Comencemos por detallar qué es la INDDHH.
La Institución Nacional de Derechos Humanos, debería, reitero, debería, velar por las acciones y hechos que afectan los Derechos Humanos de los ciudadanos d la República.
De todos los ciudadanos, sin distinción alguna.
Pero la realidad nos muestra a todas luces que es un Instituto al servicio de una parte de la población. Algo como que, “Si sos de izquierda defendemos tus Derechos Humanos, y si no sos de izquierda te atacamos”.
Por algo algunos referentes del gobierno expresan:
La Vicepresidenta Beatriz Argimón sostuvo enfáticamente que es hora de revisar para qué ha servido la Institución, con miras a “replantear muchos aspectos” de su funcionamiento y reformarla.
La Senadora del Partido Nacional Graciela expresó que al frente de la INDDHH debe haber “grandes catedráticos” e “intelectuales”, no “integrantes panfletarios”.
El también Senador de Cabildo Abierto Guillermo Domenech planteó llanamente que la INDDHH deje de existir, expresando que su creación fue inconstitucional, porque atribuyó competencias correspondientes al Poder Judicial a un organismo del Legislativo.
Aclaremos bien las funciones de la INDDHH, ésta investiga, evalúa y hace públicas sus conclusiones, pero no puede emitir fallos como la Justicia.
También puede realizar recomendaciones y propuestas.
Cómo leí hace poco en un medio de prensa de izquierda, la INDDHH ejerce su autoridad únicamente de forma moral, y depende de la “credibilidad”, “el respeto” y ”la confianza que se gane con su proceder”.
Y a continuación expresa sin tapujos, que en lo referido a las posiciones ideológicas de quienes han actuado en ese Consejo, cabe señalar que es muy difícil hallar gente “con experiencia y notoria versación en materia de derechos humanos” entre personas afines a partidos de derecha.
Cerra y vamos, si sos de derecha, no estas capacitado para opinar o ejercer los Derechos Humanos.
“Parcialidad, Desigualdad y Falta de Equidad en su máxima expresión”.