En un editorial del último número de la revista oficial del Ejército, el Comandante en Jefe del Ejército,General Mario Stevenazzi expresó que las Fuerzas Armadas están dispuestas a responder a los cuestionamientos políticos durante la campaña electoral, dado que prevén críticas desde el Frente Amplio (FA),
Según escribió, la campaña. “será un buen momento para escuchar propuestas” y “quizás también opiniones que no nos gusten”. En ese sentido, afirmó que “cuando se mienta o se ofenda a la fuerza, deberemos buscar mecanismos que nos permitan reparar ese daño hacia el público interno, pero también hacia el público externo”.
“Así lo haremos, de la forma que elijamos, dentro de lo que la ley nos permita, en la oportunidad que definamos, pero con la firmeza de siempre”, afirma Stevenazzi
El politólogo experto en defensa nacional Julián González Guyer opinó en La Diaria que el planteo de Stevenazzi es “poco afortunado” y “suena como amenaza”.
“Salvo que esté pensando en violar la ley, él no va a poder salir a adoptar ninguna medida sobre lo que alguien pueda decir”, sostuvo. La posibilidad de que el comandante en jefe del Ejército se “inmiscuya” en la campaña electoral “no sería nada bueno ni para el Ejército ni para la democracia uruguaya ni para la campaña electoral”, analizó.
Para González Guyer, el Ejército “no tiene nada que opinar, en todo caso opina el ministro de Defensa”.
González Guyer indicó que un oficial en actividad “no puede participar ni directa ni indirectamente en una campaña electoral”, en referencia al artículo 77 de la Constitución de la República, que en su numeral cuarto prohíbe al presidente de la República y a los militares ejercer cualquier tipo de actividad política, salvo el voto. “Lo más preocupante es ver cómo, cada vez más, las autoridades del Ejército van avanzando sobre ese artículo de la Constitución y convirtiéndolo en letra muerta”, evaluó.
Yo no sigo ninguna ideología ni línea política y tampoco me apego a los criterios de «la coalición » ni de «la oposición «.
Pero los dichos del señor Julián González llaman la atención y me permito hacer algunos comentarios al respecto.
Lo «preocupante» no es lo dicho por Stevenazzi. Lo «preocupante» es intentar alimentar la «preocupación» del ciudadano de a pie» con una «preocupación» que no existe, con el propósito de ahondar la brecha entre el militar y el civil.
Ya pasó la década del sesenta y sus conceptos intelectuales son anacrónicos. Era la época cuando «la izquierda» luchaba por la Democracia ante el peligro del Capitalismo y «la derecha» luchaba por la Democracia ante el peligro del Comunismo.
¿Cuál fue el resultado de esa lucha? Fue que ambos bandos nunca encontraron soluciones de ningún tipo en ningún aspecto, salvo en uno: conseguir un enemigo común que orientara sus esfuerzos en la denodada lucha por lograr el poder cada cinco años. Y en ese marco, ese enemigo común ha sido el Ejército Nacional, formado por el » militar gorila» o «el milico ogro del pueblo» y el eterno enemigo de la Democracia, sin serlo en ningún aspecto.
El politólogo está convencido de que existe una «amenaza», pero en este momento lejos está la Institución Castrense de ser tal cosa. Más bien existen otros
peligros, pero claro, resulta más fácil apuntar contra el Ejército.
Se pregunta el politólogo si Stevenazzi está «pensando en violar la ley», pero Stevenazi marca con la debida atención que hará lo que crea conveniente «dentro de lo que la ley nos permita».
¿Stevenazzi intervendrá en la campaña electoral? De ninguna manera. Al igual que todos los militares (en actividad y retiro), el Comandante conoce muy bien sus obligaciones y no es necesario mencionar lo del articulo 77 de la Constitución.
Es infeliz la apreciación de que el Ejército «hará letra muerta» el texto constitucional. Mas bien se debe notar que lo hicieron miembros del estamento político en diversas ocasiones. Sobre eso, pocos comentarios se han hecho.
El experto no reconoce que el Comandante «escuchará propuestas». Eso tampoco se anota.
En mi opinión, los dichos de Stevenazzi apuntan a otro objetivo. A pesar de ser una una Institución gubernamental y salvo en contadas ocasiones, no se le reconoce al Ejército ningún mérito, a pesar de colaborar en muchas situaciones de emergencia.
Muy por el contrario, hay una permanente correntada de críticas, denostaciones y agravios.
Lo del «silencio austero» ya pasó, y Stevenazzi, con criterio firme y claro, solo se apresta a defender la Institución y a sus miembros, porque sabe que vendrán tiempos difíciles.
Por supuesto que no podrá impedir que si alguien quiere decir algo, lo haga. Pero el muestra una visión de futuro y sabe que uno de los principales objetivos, de varios sectores, es mostrar al Ejército como «un parásito «,»un gasto inútil » y un «peligro» a neutralizar.
Su intención,claro está, no es intervenir en la campaña electoral,sino, como decíamos, poner coto al torrente de insultos ya usual en todos los ámbitos: político, de los medios de prensa, de los sindicatos, de las instituciones carnavaleras,
etc., quienes están en su derecho de expresar sus opiniones, pero no de crear «cucos» que nada bien le hacen a la Democracia.