SER BATLLISTA. Por Marcelo Martín Olivera

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El pasado 20 de octubre se conmemoró un nuevo aniversario del fallecimiento de José Batlle y Ordóñez, creador de los cimientos de lo que es actualmente Uruguay y fundador del Batllismo, corriente política a la cual mi familia materna se encuentra unida desde su nacimiento. Me parece que estamos ante una ocasión especial para recordar lo que es ser batllista y lo que significa el batllismo para la política uruguaya.

El Batllismo nunca significó un pensamiento doctrinario, sino que nace con raíces pragmáticas y fuertes pilares. Ser Batllista no significa apegarse a ninguna doctrina incambiable, sino que se acerca más a la presencia de principios. Estos principios, presentes a lo largo de toda su obra, son los que varios comprendemos como: humanismo, libertad y republicanismo.

Sobre el humanismo, vemos a lo largo de su vida en diferentes extractos el importante papel que Don Pepe le asignaba a los valores humanos. Sin aún existir la Declaración universal de los DDHH, Don Pepe ya vislumbraba entre sus ideas algo parecido. En sus diversos artículos del diario El Día, más de una vez se lo vio hablando de igualdad, en contra de la discriminación, apoyando causas como el feminismo, y abogando por una ciudadanía educada y consciente. Era partidario de una sociedad educada y en consecuencia una sociedad libre.

La libertad a la que Don Pepe hacía referencia, no aludía solamente a lo social, ni aludía solamente a lo económico; sino al sentido íntegro de la palabra. No solo se entendía como la liberación de cualquier tiranía; sino también como la liberación de las propias opresiones de la sociedad. Un concepto previamente manejado por John Stuart Mill. El Batllismo entiende que, frente a estas mismas opresiones, es el Estado quien se encarga de garantizarle al individuo su libertad. De ahí nace el rol del Estado como escudo de los débiles, el mismo que Don Pepe puso en práctica una vez Presidente.

El otro pilar que ha sabido ser esencial en la obra de Don Pepe, muy acompañado del humanismo: el republicanismo. Creía profundamente en el intercambio republicano, y en los beneficios que este aporta al país. Esto quiere decir que más allá de diferencias de pensamiento, siempre existe la posibilidad de sentarse a intercambiar. El pensamiento crítico y la ausencia de populismo son necesarios para la posibilidad este intercambio, por lo que la educación también es decisiva aquí.

Es bueno recordar estos pilares hoy más que nunca.

¡VIVA BATLLE! 🇺🇾🌹

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