto de la crónica, en esta misma edición, fue rodeado, según Rey, por “siete personas, una de ellas vestida de policía”. Rey tuvo de inmediato la intuición de que no se trataba de agentes policiales “ya que el pantalón de quien iba uniformado le pareció que no pertenecía al tipo habitual”.

Al resistirse al procedimiento de quienes, según se identificaron después por medio de volantes, pertenecen a la organización Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros), “fue rozado por una bala que le hirió en el pecho”.

Rey iba armado con un revólver, del que fue despojado por uno de los integrantes del “Comando”. No perdió el conocimiento en momento alguno y según explica su esposa, pudo proporcionar los rasgos de dos integrantes del grupo (“uno de ellos una persona joven”).

Rey, además, explicó a la policía, el siguiente diálogo entre dos miembros del “Comando” que escuchó luego de haber sido herido.:

– “Si se resiste tirále, pegále un tiro”.

– “No, yo no puedo, estoy herido”.

Según la impresión de Rey, en consecuencia, una de las personas del grupo estaría herida.

La señora de Rey, que tiene dos hijos, (de uno y tres años), se retiraba del hospital a las 13 y 30 de hoy, tranquilizada ya al comprobar que el estado de su esposo “no reviste peligro”.

El chofer de Pereyra Reverbel herido en una mano, se atendió en el Hospital de Clínicas y, según el propio hospital, se retiró llevado en un vehículo de UTE a las 12 y 30 de hoy.

VARIOS GRAVES DELITOS HAN SIDO CONFIGURADOS

En el espectacular episodio del rapto del Presidente de UTE y las lesiones a su secretario ya su chófer, es evidente que se configuran varios y graves delitos.

Empezamos por hacer abstracción de la circunstancia de que la organización “Tupamaros” -que a través de un volante se ha hecho responsable del secuestro- constituye por sí misma una asociación para delinquir, siendo sus integrantes pasibles, por el solo hecho de la asociación, de pena que va de los seis meses de prisión a los cinco años de penitenciaría. Es muy posible que muchos de ellos tengan otros delitos, desde rapiña hasta estrago, por episodios del pasado reciente.

En lo ocurrido en la mañana de hoy, concretamente se dan -y atendiéndonos exclusivamente a lo que se sabe hasta el mediodía- varios delitos. En primer lugar, el de privación de libertad, que conste “el que, de cualquier manera, privare a otro de su libertad personal” y se sanciona con un año de prisión a seis años de penitenciaría (Artículo 281).

En este caso, en relación de medio a fin, juzgable como reiteración real (Art. 55 y 54 del Código Penal), este delito se da en concurrencia con el de lesiones, las cuales se hallan a su vez muy especialmente agravadas por haber sido cometidas como medio para la consumación de otro delito (Art. 320 y remisión al 312, 4º del Código Penal). En cuanto a la entidad ontológica de las lesiones, en el momento en que escribimos se ignoran detalles, pero todo lleva a creer que en uno de los casos se trata de lesiones graves.

Todo este cuadro, resumido para el lector no especializado, lleva a la convicción de que, si son aprehendidos, los autores del secuestro y las heridas serán condenados a pena de penitenciaría, sin que les alcance -por lo tanto- a ninguna altura de la causa, el beneficio de la libertad provisional.

QUIENES SON, QUE HAN HECHO, Y QUE PIENSAN LOS MIEMBROS DE LA ORGANIZACIÓN TUPAMARA

El Movimiento de Liberación Nacional “Tupamaros” acaba de dar el golpe más espectacular de una carrera iniciada en 1965 y pautada por sucesos de creciente violencia. El secuestro de Pereira Reverbel es, hasta ahora, el corolario de una trayectoria que comenzó con atentados perpetrados por medio de explosivos contra locales de firmas extranjeras, siguió con robos de armas y explosivos y cobró su cuota de sangre en varios enfrentamientos con la policía, con muertos y heridos por ambos bandos.

Habían hecho su última aparición hace pocas semanas, cuando un potente explosivo destrozó la torre de transmisiones de radio Ariel, provocando la interrupción de sus transmisiones durante varios días. Paralelamente, se les acusa de haber cometido numerosos asaltos bancarios destinados a financiar su mantenimiento en la clandestinidad.

Su organización, duramente batida luego de un casual descubrimiento a fines de 1966, logró desde entonces reconstruirse en pequeñas células. Tanto antes como después de los dramáticos sucesos de ese verano, los “Tupamaros” siguieron ejecutando un plan absolutamente coherente, que descarta toda conexión con grupos políticos o sindicales, por más que tenga coincidencias ideológicas con los primeros y, en alguna ocasión, haya manifestado su apoyo a determinados postulados de la CNT. Estas expresiones, por lo demás, resultan válidas en la medida adecuada a los conductos por los que se han hecho públicas, teniendo en cuenta la posibilidad de que algunos de los volantes mimeografiados que se les atribuyen, sean apócrifos. Entrenados para la acción, instruidos en diversas disciplinas y dispuestos a la lucha armada, los “Tupamaros” ya son parte definitiva de la historia de nuestros días.

ORIGEN Y PRIMER ESTALLIDO

En la Navidad de 1963, diversas barriadas pobres de Montevideo fueron escenario de dos o tres asaltos a vehículos de grandes almacenes de plaza. Los comestibles que transportaban fueron distribuidos por los atracadores en esas zonas, junto con volantes que no hablaban de la existencia del MLN, pero cuya terminología es muy similar a la que luego utilizó este grupo. Si no se admite esa oportunidad como la del debut de los Tupamaros, en cambio puede situarse efectivamente en el otoño de 1965, cuando perpetran el atentado contra la empresa naviera norteamericana “Moore McCormack Linn”, a partir de allí se suceden los golpes de este tipo, todos ellos acompañados por profusa distribución de volantes ilustrativos de los propósitos de los “Tupamaros”.

Así se llega a las postrimerías de 1966 donde estallaría el primer enfrentamiento armado. La persecución de un vehículo robado, en la mañana del 22 de diciembre, terminó en un feroz tiroteo que conmovió al barrio brazo Oriental y en el que cayó el primer tupamaro muerto, Carlos Alberto Flores Álvarez. La investigación de sus actividades no lo reveló como un delincuente común y condujo a la localización de la organización, con descubrimiento de dos de sus bases de operaciones y de sus planes de movilización en la ciudad. Cinco días después otro tiroteo en la madrugada cobró dos víctimas; en un rancho cercano al sauce, el tupamaro Mario Robaina Méndez se suicidó luego de matar a balazos al comisario Antonio Silveira Regalado. En esa oportunidad fue detenido el también terrorista José Willman González. A partir de allí la policía extremó las investigaciones que no había ahondado luego que el 27 de noviembre los “Tupamaros” aprovecharon el despliegue policial destinado a custodiar el acto eleccionario, para asaltar una armería céntrica y el local de la Intendencia de policía y llevarse, respectivamente, 63 armas, 10.000 proyectiles y cuatro uniformes policiales.

DISPERSION Y REAGRUPAMIENTO

Las batidas que siguieron, deterioraron la organización y provocaron la dispersión de sus miembros que se dedicaron a recomponer sus cuadros y procurarse nuevos “enterraderos”. Los meses siguientes sólo los mostraron asaltando algunos bancos, hasta que el 29 de noviembre de 1967 dos agentes policiales que investigaban el robo de un vehículo, sorprendieron a un comando “Tupamaro” en los bosques de El Pinar, entablándose allí un tiroteo que terminó con un funcionario y un terrorista heridos. Ocho días después, la primera edición del matutino “Época” publicó una “carta abierta” de los terroristas participantes del tiroteo a los agentes que les enfrentaron, hecho que, entre otras cosas, determinaría una semana después la clausura de ese diario, la prisión de sus responsables y la clausura de los grupos políticos que lo apoyaban.

Ya este año, el 3 de enero, los “Tupamaros” efectuaron una incursión en Pan de Azúcar, robando 500 kilos de gelinita de una cantera y dirigieron poco después un comunicado a los diarios, donde se aseguraba a la población que “podía estar tranquila porque poseemos expertos en el manejo de explosivos que sabrán utilizarlos adecuadamente y, además, porque ningún hombre honesto puede temer los atentados que con ellos perpetraremos”. Dos asaltos bancarios más y luego, el atentado contra radio Ariel constituyeron, hasta hoy, las siguientes apariciones de los “Tupamaros”.

FILIACION IDEOLOGICA

Una revista argentina, que hace unos días publicó un informe sobre los “Tupamaros”, anunciando curiosamente el recrudecimiento de su actividad para los primeros días de agosto, indicaba respecto a este aspecto lo siguiente: “Pese a su probable influencia izquierdista aún resulta difícil emparentarlos con una ala determinada; con bastante habilidad, los Tupamaros eludieron enrolarse públicamente detrás del chinoísmo, castrismo, trotskismo o de la prolija corriente moscovita, una posibilidad que no resultaría aventurado descartar del marco de conjeturas” (Confirmado Nº 163).

Los “Tupamaros” no han dado a publicidad ningún documento doctrinario de densidad suficiente como para establecer su ideología o encasillarlos en cualquiera de las denominaciones políticas izquierdistas que actúan en nuestro país. Quizá las definiciones más precisas, deban buscarse en la ya citada “carta abierta” de la que pueden extraerse estas conclusiones:

– Los Tupamaros no creen que los cambios estructurales que ellos preconizan, puedan realizarse dentro de nuestro actual ordenamiento jurídico, que dicen montado para favorecer los intereses de los sectores contra los que luchan;

– Los Tupamaros no enfrentarán directamente a la policía o a las FF.AA., sino que atacarán a los gobernantes que les imparten órdenes:

– Los Tupamaros buscan atraer al pueblo a su línea de violencia, que consideran la única capaz de materializar la revolución que predican;

– Los Tupamaros están dispuestos a proseguir la lucha armada, hasta sus últimas consecuencias.

(En fotos a la izquierda)

Galería de los principales comandos “Tupamaros” identificados por la policía en estos últimos años, que incluye, de izquierda a derecha a Gabino Falero Montes de Oca, julio Marenales Saenz, Eleuterio Fernández Huidobro, Nelly Graciela Jorge Pancera, María Elsa Garreiro Martínez, América García Rodríguez, Héctor Amodio Pérez, Heraclio Jesús Rodríguez Recalde, Alberto Andrade Giménez, violeta María Roque Setelich y Alicia Rence Rey Morales.

Fecha: 8 de Agosto de 1968 – Diario “Acción” – En Portada

Arenas Blancas, el Único Indicio en el Auto del Secuestro

DRAMÁTICO SUSPENSO POR LA SUERTE DE PEREIRA REVERBEL

Se Pidió Colaboración De las Policías de Argentina y Brasil

Treinta horas después de consumado el secuestro del Presidente del Directorio de U.T.E., Dr. Ulysses Pereira Reverbel, efectivos policiales, apoyados por contingentes militares, mantienen intensas batidas en zonas balnearias de Canelones (Shangri-lá, Lagomar, Solymar) y el propio departamento de Montevideo (Pajas Blancas) pero hasta el momento los resultados han sido infructuosos. ¿Dónde se encuentran los audaces atracadores y el Dr. Pereira Reverbel? ¿Se hallarán aún en Montevideo o al amparo del primer momento de desconcierto, habrán logrado evadir el cerco policial para ocultarse en el interior del país? De ser así, ¿habrán logrado cruzar las muy accesibles fronteras nacionales e internarse en uno de los países limítrofes?

El paso del tiempo acumula interrogantes pero también va colocando a espaldas del Comando “Mario Robaina” un manto de relativa seguridad, hasta el extremo de que nadie puede afirmar en estos momentos cuál será el desenlace de este episodio insólito.

La pista de los integrantes del Comando “Mario Robaina” se pierde definitivamente en Avenida Garzón y Matto Grosso. Al margen de los datos aportados por los protagonistas del hecho (el secretario y el chofer del Dr. Pereira Reverbel) y por algún testigo circunstancial, pocos son los elementos que se han podido agregar. Se tiene la certeza de que el secuestro fue minuciosamente planeado (así lo demostrarían la distribución de volantes que precedió al hecho y la precisión -de relojería- con que el mismo se consumó); se tiene también la certeza de que el Comando había estudiado hasta en sus menores detalles los pasos del Dr. Pereira Reverbel, optándose aparentemente por efectuar el secuestro en el momento en que menos riesgos podía ofrecer a lo integrantes del grupo; existen asimismo otros hechos confirmatorios de que el secuestro, que instaura en el país una violencia desconocida hasta el momento, es la consecuencia de concienzudos estudios realizados muy posiblemente no sólo en el plano teórico sino también en el terreno de los hechos: uno de los secuestradores vigiló durante lapso prolongado el domicilio del Dr. Pereira Reverbel disimulado en un uniforme policial; la camioneta que custodió el automóvil en que huyeron los secuestradores con el Presidente de UTE habías ido hurtada semanas atrás, no descartándose de que haya sido elegida expresamente para la conminación del secuestro.

Esos datos más o menos ciertos que se poseen no son suficientes, empero, para determinar con precisión el número exacto de personas que intervino en el rapto; tanto podrían ser ocho, como siete o como seis. Aparentemente en la camioneta viajaban cuatro personas (la cantidad no es exacta) y otras tantas habrían interceptado el paso del Dr. Pereira Reverbel al ascender éste al vehículo que lo aguardaba; pero este número se disminuye a tres en unas versiones e incluso a dos en otras, aunque de todos modos no parece probable que hayan actuado en esta fase de la operación no más de cuatro personas ni menos de tres. La filiación de los secuestradores es asimismo un enigma porque si bien dos de los componentes del grupo habrían sido identificados sobre ellos existen fundadas dudas se carece de todo dato filiatorio sobre sus acompañantes.

* Huellas de arena blanca

El hallazgo de los dos vehículos utilizados en el espectacular episodio no ha permitido extraer nuevos elementos de juicio. El peritaje técnico realizado en ambos automóviles ha resultado infructuoso y sólo el hecho de que en la camioneta se hallaron huellas de arena blanca permitió orientar las pesquisas en las zonas balnearias de Canelones y Montevideo.

En tal sentido contingentes policiales provistos de armas largas y sub-ametralladoras, apoyados por efectivos de las Fuerzas Armada, realizaron ayer de tarde intensas batidas en la amplia zona comprendida entre la Ruta 101, la Ruta Interbalnearia y la proyectada Rambla Costanera, las cuales fueron conducidas por el propio Jefe de Policía de Canelones. No sólo el hallazgo de arena en los neumáticos de la camioneta utilizada por los secuestradores sino también alguna aislada incursión de los “Tupamaros” en la zona balnearia (meses atrás se registró un tiroteo en “El Pinar”) condujeron las primeras pesquisas a esa zona aledaña Shangrilá, Lagomar y Solymar fueron “batidos” por la Policía, pero tampoco los resultados fueron positivos.

Esta mañana, mientras tanto, se efectuaron batidas similares en Piedras Blancas y se proyecta realizar operativos similares en diversas zonas de la ciudad y de sus alrededores (Villa García, Toledo), lo que significa en los hechos explotar minuciosamente una serie de datos que se poseen desde tiempo atrás.

Fecha: 8 de Agosto de 1968 – Diario “El DÍA” – En Portada

SIN PISTAS DEL DOCTOR PEREIRA REVERBEL NI DE SUS RAPTORES

Golpe Criminal Gestado a Punta de Metralletas

Hasta esta madrugada continuaba la incertidumbre acerca del paradero del Presidente del Directorio Interventor de UTE Dr. Ulysses Pereira Reverbel, secuestrado ayer a las 9 de la mañana por cuatro terroristas. En la emergencia fueron heridos de bala, afortunadamente sin mayor gravedad, el secretario y el chofer del Dr. Pereira Reverbel.

– Uno de los secuestradores estaba disfrazado de policía, los cuatro portaban revólveres y metralletas.

– Detalles reveladores de un golpe fría y criminalmente planeado hasta en sus más mínimos detalles.

– Los testigos identificaron a dos de los “tupamaros”; el Ing. Jorge Manera Lloveras y Tabaré Rivero.

– Intensa movilización de las Fuerzas Armadas y de la Policía.

– La Secretaría de la Presidencia emitió una declaración repudiando el secuestro.

– A través de un volante mimeografiado, un llamado “movimiento de liberación nacional – tupamaros”, se responsabiliza del rapto y establece que, si no los buscan respetarán la integridad física del Dr. Pereira Reverbel.

– Declaraciones de los dos heridos; el secretario Sr. Miguel Ángel Rey y del chofer Sr. Nicolás Galdós.

– Versión completa de todo lo relacionado con el tremendo episodio.

(Amplia información en páginas 2, 3 y 4)

Fecha: 9 de Agosto de 1968 – Diario “El Diario” – Pág. 11SEIS IMÁGENES DEL SECUESTRO.

(Copia fiel de los originales)

Fuente: www.pasadoreciente.com “Museo de la Memoria del Pasado Reciente”

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