Por: Semanario Contexto.
En su segunda postulación a la presidencia, el ultraderechista encabeza las encuestas en medio de un contexto de alta polarización; los motivos de su ascenso
SANTIAGO.- En este momento, a dos semanas de la elección presidencial, todas las encuestas en Chile indican que José Antonio Kast (55) llegará al ballottage y que, en esa instancia, será competitivo. Un escenario impensado para el líder de la extrema derecha, cuya candidatura tomó inusitada fuerza en la recta final de los comicios. De ser un outsider referente de grupos antiinmigración y antiglobalistas pasó a sumar adhesiones en sectores de derecha más moderados.
Abogado, padre de nueve hijos y el menor diez hermanos, el líder del Partido Republicano ha debido aclarar en contadas ocasiones sus orígenes y revisitar cómo fue la llegada a Chile de su padre, el exoficial del ejército nazi Michael Kast a fines de la Segunda Guerra Mundial. “No aspiraba a serlo, pues no le interesaba morir como héroe, solo quería regresar pronto a su casa”, detalló Kast en Misión de Amor, libro que escribió la periodista María Angélica Arteaga.
Estudió en el Colegio Alemán de Santiago y luego ingresó a Derecho en la Universidad Católica, uno de los bastiones de la elite chilena, donde formó parte del centro de alumnos de su carrera. En ese contexto conoció a Jaime Guzmán, el gran intelectual conservador de la dictadura de Augusto Pinochet, y uno de los artífices de la actual Constitución de 1980, que hoy se pretende cambiar. El senador, que fue asesinado en 1991 por el grupo guerrillero Frente Patriótico Manuel Rodríguez, lo invitó a militar en la Unión Demócrata Independiente (UDI).
“El legado de Jaime Guzmán sigue vivo y sin duda lo defenderemos con fuerza para un Chile mejor”, ha dicho Kast, quien se convirtió en una especie de discípulo de Guzmán y ha replicado su mirada sobre aspectos valóricos como la oposición al aborto en todas sus causales y al matrimonio igualitario.
El abogado está casado con María Pía Adriasola, es de reconocido perfil católico, y adherente del movimiento de Schoenstatt. Antes de entrar a la arena política, trabajó en el brazo inmobiliario de la empresa familiar que se gestó a partir de Cecinas Bavaria, una marca que agrupa rotiserías, cafés y restaurantes.
Sus propuestas
En 1996 se transformó en concejal y luego dio el salto al Congreso. Fue diputado por cuatro períodos consecutivos y en 2016 dejó el partido de centroderecha, en el que militó por casi 20 años. Entonces se postuló como independiente por primera vez a la presidencia y consiguió un 7,93% de los votos, resultado que lo empujó a dar el siguiente paso: fundar un referente posicionado de derecha dura y que se transformó en el Partido Republicano, colectivo que ya cuenta con dos parlamentarios
Desde ese lugar, Kast se transformó en un crítico del accionar del gobierno de Sebastián Piñera (“somos opositores a un Presidente que no ha tenido el coraje para defender la patria”, declaró) y se opuso a todos los hitos que se generaron a partir del estallido social de octubre 2019. También mostró cercanía con liderazgos internacionales como los de Donald Trump y Jair Bolsonaro, con quien también se ha reunido.
Hoy su programa de gobierno refleja todos esos pensamientos. De hecho, Kast ha dicho que quiere instalar una zanja en la frontera norte de Chile con Bolivia para controlar la migración irregular al país y que sí o sí bajará los impuestos. También priorizará la mano dura en conflictos como el de los mapuches en La Araucanía y privilegiará el renacimiento de la economía por sobre cualquier consideración medioambiental.
Por qué creció
“La candidatura de Kast está ingresando en el imaginario de quienes se encuentran con incertidumbre y miedo por el futuro. En la medida que las condiciones económicas y el presente social se hacen más confusos por los planos globales y locales, con un mala gestión gubernamental del conflicto en la Araucanía, inflación, inmigración e inseguridad ciudadana, las tendencias señaladas se polarizan desde las estrategias electorales”, dijo a LA NACION el académico Claurio Elórtegui, de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
En las últimas semanas, diversos sondeos han dado muestras claras del avance del líder ultraconservador. Por ejemplo, la encuestadora Cadem proyectó en 25% el apoyo hacia Kast, mientras que el candidato de izquierda Gabriel Boric, de Apruebo Dignidad, marcó un 19%. El tercer lugar, en tanto, correspondió a Franco Parisi (Partido de la Gente) con 10%, y más atrás se instaló Yasna Provoste (9%) de Nuevo Pacto Social y Sebastián Sichel (Chile Podemos Más) con 8%.
Por su parte, la encuesta Criteria esbozó una preferencia de 24% por Gabriel Boric y de 23% por José Antonio Kast. El sondeo dejó en tercer lugar a la democratacristiana Yasna Provoste con 9%, y en un cuarto empatado al candidato oficialista Sebastián Sichel y Franco Parisi (Partido de la Gente) que totalizaron 8%.
“Es la derecha sin complejos, como les gusta definirse, y que encontró en José Antonio Kast su pastor. Chile no es una isla y este fenómeno viene ocurriendo en otras partes del mundo. Generalmente los países que reciben olas migratorias en corto tiempo, generan movimientos de resistencia. Y los que resisten no son solo cavernarios xenófobos, sino que son muchas veces miembros de la clase trabajadora que ven amenazado su estatus o su trabajo”, analizó el politólogo Cristóbal Bellolio.
“En esta constelación donde ser antiglobalista, antiinmigración y anti-corrección política es parte del ADN, hay otra gente que se cansó de no poder decir nada y que valora, por así decirlo, ‘la valentía del que va de frente’. Hay una necesidad de la derecha de recuperar el control de la batalla cultural, y ese es un escenario favorable para el crecimiento de Kast que además contó con la caída de Sebastián Sichel, el candidato de centroderecha. Por eso creo que, de alguna manera, el estallido social le echó un poco de tierra a este bloque, que siempre existió. Y en la medida que el conflicto comenzó a aclararse con respecto a la presidencia y cayeron los polos de centro predominantes en los últimos años”, se fortaleció”, añadió Bellolio.
«Creo que Chile se va partir en dos y los moderados van a sufrir»
En ese sentido, reflexionó sobre la atracción de Kast al voto de la derecha de centro, más allá de la extrema. “Son personas a las que no les gusta lo que está ocurriendo en Chile y que no les gusta el rumbo que está tomando la Convención Constituyente. Cuando se genera ese ruido de un grupo que quiere refundarlo todo, produce cierto vértigo y es normal que haya ciertos moderados a los que tampoco les guste esa idea. Porque además ha ido creciendo una frustración grande en ese mundo porque las promesas del estallido se han ido erosionando”.
“De alguna manera, es gente que el estallido los obligó callar, hoy se dan cuenta de que con Kast pueden sacar la voz y que si pierden ante Boric, lo harán con las botas puestas. Por eso creo que Chile se va partir en dos y los moderados van a sufrir, al tiempo que Boric y Kast deberán acercarse hacia el centro como parte de las necesidades electorales”, concluyó.
FUENTE: LA NACIÓN