Autor: Raúl Blanco
“Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas”.
Mario Benedetti
El Frente Amplio hizo usos y abuso de su mayoría parlamentaria durante 15 años.
Le pasó por arriba a la Constitución, mostró desprecio por Leyes y Decretos, e ignoró abiertamente a la oposición.
Y ahora debe masticar la rabia y beber de su propia medicina.
Se creyó impune y ahora no ha terminado de procesar el hecho de ser oposición.
Ser oposición no es oponerse a todo. En política todo es negociación y acuerdos, para bien y para mal también.
No son ilusos los máximos dirigentes de los partidos, pero los puede traicionar la soberbia y arrogancia.
Todos nos mareamos alguna vez con aplausos y palmaditas, y más cuando no nos rodeamos de gente capaz y escuchamos a los adulones de turno.
No es casualidad que en el ámbito político se reconozca que “El poder es un dulce que pica los dientes”.
Las bravuconadas no son buenas en política. Tampoco es bueno que haya amenazas y presiones en las internas de las bancadas.
Los pases de facturas son moneda corriente en política, y nadie puede enojarse, son las leyes del juego.
Pero, aunque lo nieguen, los políticos y sus partidos están en campaña electoral permanentemente, por lo tanto, todas las movidas, comentarios y declaraciones tienen un objetivo, traer agua para su pozo.
Y ya se van perfilando los candidatos, y eligen con quien confrontar, y a quien ignorar.
