La Guerra Fría sigue calentando nuestra historia y sus consecuencias no nos quiere dejar avanzar.
Cuando las cosas no las resolvemos en el momento adecuado, usando la racionalidad, la cuota de sabiduría política, el perdón, ese don más divino que humano, seguramente nos encontraremos en un laberinto, cuya salida será difícil de ubicar.
Uruguay sigue detenido en el tiempo y en la historia que ha dividido a los orientales desde hace cincuenta años, a diferencia de las declaraciones del ministro de Defensa que quiere adjudicar esto a otras razones sin asidero.
Podrán decir que Uruguay es un país dependiente sin soberanía real, secreto a voces canturreado por los responsables de torre ejecutiva desde 1985. Podrán usar a esas altas cortes para justificar su genuflexión a la OEA y la ONU y tantos poderosos desde Lord Ponsomby.
No es así, se puede ser soberanamente digno, vayan a pedirle la receta a Bukele en El Salvador que con una infinita honestidad devuelve a esa nación a un lugar digno entre los pueblos libres.
El diputado Carlos Testa de Cabildo Abierto recientemente presentó un proyecto de ley de un solo artículo, cuyo objetivo es derogar la ley interpretativa, que dejó sin efecto la Ley de la Pretensión Punitiva del Estado, o Ley de Caducidad. Se trata de un acto de ciudadanía, de soberanía y de dignidad humana.
Una ley muy particular, porque lleva en sí características que la hacen única, al ser la más legítima de todas las veinte mil leyes de nuestro ordenamiento jurídico, por haber sido votada por mayoría en el parlamento y ser ratificada su vigencia en dos plebiscitos con diferencia de veinte años.
Esto a pesar del neoconstitucionalismo que magistralmente nos informa el diputado Lust, ahora se impone sobre las naciones de segundo orden.
Por otro lado, ser la más discutida y controversial, motivo de enojos, polémicas, fracturas políticas, aprobaciones de la Suprema Corte y desaprobaciones de esta, más, su inconstitucional derogación por parte de mayorías ocasionales por parte del Frente Amplio en el año 2011.
Como si esto fuera poco, motiva, además, la intervención de organismos internacionales que, en una clara injerencia en nuestros asuntos, pretenden influir en temas de orden estrictamente nacional y en ese entorno deben ser resueltos.
Hablemos sin eufemismos, esto es neocolonialismo y tiene tufo castrista.
En 1825 nuestra Nación todavía en ciernes, reunida en la Piedra Alta de la Florida, gritaba nuestra independencia al mundo, pensando en el lusitano: “írritos, nulos, disueltos y de ningún valor para siempre, todos los actos de incorporación arrancados a la provincia Oriental…” decía.
Este acontecimiento que invocamos y festejamos en cada 25 de agosto es claro y contundente, por lo que sería conveniente recordárselo a quienes se apoyan y promueven las intervenciones de organismos ajenos a nuestro país.
Están vendiendo el rico patrimonio de todos nosotros al precio de sus necesidades actuales y perentorias, eso siente Juan Pueblo y da ganas de decirlo fuertemente.
En esta ocasión, visita el país el presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Ricardo Pérez Manrique, quien en forma muy ligera declaró “el tema de los Derechos Humanos está basado en la dignidad humana y la dignidad humana requiere una protección que va más allá de las voluntades políticas, para eso están los tribunales nacionales e internacionales”
¡¡Que tal!! Un atropello incalificable, que demuestra el atrevimiento de estos personajes que han tomado un protagonismo inconcebible al pretender dictar normas de actuación y decisión de asuntos netamente nacionales.
No es nuevo esto, ya han sucedido este tipo de declaraciones ante otros intentos de poner las cosas en su lugar con relación a la Ley de Caducidad.
Por lo tanto, comprobamos que hay una visión muy particular por parte de estos organismos relacionados con la supuesta defensa de los derechos humanos.
Porque siempre, casualmente los vemos preocupados, interviniendo, denunciando o alertando, cuando los gobiernos legítimos toman acciones contra grupos insurgentes y violentos.
Si estos ponen bombas, secuestran o asesinan, estos organismos jamás se pronuncian o emiten opiniones de condena.
Lo que demuestra, que son meras organizaciones de fachada, que están ideológicamente identificadas con corrientes afines a la izquierda y que su defensa de aquellos derechos es sesgada y parcial, no creíbles, en definitiva.
Cuando nuestro país sufrió ataques de grupos armados, secuestros de personas o violentas y sanguinarias ejecuciones, nunca se vio a estas organizaciones condenar, poner el grito en el cielo o indignarse ante este terror desenfrenado.
Sí aparecieron, cuando los grupos terroristas comenzaron a ser desmantelados y detenidos sus integrantes.
¿Dónde se meten cuando se habla del arsenal de Feldman? ¿Por qué no se indignan pidiendo castigo para los asesinos de Pascacio Báez y los otros 76 uruguayos que cayeron a manos de asesinos de izquierda?
Nuestros vecinos de Argentina y Chile sufren en la actualidad de violencia ejercida por grupos “Mapuches”, donde se ejecutan atentados y asesinatos y no vemos a los defensores de los Derechos Humanos denunciar estas cosas.
Los dirigentes de izquierda nos aturden todo el día con declaraciones que hacen referencia al respeto que merecen los pronunciamientos de democracia directa.
Nos recuerdan, cuando son discusiones referidas al tamaño del estado y su posible reforma, rumbo a ser más eficiente, que la ciudadanía se expresó contra la Ley de Empresas Públicas.
Lo que habría que entender, o tal vez preguntar a estos mismos dirigentes, es, porque razón no se aplica el mismo criterio con la Ley de Caducidad, que luego de tres veces de aprobación, dos de ellas con consulta popular, se sigue desconociendo su validez, como una burla grotesca a la ciudadanía.
Es una venganza disfrazada de obediencia internacionalista. Suena a favor debido, lo de Pérez Manrique, que habría que cantarle las coplas del célebre poeta homónimo.
Desde el acto del Obelisco en 1983, el sistema político sentado y entreverado, proclamó que las personas detenidas en ese momento, así como los que nunca habían estado, eran una especie de héroes que estaban injustamente detenidos y poco menos que representaban lo mejor de nuestra democracia, todos aplaudieron, los lobos y las gallinas, juntos.
Y desde ese entonces los gallos con cabeza de lobo pululan por nuestros conciliábulos.
Tal vez esa visión y concepto, sea el que guía a tantos políticos, a los que les cuesta enormemente dar vuelta la página, encuentran a cada paso una nueva razón o detalle para continuar con esta especie de venganza, que solo sirve a las fuerzas radicales y que no pueden comprender, que este tipo de actitudes no les aportará un solo voto.
Los que dieron la orden de que las FFAA salieran a la calle a combatir a aquellos que atentaron contra la Nación, hoy reniegan de su decisión, al pretender que el combate se diera sin que hubiera víctimas.
Las voces estridentes de la izquierda y algunos servidores útiles siguen hablando de delitos de lesa humanidad, para argumentar su oposición a que no se deje vigente la Ley de Caducidad. Gran falacia que cualquier jurista puede explicar.
Recordamos una vez más que dicha tipificación de delito no existía en los años sesenta y setenta cuando se desarrolló la guerra antisubversiva.
Recordemos que el proceso de formación de la prueba debe ejecutarse usando recaudos verosímiles y no argumentando, parecidos de tonos de voz o color de ojos o matiz del cabello, ni autopsias psicológicas o históricas.
Los supuestos delitos por los que se acusan a quienes están detenidos, se consideran delitos comunes y por el tiempo transcurrido, o sea cincuenta años, los mismos caducaron.
Pero lo más importante que debemos considerar y deben entender quienes insisten en mantener las llamas encendidas y más que eso, respetar, es que la mayoría de la ciudadanía enterada de todos los relatos y horrores que pudieron haber sucedido, dijo que estaba dispuesta a dar vuelta la página, equiparando a lo que solo el parlamento del momento votó, ya que a nadie del pueblo se le consultó, determinando la amnistía general a los terroristas.
La izquierda, está acostumbrada por la esencia internacionalista de los partidos que la integran, a valerse del respaldo de organismos ajenos a la Nación, para sustentar sus eventuales posiciones.
Lo vemos en este asunto, como lo hemos visto en la discusión de la ley de tenencia compartida, en la que invocan las disposiciones de organismos internacionales para justificar posiciones, siempre con la consigna de que el país debe sujetarse a estas visiones y cumplirlas.
Lo internacional prima en las visiones que el Frente Amplio promueve, por lo que nuestra soberanía pasa a un segundo plano en las propuestas que la izquierda defiende y esto debe ser remarcado debido al desconocimiento que tantos ciudadanos tienen sobre estos puntos.
No en vano, son quienes están más alineados con las consignas globalistas que nos cercan cada día más, ideología de género, indigenismo, medio ambiente, liberalización de drogas, etc., cumpliendo y afiliándose religiosamente a estas posturas ajenas a nuestra cultura, que dicho sea de paso pretenden demoler.
No nos anima un nacionalismo ciego, solo pensamos en nuestros antepasados que tanto sacrificio y sangre generosamente brindaron para que esta tierra fuera libre e independiente.
Otra cosa es segura, nadie va a defender mejor nuestros intereses que nosotros. Lo sabemos desde hace ya más de 200 años. No olvidemos las lecciones del ayer.
Fuerzas disolventes de nuestra cultura, tradiciones y nacionalidad siempre existieron, rivales traicioneros, aunque hablaran nuestro idioma, nos han cercado desde el fondo de la historia, teniendo a nuestro prócer como referencia.
Pero, si cuando entonamos nuestro himno decimos “Orientales, la Patria o la tumba” …, “libertad, libertad, orientales, ¡este grito a la Patria salvó!” deberíamos tener en cuenta estas consignas de identidad, para preguntarnos, ¿la Soberanía, tiene Caducidad?
Los DDHH mercancía corriente …plata fácil para los corruptos…
…….. gracias por esta nota ..tan llena de realidad que estremece…como no se espera menos del escritor.abrazo fuerte!!
Muchas gracias Claudia, el tema Derechis Humanos ha sido tomado por la izquierda a nivel mundial. Justamente en manos de quienes más los violencia y manosear. Transformado en fuente de recursos económicos que hace llegar nuevos comensales a una mesa abundante de dineros, financiando a quienes tarde o temprano ejecutarán a tantos tontos útiles. Cordial saludo!
¡Chapeau! 👏
Estimado Luis Eduardo, muchas gracias, se aprecia el elogio.
Cordial saludo
Felicitaciones, Sr. Garcia. Brillante su exposición y su defensa de nuestra soberanía. Solo quisiera hacerle con respeto, una salvedad. En esta entrega de nuestra Patria, no escapa quien debería protegernos con más esmero, el poder judicial, hoy principal protagonista y aliado de esas intrusas fuerzas foráneas. Lo felicito
Estimado Luis, en un todo de acuerdo sin duda. Tenemos la balanza de la justicia renga hace bastante tiempo. Hay fallos que sorprenden por su incoherencia, sabor desagradable tiene hoy nuestro sistema judicial que nos deja expuestos a caprichos y visiones hemiplejicas de la realidad. Muchas gracias por el comentario!
Cordial saludo
Muchas gracias Sra. Alicia, es tal cual su comentario. El famoso delito de lesa humanidad no se puede aplicar porque en el país comenzó a regir en el 2006, por lo que en los años 70 no existía y no se puede ser retroactivo. Los jóvenes han sido fácilmente adoctrinados por un relato que no tuvo contra parte. La solución de este asunto es política, sin voluntad en ese sentido no hay salida.
Cordial saludo