El desesperado uso de maquillaje en la izquierda vernácula. Por Marcelo Martín Olivera

Aunque nos cueste reconocerlo alguna que otra mentira viene bien para no dar muchas explicaciones y evitar miradas indiscretas, el maquillaje (en hombres y mujeres) es un claro ejemplo de “mentira piadosa”, podemos ocultar ciertas imperfecciones con un poco de base y evitar que se nos note la fatiga sea por trabajo, estudio o diversión.

Si la base es buena ni siquiera se nota y el resultado es excelente, en política algunas veces se usa cierto maquillaje para ir adaptando el discurso. Al igual que el estético el resultado es espectacular, si se usa el correcto. En ese sentido nuestra izquierda vernácula en la cuestión entre «ética y estética» hace agua por los dos lados. Su repentina reunión con USU, a quienes en su momento calificaron, subidos al pony de la soberbia, de “oligarcas de la 4×4” así lo demuestra.

Justamente todo esto me hace recordar una frase de mis época adolescente cuando estudiaba italiano: «Se non è vero, è ben trovato». La frase alude a algo que puede no ser verdad, pero está tan bien narrado o es tan interesante que debería serlo. Así podemos interpretar este manotazo de ahogado en un burdo intento de ganar terreno en el interior, la intención puede parecer buena, pero conocemos el paño y de bien narrado tiene poco.

Pero no nos limitemos a hablar de USU, vamos más atrás, a finales de los 90. Yo era un niño pero por suerte tengo una hemeroteca familiar que me sirve de ayuda memoria para estos casos. Buceando en ella encontré recuerdos de la época cuando nuestra izquierda luchaba hombro con hombro en pos del campo (patraña barata si las hay). En ese momento apoyaron el movimiento y orquestaron parte de la movida al grito de «rentabilidad o muerte» pero solo querían aprovechar la devaluación de Brasil y sus consecuencias en nuestra economía para intentar darle un golpe electoral al gobierno de ese entonces.

Quizás por eso sea oportuno tomar parte de una nota del diario El País donde el expresidente de la Asociación Rural, Gerardo García Pintos, contaba: «Fue una de las cosas más osadas que hice en mi vida. La caravana (de 1999) iba por Agraciada luego del acto rumbo a 18 de Julio e iba el diputado José Mujica en su moto con una bandera del Frente Amplio adelante. Yo me tiré de la camioneta y amablemente (lo conocía bien, ya había ido a tomar mate a la Asociación Rural años atrás), le pedí: «Saque la bandera», se la doblé y entregué. Se lo tomó bien y seguimos la marcha».

De la anécdota se desprende que la izquierda intentaba capitalizar la necesidad ajena, algo de que vimos varias veces cuando decidieron monopolizar políticamente todo lo referente a la vida de los demás, desde una notoria agenda de derechos hasta la miseria en su búsqueda constante del aplauso de los necesitados mientras metían las DOS manos en la lata. Este discurso machaconamente se sostiene hoy en día siendo oposición, pero intentando instalar el relato de la pobreza rampante.

Finalizado el periodo electoral la izquierda vuelve a la carga en el contexto de la crisis del 2002 que incluyo una icónica marcha y la lectura de una proclama por parte del actor Delfi Galbiati. Esa movilización fue apoyada por el FA, el Pit-Cnt, la Federación Rural presidida por Gonzalo Gaggero y Alfredo Fratti. Curiosamente este último fue diputado de la izquierda cuando fue gobierno y no se lo vio en esos años rodeando el movimiento ruralista, sino que mantuvo distanciamiento social.

Es más, a pesar de la distancia intentaron instalar una idea clara, la gente de USU (cuando la izquierda gobernaba) eran oligarcas en 4×4 que querían dividir las aguas a favor de la derecha. Aunque no se hubiera llevado adelante la reunión entre las partes sabemos bien que USU es todo lo contrario, si alguien intentaba dividir para gobernar era el oficialismo de ese momento que insistían en repetir que los integrantes del movimiento eran oligarcas, patrones, oposición, pretendiendo quitarles credibilidad y llegado el punto atacandolos directamente o publicando los antecedentes crediticios de quién se atrevía a enfrentarlos en la página de Presidencia de la República.

Con todos estos datos a la vista y con la cara mal maquillada me surgen dos preguntas (de base)

1- ¿Con que cara le van a pedir una reunión a USU después de intentar defenestrarlos cuando eran gobierno?

2- ¿Con que cara van a mirar a sus militantes para explicarles que ahora los «oligarcas de la 4×4» son menos oligarcas por la necesidad de votos que tienen?

Si alguien tiene la respuesta a esas preguntas le agradezco me las responda.