El pasado Referéndum nos dejó una división política e ideológica, por llamarlo de alguna manera, aparte de un nuevo estilo de hacer Campaña Electoral.
Se ha instaurado por un lado el “Pan y Circo al Pueblo”, y por el otro lado “Juntos, pero no pegados” para salvarnos.
“Pan y Circo” promoviendo que la gente no piense, no razone, no se entere correctamente de las cosas en discusión. Así opera y milita una casi mitad del espectro político.
Ustedes bien saben a quienes me refiero.
“Juntos pero no pegados” promoviendo que la gente no piense, no razone, no se entere correctamente de las cosas en discusión. Así opera y milita una casi mitad del espectro político.
Ustedes también saben a quienes me refiero.
“Pan y Circo” para juntar, concentrar y entretener a la gente. De política no se habla, total a nadie le interesa. Lo importante es oponerse al que gobierna.
“Juntos pero no pegados” para sumar y evitar que los otros no nos ganen, no nos saquen el poder. No importa que imperen los celos, envidias e intrigas. Que las apariencias no engañen.
¿Qué queda de este referéndum?
Un país dividido en dos casi mitades.
Un gran susto para unos, y un “nos faltaron 15 minutos de circo” para llegar.
¿Qué se viene?
No hay que ser muy adivinos. Más “Pan y circo” y más “Juntos pero no pegados”.
Pero no nos engañemos.
Habrá un poco más de “Pan y Circo” para descontar lo que les faltó, y por el otro lado a seguir abrazados a las culebras pero “Juntos pero no pegados” para no perder el poder.
La gente, el pueblo, no es lo importante. Lo importante es el poder, por el poder mismo.