Por: Francisco Berchesi.
Montevideo posee una población de 1.350.000 habitantes, de los cuales 120.000 viven distribuidos en 340 asentamientos, en números redondos.
Situados frente a un mapa impreso de Montevideo, si uno toma un compás y coloca la aguja en El Centro, basta con abrir unos centímetros los brazos del mismo para trazar con la mina de grafito un semicírculo desde la costa hacia el norte, abarcando así un gran número de asentamientos. Quizás todo el recorrido de aquel grafo sea sobre estos.
Lo que trato de figurarles es que salvando algunos ubicados dentro de la ciudad, la periferia de nuestra capital se encuentra repleta de asentamientos, algunos irregulares y de los otros, pero con una gran precariedad y necesidades en su mayoría. Es así que al ver un mapeo de los asentamientos, puede verse la franja costera sin tantos colores, y un semicírculo (im)perfecto de colores que representa estos.
Quienes me conocen, saben que al menos hasta ahora, no fue el foco de mis estudios. Pero sobre todo en los últimos tiempos, he desarrollado un gran interés en la arquitectura, el urbanismo y su desarrollo y proyección.
Dicho esto, lo que demuestra ese mapeo es que debido a múltiples factores, que obviamente allí no figuran, el crecimiento de la ciudad no fue previsto, planificado ni proyectado, al menos de forma correcta.
Un razonamiento lineal al verlo puede ser: la población creció y la ciudad no lo entendió.
Ahora bien, las causas se podrán estudiar, teorizar y debatir; lo cierto es que a nivel nacional tenemos más de 650 asentamientos con un total de 200.000 habitantes. Y esta última palabra suena muy fría.
Me parte el alma. Porque a veces las cifras no nos llegan a donde tienen que llegar, pero si les digo que sienten igual que nosotros el hambre y el frío, el calor y la enfermedad. Que son tan sensibles e inocentes al nacer como los otros 3 millones y tanto, bebés igual de lindos y queribles, pero que al crecer sus posibilidades se desparraman por el territorio nacional. Por supuesto que existen otros, pero uno de los motivos es por las condiciones en las que viven.
Por algo se encuentra en el Artículo 45 de nuestra Constitución que “todo habitante de la República tiene derecho a gozar de vivienda decorosa. La ley propenderá a asegurar la vivienda higiénica y económica, facilitando su adquisición y estimulando la inversión de capitales privados para este fin.”
Como Batllista, me considero alguien que razona desde o por sobre una gran sensibilidad. Por tanto, me lleva a interpelarme a mí, al sistema político y a la sociedad toda: ¿Qué estamos haciendo para cambiarlo? ¿Qué hace falta?
A la vista está, por su definición, que lo deficiente aquí fue la Planificación Urbana. Por falta de recursos, proyectos, pero sobre todo una falta de compromiso con el tema. Hay una cifra acerca del costo de crear las 60.000 viviendas que harían falta para acabar con los asentamientos, y son U$S 3.000 millones.
Por supuesto no estoy sugiriendo que este ni cualquier Gobierno Departamental o Nacional asuma ese costo y responsabilidad en un período. Pero no tiene qué, ¡debe haber una planificación!