URUGUAY “TRANS FORMADO”… Por Daniel García

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Resulta muy difícil por estos días, estar ajeno y no tentarse en opinar, sobre los últimos acontecimientos que han mantenido en jaque a buena parte de la sociedad y al sistema político, con la intervención de ciertos personajes, productos de un desquicio social.

Desde hace algunos años, la sociedad nos muestra, como alguno de los llamados “colectivos”, en este caso el que se agrupa bajo la sigla LGTB, han ido tomando protagonismo desde diferentes espacios.

Protagonismo que, ha penetrado distintos ámbitos, donde pertenecer a estos grupos, se ha convertido en una especie de categoría especial, por su supuesta discriminación, persecución, etc., cosa que ha motivado, resarcimientos económicos, festejar fechas especiales, cuotas en puestos de trabajo, desfiles, marchas, programas alusivos a esas condiciones, en fin, un gran sustento mediático desbordante y desproporcionado.

Hasta se habla de un cierto “poder rosa”, el que está integrado por reconocidas figuras, todas mediáticas, de diferentes ámbitos, el político también, quiénes forman un poderoso “lobby” que ejerce su poder e influencia en todos los niveles, sobre todo en aquellos cercanos a la toma de decisiones, fenómeno con características ya globales.

No hay que ser muy investigador para detectar esto, basta ver la televisión, cine, dibujos para niños, programas educativos, algunos con denuncias sobre los contenidos que proponen, para saber que esto es así, ni exclusivo del país, ni mucho menos, cuando hoy accedemos fácilmente a contenidos de cualquier lugar del mundo que todo esto confirma.

Hoy mucha gente, gusta auto percibirse de diferentes formas, generalmente del sexo opuesto al original, pero, criticamos y no aceptamos, que se quieran imponer visiones y versiones, como una verdad revelada que se debe aceptar calladamente, o peor, que se hagan diferencias, o se asignen recursos, para atender dudosos derechos y que eso lo debamos financiar todos los ciudadanos.

Vemos programas, donde los entrevistados desnudan sus intimidades, se hace gala y ostentación de sus gustos o fantasías sexuales, sus frustraciones de todo calibre, en una especie de consultorio psicológico o confesionario público, donde sin ningún pudor se ventilan temas que exceden lo que los medios deberían difundir.

Será por eso, que tantas personas nos dicen que han dejado de mirar televisión abierta, ya que la baja calidad de los programas, así como el nulo aporte provechoso o valioso, informativos que desinforman, por ejemplo, han ido fomentando la elección de otras opciones que todos conocemos.

En este sentido, hay un personaje que se fue instalando en el quehacer político, con una grotesca presencia, quien se hace llamar “Romina Celeste”, que en realidad, cosa que no deberíamos dejar de tener en cuenta, es un hombre de nacimiento y que ha optado por travestirse o adaptar las características externa de una mujer, al igual que el nombre.

Identificado como militante del Partido Nacional, ha logrado generar atención, tiempo de la prensa, programas que lo entrevistan, requiriendo su opinión en diferentes asuntos, que lo fueron transformando en un personaje, que sin pudor ni límites, ha provocado hechos de alta repercusión pública.

Como se dice vulgarmente, cuando alguien es ninguneado, ignorado y no tenido en cuenta en distintas actividades, incluyendo aspectos amorosos, la gente puede reaccionar en forma despechada, lo que el diccionario define como “Sentimiento de amor no correspondido, o rechazado”.

Un episodio en el que “Romina” fue ignorado por el ex senador Penadés, quitando crédito a su militancia, pertenencia o representatividad en el Partido Nacional, parece haber sido uno de los detonantes de las posteriores denuncias recaídas sobre Penadés, de una extrema gravedad, su complicidad con jerarcas policiales para averiguar sobre los testigos, que motivaron luego su procesamiento como todos sabemos.

Pasado un cierto tiempo de la conmoción generada por aquellas denuncias, los actores y otros efectos que el escándalo produjo, el personaje principal volvió al ataque, con otra denuncia explosiva, que involucró al Sr. Orsi, uno de los candidatos a  la presidencia, en este caso por el Frente Amplio.

El que quiso verlo lo hizo, en un programa, que le ha dado visibilidad al personaje como nadie, en una relación con quien conduce, que podríamos catalogar como de amor – odio, apareció entonces un nuevo protagonista.

Otro hombre “travestido” en mujer, la supuesta víctima y denunciante del Sr. Orsi, quien en una confesión pública, nos decía que todo había sido falso, inventado por el personaje “Romina”, quedando al descubierto instrucciones de como declarar, que cosas decir y diferentes conductas a seguir en el proceso, el que se corta, ya que el denunciante se arrepiente de lo que estaba haciendo y decide desmentir todo.

Agregando a todo esto, la confesión de que las denuncias realizadas contra el ex senador Penadés, también serían parte de un plan inventado para perjudicarlo, cosa que la fiscalía a cargo intentará develar.

Me interesan rescatar algunos puntos de toda esta “sucia novela”, no quiero especular o ahondar en algunas derivaciones o posteriores investigaciones que el caso pueda arrojar, que seguramente la fiscal con su pericia intentará arrojar luz, pero si detenerme en algunas reflexiones.

Dentro de las cuales, me interesa considerar, algo que la denunciante demostró en sus declaraciones, aleccionada por su “amiga” Romina, como debían ser las mismas, de que tenor y teniendo en cuenta que aspectos resaltar, para que el efecto de la denuncia tuviera la mayor credibilidad, contundencia y por ende los efectos buscados.

El detalle es la ley de violencia de género N.º 19580, aprobada bajo el gobierno del Frente Amplio, con votos de parlamentarios de otros partidos, que uno no sabe, si lo hacen, por ignorancia, por ser políticamente correctos o por estar en definitiva de acuerdo, con normas que violan el mínimo sentido común, al hacerse para favorecer ciertos grupos.

Una ley renga, que deja en clara desventaja al denunciado, sin posibilidad de demostrar su inocencia, lo que ha traído como consecuencias, desintegraciones familiares, padres que no pueden ver a sus hijos, denuncias falsas, búsqueda abusiva de indemnizaciones, en fin, un descalabro de proporciones que determinados agentes han llevado al límite.

Así, como la aparición de estos personajes, desequilibrados de por si, que han visto alimentar su afán de protagonismo, con el respaldo e instrucción de abogados, defensores e impulsores de todo un desquicio jurídico inaudito, que ha provocado la intervención de profesionales y políticos, que seriamente reclaman su derogación, o por lo menos, modificar algunos artículos que han provocado serios problemas.

Los audios que se escucharon del personaje “Romina”, son harto elocuentes, de como se aprovechan las deficiencias de una ley, para ser mal utilizados en la impunidad de los denunciantes, quienes usando argucias, engaños, mentiras, en una verdadera obra teatral, alcanzan la posibilidad de hundir y destruir a quienes denuncian.

El otro aspecto que me gustaría tener en cuenta, son algunas preguntas para la reflexión.

¿Somos capaces de analizar y sacar conclusiones sobre, a quienes les estamos dando credibilidad en hechos tan graves?

¿Los medios de comunicación, se han convertido en una especie de formadores de opinión incuestionables?

¿Estos famosos colectivos que han irrumpido en el quehacer cotidiano, con marchas, festejos, programas, no están polarizando más la opinión pública hoy tan aturdida?

¿Es lógico que se dicten leyes, que pretenden corregir supuestas desigualdades, víctimas, cuando vemos solo aumentar las mismas y provocar más diferencias?

¿No merecemos una reflexión cada uno, para cuestionarnos si es serio, que un país haya estado tanto tiempo a merced de personajes, de dudosa moralidad, depositando nuestra atención y eventual credibilidad?

¿Cómo valoramos el sentido común de una sociedad, cuando admitimos que una persona se auto perciba del sexo opuesto, aunque esto vaya contra la biología más elemental?

Se nos sanciona si a alguien de color lo llamamos “negro” o “negrito”, ¿pero debemos llamar mujer a alguien que claramente es un hombre?

Parecería que estamos entrampados en un laberinto de contradicciones, las cuales admitimos pasivamente, siendo cocinados como la rana del cuento, a fuego lento…

Y agrego, que en otros asuntos, tal vez deliberadamente ahogados y olvidados por los medios, se procesan personas, con testigos falsos, sin posibilidades de defensa, a través del fiscal Perciballe y su ilegal fiscalía de “delitos de lesa humanidad”, donde con procedimientos similares a estos que acabamos de denunciar, tenemos ancianos presos.

¿Quiénes? Los que dos veces la ciudadanía con su voto, en un referéndum y un plebiscito, hoy tan presentes en el debate político, confirmó aplicar la Ley de Caducidad,  pero fueron desconocidos, violándose todos los recobecos constitucionales que se quieran considerar, atropello del que nadie quiere hablar, ni solucionar.

¿No es una pregunta interesante para los pre candidatos, que piensan sobre los presos políticos que tiene nuestro país?

En épocas pre electorales, donde escuchamos propuestas, planes, medidas, algunas de dudosos resultados, se impone reflexionar, si no es necesario volver a algunos orígenes, por llamar de alguna forma, aquellos que reafirmen ciertos valores, cuya ausencia y desprestigio, han llevado a que la sociedad se rinda ante ídolos con pies de barro.

Líderes serios, que se preocupen de los verdaderos asuntos, muchos convertidos en pesados lastres, educación que no educa, atravesada de visiones ideologizadas alejadas del mundo real, un estado que crece, tritura recursos sin piedad, con dirigentes que proponen alimentar la trituradora como única opción, medio país con deudas impagables.

Un sistema judicial que no da suficientes garantías ni seguridad, con intrincados procesos, decisiones y fallos que dejan un sabor amargo la mayoría de las veces.

Un movimiento sindical, que opera con un sistema de jerarquías paralelas, asumiendo claras posiciones políticas, que inciden en el quehacer de la sociedad, imponiendo a través de una militancia domesticada, presiones, trabas y distorsiones de toda índole, que a esta altura, requiere de medidas para cambiar esta realidad negativa para el país.

En ese volver al origen, que clama por reeditar valores firmes y pilares que han dado sustento a nuestra Civilización Occidental y Cristiana, a la que pertenecemos, aunque muchos renieguen, es prioritario, cuestionar y abandonar la visión impuesta por la llamada “Ideología de Género”, que ha traído tanto deterioro y va camino a profundizarlo.

Uruguay necesita ser Transformado en serio y dejar de estar en manos de quienes lo han “trans formado” en un espectáculo casi de circo, aunque no haya una carpa.

Daniel García

2 COMENTARIOS

  1. Excelente lo expuesto acá en la nota, comparto ampliamente lo expresado acá.Gracias por plasmar por este medio lo que muchos pensamos.abrazo al escritor.

    • Muchas gracias Claudia. Sabemos que son temas que no se tratan mucho, pero entendemos que se deben mostrar algunas visiones que mucha gente apoya.
      Cordial saludo

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