SALUD DE NUESTRA DEMOCRACIA Y LO IMPOSIBLE DE SER MODERADO EN EL FRENTE AMPLIO. Por Miguel Rodríguez

Opinar sobre el Partido Comunista, ventilar oscuras conductas  y sobre todo focalizarse en los comunistas, tiene una debilidad intrínseca, la fácil e inmediata descalificación. Antes de analizar nada, “voceros entrenados” buscan ridiculizar diciendo que los se preocupan por estos temas sueñan con “los tanques rusos”, que viven buscando conspiraciones debajo de las piedras o simplemente son etiquetados como fachos.

Vale resaltar aquello de que “en Uruguay no pasa nada”, no hay golpes de estado, no hay terremotos, no hay sequías importantes, nuestra Justicia es de las mejores del mundo, el sicariato es un tema centroamericano, el crimen organizado, nada que ver, narcos uruguayos que vayan rumbo a Netflix, no existen, amenazas de muerte a periodistas es cosa de Colombia y así vamos creyendo, inocentemente, creyendo, que nadie nos puede arrebatar nuestra democracia.

Partimos de la base que ser de izquierda está dentro del libre juego de ideas que pueden florecer en democracia, otra cosa bien diferente y provenga de donde provenga, es conspirar contra la democracia.

El  Partido Comunista fue, entre otros sectores, el principal ideólogo y gestor del Frente Amplio, lo que políticamente fue un significativo logro para sus intereses, no necesariamente, electorales.

Desde la fundación del Frente Amplio,  en 1971, los comunistas lograron conformar, solapadamente, su máximo órgano político, el Plenario Nacional, de manera de asegurarse las mayorías  para las resoluciones importantes. El controvertido asunto de los “delegados de las bases”, contra el que luchó, durante muchos años, sin éxito, Danilo Astori.

Ahora, el Partido Comunista ha logrado entreverar al Frente Amplio, al PIT/CNT, a la Intersocial, a la FEUU, a colectivos de pasivos, a la asombrosa coordinadora de ollas populares, a la prensa vinculada, a los seudo periodistas afines y a  sectores cómplices de la justicia.

Este “Frankenstein” se encamina, sin ideología, sin principios y sin verdaderos líderes de peso hacia 2024 agitando un único argumento: el NO sistemático e implacable  a toda iniciativa o logro  del gobierno, al que suman un amplio menú de mentiras y una manipulación, sospechosamente orquestada, de conflictos sindicales de dudosa racionalidad.

Pero no todo favorece al Partido Comunista……

Lo condena su historia de inmorales genocidios y purgas, su obsecuencia a la “Madre Rusia” y a la Revolución Cubana y el montaje de un significativo aparato armado clandestino en plena democracia (1964) y reconocido por su ex Secretario General Jaime Pérez en su libro “El ocaso y la esperanza” ( pág. 27).

Lo condenan sus gestiones administrativas pasadas y presentes plagadas de irregularidades, falta de transparencia, desprecio por las normas y en definitiva, desprecio por la gente.

Lo condenan, también, sus procedimientos violentos, por lo que es válido recordar, a manera de vivo ejemplo, las recientes declaraciones de Valeria Ripoll (ADEOM, Montevideo) vinculadas a la violencia que recibió como consecuencia de su renuncia al PCU.

Sostuvo que «ejercen violencia constantemente: cuando te vas y te manden prender fuego tu casa; cuando te persiguen; cuando te esperan en la esquina de tu casa. Yo lo puedo decir porque lo denuncié ante la Justicia y lo viví, y me pintaron mi casa para que me quedara bien claro que fueron ellos. A mí no me extraña que pueda ser esta persona (Gerardo Núñez) u otro un violento, porque es un partido que ejerce violencia».

También y por distintas razones le han fallado y feo,  algunos notorios personajes, Michel Suarez, Gerardo Núñez, Oscar Andrade, Néstor Erramuspe, Roque Barla.

Tratando de minimizar las anteriores carencias son especialistas en avanzar escondidos detrás de títeres u hombres de paja tipo Fernando Pereira o Carolina Cosse, hace 100 años que lo hacen, aunque parecería que, por momentos, Andrade olvida el dogma y se mira demasiado al espejo.

¿Cómo afecta este turbio estilo a la realidad cotidiana?

Son la usina principal de los RELATOS de situaciones falsas, dramáticas o exageradas que surgen y desaparecen como por arte de magia.

Son los que generaron y coordinaron la enorme cantidad de conflictos durante  2022, entre ellos, los de la educación que hicieron  perder 31 días de clase a los alumnos de menores recursos en la enseñanza secundaria y los que prometieron más conflictos para éste 2023 y vaya que lo vienen cumpliendo.

Sus alcahuetes infiltrados en la justicia llevan adelante la vasta y exclusiva venganza del PCU contra militares dudosamente acusados y que sus injustas prisiones los convierten en verdaderos prisioneros políticos en democracia.

¿Cómo pueden, con esta falta de moral y respeto por la gente, manejar a la principal fuerza política del país?

Realidades pasadas permiten lanzar algunas hipótesis.

Al MPP, con su liderazgo declinante, lo van manejando y llevando para finalmente proponerle algún  pacto » agarrate esto y dame aquello» pero siempre el Partido Comunista  “avanza un casillero» y los de la  » barra del MPP» comen banco de suplentes, creyendo que son unos fenómenos.

Los moderados son mucho más fáciles de manejar ya que con menor peso político electoral van a buscar, únicamente,  «el carguito en el Senado» como lo  vienen demostrando Bergara, Rubio o Civila y que inducen y engañan a muchos honestos seguidores, que se auto perciben como moderados, a terminar apoyando a la mayoría autoritaria.

A los oportunistas, que se arriman a la tibieza del poder, también, les aseguran alguna baratija y los exhiben como adornos  “blancos progre” o batllistas.

Obviamente no  hay ni ideologías ni sensibilidades sociales sólo hay ombligos a conformar y ansias de poder.

El accionar comunista dificulta el normal funcionamiento de la democracia y quita espacio político a algunos verdaderos socialdemócratas republicanos independientes que se niegan a ser manejados por los comunistas y que podrían aportar mucho al debate nacional.

La verdadera amenaza a la democracia no es, obviamente, la izquierda, sino que lo es algo similar a un partido político movido por la ambición de poder y sustentado, más que, en una ideología, en un aparato.

Miguel Rodríguez   CI 1045710-6