EVOCACIÓN A LAVALLEJA FRENTE A SU MONUMENTO

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Por: Mario A. Menyou.

Con motivo de conmemorarse un aniversario más del triunfo Oriental del 12 de octubre de 1825 en la llamada Batalla de Sarandí, que permitió el dominio de nuestros patriotas sobre toda la campaña de nuestro territorio, quedando solo Montevideo en manos extranjeras, nos abocaremos a ilustrar sobre un modesto monumento que recuerda al héroe que dirigió esa batalla, ubicado en la ciudad próxima a donde acontecieron los hechos patrios que rememoramos.

EVOCACIÓN A LAVALLEJA FRENTE A SU 

MONUMENTO EN SARANDÍ GRANDE

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Centro y Alrededores - Espacios de Inclusión Digital de Lavalleja

El busto que representa al Señor Brigadier General don Juan Antonio Lavalleja, sobre una columna en la cual solo se estampa su nombre, es el homenaje que hace más de 60 años, la gente de Sarandí Grande y Florida, inauguraron en honor y recuerdo permanente al Héroe que, continuando el derrotero de nuestro Prócer, el General don José Artigas, nos dejó nuestra Patria libre e independiente, que como reza la Declaratoria de la Asamblea de la Florida del 25 de agosto de 1825: “ … se declara de hecho y de derecho libre é independiente del Rey de Portugal, del Emperador del Brasil, y de cualquiera otro del universo …”.

Este monumento de bronce sobre pedestal de material, comprende el busto del monumento del héroe erigido en la Plaza Libertad de la ciudad de Minas, obra inaugurada el 12 de octubre de 1902 y esculpida por el escultor oriental Juan Manuel Ferrari.

Un boceto en yeso similar a este monumento, se encuentra en el Museo Nacional de Artes Visuales, y si bien el autor ya lo presenta sin la espada y las riendas de la cabalgadura (que sí, los encontramos en el monumento completo que se encuentra en Minas), en un Pueblo de a caballo como lo es Sarandí Grande, fácil es entender el significado del brazo izquierdo recogido y el puño de su mano contraído, en ademán de sofrenar su caballo, previo a emitir la orden de carga en la memorable Batalla de Sarandí; mientras su brazo derecho en ademán desafiante, se apresta a señalar hacia el frente el sable libertador, que será el instrumento primordial de la victoria.

Por último, su cabeza, frente al viento, sombrero a la nuca y su boca lanzando el grito, que conducirá sus tropas a la batalla crucial por la libertad de su suelo:

“Carabina a la espalda y sable en mano”.

Quiso el destino, que bien cerca suyo, el pueblo que siempre lo lleva en su memoria, le trajera en monumento, al que le permitió a él y a todos nuestros héroes, sus gestas por la Patria;  que quizás en su momento, el espacio y los rubros no permitieron incorporar en este monumento: ¡al caballo!.

En estos últimos tiempos, el Pueblo Oriental homenajeó con un “Monumento al Caballo”,reconociendo aquello de que la patria se hizo a caballo y que se erigió muy cerca del busto del héroe, completando la dupla guerrera que nos dio patria; en aquellos años que evocamos, fue su compadre y compatriota General don Fructuoso Rivera quien le alcanzó las cabalgaduras imprescindibles para enfrentar, combatir y vencer al extranjero opresor de nuestro suelo y lo acompañó en la victoriosa Batalla de Sarandí del 12 de octubre de 1825.

Vale recordar, tanto en esta evocación, como siempre, las palabras que pronunciara el poeta de la Patria, el Señor Doctor don Juan Zorrilla de San Martín al descubrirse en Minas el mencionado monumentoa Lavalleja, en que rememorando crónicas escritas por otro ilustre Oriental, el Señor Coronel don Atanasio Sierra, con relación al desembarco de la Agraciada decía así:  

“Ahí está Lavalleja, señores: desde el primer momento reaparece la vieja fe inquebrantable de Artigas: no venderé el patrimonio de los orientales al bajo precio de la necesidad. 

«Cuando don Tomás Gómez…, acompañado de Cheveste y de don Manuel Lavalleja, llegó con los deseados caballos, (eran las nueve de la mañana) hubo muchos de nosotros que se abrazaron al pescuezo de los animales, dándoles besos, como si fueran sus queridas.»

 ¡Oh! y lo eran, señores; eran mucho más que eso; los generosos animales tenían que ser casi una parte integrante de aquellos hombres, porque ellos eran los centauros de la patria, que debían dominar como señores la extensión de nuestras sagradas colinas; porque ellos eran la libertad americana, la libertad a caballo.

Lavalleja está por fin en los estribos, señores; ahora sí, saludemos la aurora de la Agraciada. Lavalleja está por fin a caballo;…”. 

Es mucho más extenso aquel estupendo discurso, mas, para culminar esta evocación a este monumento, ante el cual escolares, jinetes, militares, asociaciones civiles, autoridades y todo el Pueblo por siempre y particularmente en la fecha del 12 de octubre, se presentan a rendirle el merecido homenaje, tanto por la victoria en la Batalla de Sarandí, como por ser el Gran Libertador de nuestra Patria; terminemos estas palabras con algunas de las estrofas con que el también minuano Presbítero Olegario María Núñez homenajeara al héroe:

“¡Bien estás en el bronce, león minuano,

con tu gesto de heroica rebeldía!

¡Si pareces que cargas todavía,

“Carabina a la espalda y sable en mano”.

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