Históricamente Uruguay siempre fue bipartidista, desde Rivera y Oribe, Blancos y Colorados, y sin darnos cuenta, o tomar real conciencia, de lo que significaba el nacimiento del Frente Amplio en el año 1971, el bipartidismo siguió dominando el aire político que respirábamos.
Un engañoso tripartidismo, dominante por varios años, nos hizo pensar que el espectro político estaba cambiando a tercios ideológicos, pero eso se fue desdibujando por obra y gracia de alianzas y acuerdos, y sin darnos cuenta, o quizás sí para algunos, volvimos al bipartidismo.
La coalición gobernante, llegó para quedarse. Y mal que le pese a muchos, ahora tenemos un bipartidismo de coaliciones. Algunos, ya no se dirigen más al Frente Amplio como una “Colcha de Retazos”, ¿por qué será?
Durante muchos años se ha repetido que los partidos y agrupaciones del Frente Amplio, son muy heterogéneos, y que costaba creer que pudieran convivir y perdurar juntos, y que solo se unían para llegar al poder. ¿Qué hizo la Coalición Gobernante?, ¿Fue una unión espontánea, o se venia gestando desde hace 35 años por lo menos?
Para algunos serán 35 años o quizás 25, pero las alianzas y acuerdos partidarios para frenar el lento, paciente y constante crecimiento del frente Amplio trajo estas coaliciones.
Los cambios se fueron dando por desacuerdos políticos que se remontan a la década del 60, alumbrando el nacimiento de una coalición de disidentes y partidos menores de la época, que algunos ya no son tan menores.
Y los partidos tradicionales se fueron desdibujando, a impulso de personalismos, ambiciones y un alejamiento del soberano, que no es otro que la gente.
La culpa o responsabilidad no es del ciudadano de a pie, es de los políticos que se olvidan que su función es “Servir al Pueblo, y no servirse de él”, y ese dulce pica los dientes.
El bipartidismo de Coalición vino para quedarse, pero la política no es estática, y como dice un dicho popular “la alegría va por barrios”.
Los partidos no ganan elecciones, las pierde el que está en el poder.