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CE– Si bien conocemos, y reconocemos que muchos ciudadanos saben quién es Sergio Gorzy, cuéntenos y cuénteles, ¿Quién es Sergio? (Orígenes, familia y formación).

SG- Nací en Uruguay, mi mamá nació en Uruguay, mi padre nació en Varsovia (Polonia), pero llegó acá cuando tenía 6 meses de edad. Mis abuelos maternos llegaron en 1925, y mi madre nació acá en el año 1933, acaba de cumplir 90 años.

Mi familia se compone de mi actual esposa, mi hija Melina de 29 años, la hija de mi esposa, Martina de 33 años; mi madre, mi hermana que tiene dos hijos, así que tengo dos sobrinos y ella a su vez tiene dos nietos, por tanto tengo además dos sobrinos nietos. Mi hija Melina todavía no se casó.

En cuanto a mi formación, tengo secundaria completa, al poco tiempo entre a la Escuela de Administración de Empresas en la Facultad de Ciencias Económicas, pero no terminé la carrera. Siempre trabajé en la Empresa de viajes de mis padres, y luego como Periodista, pero en aquel momento no había donde estudiar. Así que se transformó en un oficio para mí.

CE– ¿Cómo y por qué llega a la simpatizar por una determinada fuerza política? ¿Por cuál?

SG-  En este momento no tengo ninguna simpatía específica por alguna fuerza política; tengo muchos amigos en todos los Partidos, tengo también gente que no me cae bien en todos los Partidos. Filosóficamente me considero Batllista; esa es mi forma de ver la política, basada en Batlle y Ordóñez, por Luis Batlle y por quienes impulsaron el Batllismo, pero insisto, en los últimos años he ido variando en cuanto a alguna preferencia particular, mas basada en relaciones personales, que es en gente que confío o que me genera confianza, como también en gente en todos los partidos que no me genera confianza.

CE– ¿Cree que la pandemia dejará una lección en nuestra sociedad? Y si así fuera, ¿qué cree usted que dejará en el colectivo ciudadano?

SG- No me parece que la pandemia con el tiempo vaya a cambiar a la gente, creo que este tipo de cosas van a surgir mas seguida; ésta nos agarró de sorpresa porque generó una tensión muy grande en el mundo, pero no me parece que haya generado ninguna mejora ni tampoco que haya empeorado. Por el contrario creo que la serie de restricciones que generó en el mundo, limitó las libertades individuales de una manera que hacía tiempo no se daba, sobre todo en los países democráticos, con razón seguramente, con lógica, pero con el riesgo de que cuando se le da poderes a determinadas personas, a seres autoritarios, después es muy difícil usar el sentido común para administrarlos y también es muy difícil volver atrás cuando esas limitaciones ya no son necesarias. Pero no veo ninguna otra cosa especial.

CE– ¿Cuáles entiende usted que son sus fortalezas? (Personales/Profesionales)

SG-  Soy un buen amigo; soy una persona honesta y soy un buen padre, hermano, hijo. Creo que en este sentido van mis fortalezas reales.

En lo profesional, creo que tengo sentido común, olfato. Sentido del entretenimiento; y en los programas que yo estoy, ya sean de índole periodístico deportivo o periodístico en general, creo tener buena noción de cómo hacerlo lo más entretenido posible para la gente que los está viendo. Tengo buen poder de síntesis, y creo ser muy bueno en los debates y en las polémicas.

CE– ¿Cuáles entiende usted que son sus debilidades?

SG-  Una de las tantas debilidades que pueda tener, una de ellas es mi ansiedad que a veces me juega malas pasadas y a veces alguna reacción de bronca o de enojo que pueda llegar a ser desmedida con la gente que más quiero. Es una debilidad que me ha acompañado a lo largo de mi vida.

En lo profesional, las naturales de alguien que tiene un techo. Que hago lo que me permiten, participo en los lugares que me invitan y yo pienso que si tuviese otras habilidades me hubieran dado otro tipo de oportunidades. Pero no me quejo con las que tuve porque realmente he tenido, podríamos decir, suerte.

CE– ¿Ha tenido la sensación del fracaso alguna vez? De ser así, ¿cómo ha moldeado ello su vida?

SG- La verdad es que no logro identificar una situación de fracaso específica. En lo personal no logro identificarlo. Podría llevarlo en algún punto, el haberme divorciado, no haber podido continuar una relación que uno piensa que es para toda la vida. Tengo una excelente relación con mi ex esposa.

Profesionalmente no quiero decir que en todo lo que hice me fue bien, pero cuando no me fue tan bien no lo tomé como un fracaso, sino como una circunstancia. No me ha generado ningún tipo de dolor particular, ni me ha generado algo que me dejara una marca importante.

CE– ¿Cuáles son los ejes que considera principales para mejorar la calidad de vida de los uruguayos?

SG-  Sin duda la seguridad. Si mejoramos la seguridad, lo demás se soluciona. Algunos podrán decir que primero hay que empezar por solucionar otras cosas. La seguridad es clave.

La gente tiene que poder vivir tranquila, salir a la calle tranquila. Dejar su casa, irse de vacaciones y no pensar que le van a robar. Todo lo demás se puede ir arreglando pero lleva más tiempo. Pienso que la seguridad se arregla más rápido, y tiene que ser con reglamentos, con leyes y con actitudes que se pueden hacer de un día para otro. No hay que esperar décadas, como sería mejorar otro tipo de cosas.

CE– ¿Es usted lector? ¿Qué tipo de lectura recomienda y por qué?

SG- Yo soy muy lector, en mi casa tengo muchas cosas. Me gustan mucho las cosas viejas, tengo colecciones de libros y revistas históricas del Uruguay. Son colecciones completas. Pero sobre todo en tema libros, leo solamente libros de historia; libros de biografías y lo máximo que me aparto de eso es la novela histórica, difícilmente otra cosa. Algún libro de cuentos cortos por ahí, de alguna temática que a mí me guste mucho (puede ser fútbol). Por lo general historia, biografías y todo lo que sea diarios y revistas de otros tiempos.

CE– ¿Qué es el Éxito para usted?

SG- Yo veo exitosa a la gente que maneja su vida personal, su profesión con alegría. A la gente que la va bien; que si es en el rubro mío son reconocidos, respetados. Eso es éxito para mí.

En la vida personal es poder formar una familia; tener buenos amigos. Para mí eso es suficiente éxito y a lo máximo que creo yo se puede aspirar.

Otro éxito no depende ya tanto de mí sino de la persona y las circunstancias es poder tener la certeza de que todas las personas que querés y te rodean, estén bien de salud y en su actividades.

Pero lamentablemente el éxito y la felicidad no siempre son completos.

CE– ¿Cuáles son las fortalezas de Uruguay en el contexto mundial?

SG-  Yo creo que el Uruguay en el contexto mundial es muy pequeño, no tiene un peso muy grande, pero para quienes saben que es Uruguay, creo que genera confianza; es un país que cae simpático. Que tiene en el fútbol el Embajador más importante, y que es respetado por quienes lo conocen. Hay muchas partes del mundo que no tienen idea de lo que es Uruguay también.

CE– ¿Cuáles son las debilidades de Uruguay, que dificultan una mayor prosperidad como Nación?

SG- La debilidad más importante de Uruguay es que somos pocos, una población muy pequeña y difícilmente un país con población pequeña tenga trascendencia en el mundo. Ni hablar en lo económico, lo sufrimos hacia adentro, sobre todo por las pocas oportunidades que le podemos dar a nuestros habitantes. Por eso muchos las terminan yendo a buscar afuera porque sienten que Uruguay es demasiado chico para lo que quieren hacer.

CE– ¿Cree que hay una decadencia de valores en la sociedad?

SG-  Mas que una decadencia ha habido un cambio de valores. Eso es lo que más me llama la atención pero me da la sensación, de lo que yo hoy vivo a los 64 años con respecto a las nuevas generaciones, trato de hacer memoria y me doy cuenta que cuando yo era más joven, los que tenían más de 50/60 años, pensaban lo mismo. Así que creo que es algo normal, entonces no se si la palabra decadencia es justa; tal vez en algunas cosas sí, pero en otras no. Es muy profundo y muy largo, y no sé si es justo decir que hay decadencia.

CE– ¿Todo tiempo pasado fue mejor?

SG-  Yo creo que todo tiempo pasado fue mejor para los que vamos cumpliendo años. Éramos más jóvenes, teníamos mas años por delante; más fuertes, más sanos; menos problemas porque no teníamos tantas responsabilidades. Yo creo que la gente confunde eso con que todo tiempo pasado fue mejor.

Yo soy de los que cree que el tiempo actual es mejor al de antes en todo sentido y el tema es que nosotros ya no somos los mismos de antes, y eso confunde.

CE– ¿Qué mensaje desea dejar a la ciudadanía como referente en su especialidad?

SG- En el periodismo hay una creencia, de que lo importante es ser objetivo y yo creo que no existe la objetividad. Todos somos subjetivos, de ahí es que tenemos nuestra opinión y nuestra visión del mundo. Esta entrevista es subjetiva, no es objetiva. Creo que lo importante de los periodistas es ser honesto, no objetivo. Y para mí ser honesto es, no decir una cosa y hacer otra; criticar y sin embargo elogiar a cosas que uno sabe que de pronto no corresponden, porque yo creo que eso está dentro del marco de la honestidad que tiene que tener un periodista.

No me parece que lo más importante sea la objetividad, lo más importante de un periodista es la honestidad. Y entre las cosas que tiene que tener un periodista honesto, es ser riguroso y como referente (no sé si lo soy), yo trato que cuando doy una opinión sobre un tema trascendente, estar lo más seguro posible de haber podido recabar la información necesaria y si no la tengo, dejar claro que lo que estoy diciendo carece de toda esa información para dejar abierta la posibilidad de debate y no darlo como una verdad revelada.

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