Por: Esc. Sebastian Rodríguez Merlo.
Me piden que hable de esta cepa que me cuesta. No lo voy a esconder. Qué puedo esperar de una cruza de dos variedades que francamente son desconocidas a mi paladar?: Cabernet Sauvignon y Garnacha. Aunque a decir verdad, el gran prejuicio lo tengo con la primera, la segunda fue motivo del último capítulo y que francamente me voló la cabeza.
Allá por 1961 alguien decidió cruzar estas dos variedades en el Sureste de Francia y lograr lo que, unos años después, fue una suerte de revolución en Uruguay, y es que muchos hablan de ser una bandera de representación de nuestra vitivinicultura – después de la tannat, claro está -. No falta el típico conservador que no sale de su clásico Marselán, bueno, rico, fácil. Y es que me cuesta aceptar que la cruza de dos variedades un tanto antagónicas (una extremadamente frutal y la otra extremadamente herbal) ofrezca inquietud. Dicho esto, sí puedo decir: he probado Marselán que me ha dejado boquiabierto. Todavía me acuerdo mirando a Degásperi, diciéndole, apaaaaa, este marselán está mucho mejor que el “industrial”, claro, uno sin sulfitos, otro totalmente sulfitado.
Me tengo que ambientar, disculpen: mesita con mantel de la época de la Nona…platito de salamín chacarero y papitas y un quesito picantón. Saco la olla, muuuuucha agua, y la leyenda de la sal y el aceite para que no se peguen los…unos buenos “pennerigatte” y al lado, sartencita con albóndigas y un poco de pomarola, cebollita y especias a gusto.
Recuerden estas palabras: si se piensan que las cepas italianas son con esa acidez maravillosa…están en lo cierto, pero hay francesas también.
SalúMarselán, yo no creo en los milagros, pero que los hay….los hay.